La relación con nuestro vecino del norte es demasiado estrecha, son millones los connacionales que viven allá, sin temor a equivocarme me atrevería a decir que todo mexicano tiene más de un pariente que vive en los EUA, en mi caso por lo menos tres tíos y decenas de primos, estamos definitivamente mucho más emparentados con el norte que con el sur, aunque eso no les guste a algunos idealistas o izquierdosos. Tal vez por eso ahora que nuestros parientes regresan a pasar las navidades, tengamos cientos de programas enfocados a recibirlos, como Paisano.
Las reformas en materia migratoria o las acciones que anunció el mes pasado Obama son para todos nuestros compatriotas un respiro y clara que a todos los mexicanos nos interesan, aunque ciertamente no sean lo que en verdad se necesita, pues en el fondo se trata de intereses poderosos que no quieren una reforma integral que permita la legal estancia y tránsito de cientos de trabajadores que significaría un costo más alto de la mano de obra en perjuicio del modelo económico gringo.
La lucha entre grupos pro migrantes y ultraconservadores es añeja, la forma más divertida que hasta el momento he visto en el cine es el hilarante producto del posmoderno director Robert Rodríguez Machete (2010). Acostumbrados ya a sus guiones faltos de cordura, la creación de situaciones poco probables y escenas grotescas, nos presenta en esta cinta a un Danny Trejo que en su caracterización excesiva, definitivamente encarna a un antihéroe pro-mexicanos que es el horror de los puritanos texanos: lleno de tatuajes y con un aspecto sumamente adusto, no sólo comanda a cientos de pachucos, cholos y chundos (como diría Jaime López) en sus carros tuneados y armados hasta los dientes, además logra aglutinar a toda la servidumbre (jardineros, cocineros, paleros y hasta el señor del carrito de paletas) todos con enormes ametralladoras que ponen a temblar las residencias y cómoda vida de aquellos que precisamente odian a los migrantes. Pero además Machete canta victoria al reivindicar al latino feo (adiós galanes de telenovelas hechas en Miami) que se liga a las dos güeras (Linda Lohan entre ellas) pero que sólo las usa temporalmente pues su verdadero amor siempre estará en su origen étnico.
Los clichés están a flor de piel: puestos de tacos de buche atendidos por una sexy latina (Michelle Rodríguez), enfermeras ilegales con minifaldas, mexicanos que desean que las fronteras se cierren (“al cabo ya estoy de este lado”) y, claro, una canción ranchera que definitivamente debió haber sido en la voz de Vicente Fernández. El quid de la película es una especie de utopía de los migrantes: todos están dentro de una organización secreta llamada Network, asociados para protegerse, para ayudar a otros a alcanzar el sueño americano, y sobre todo prepararse para el momento en que se tengan que enfrentar a los duros republicanos texanos que en sus jeeps se dedican a asesinar en el desierto a compatriotas.
Las organizaciones existen, los clubes de migrantes no sólo actúan en el norte, repercuten también en nuestro país a través de programas creados ex profeso donde participan con recursos, como el caso de Becas 3X1, un proyecto que esta semana entregará nuestro gobernador Carlos Lozano de la Torre y que tiene por finalidad otorgar becas a cerca de 5000 alumnos todos hijos de migrantes. De igual forma la semana pasada en una emotiva ceremonia entregó 175 apoyos a proyectos productivos que en estas tierras están ejecutando migrantes. Ambos programas, que se suman a otros tantos, tienen por objetivo evitar la expulsión de aguascalentenses dándoles la oportunidad de tener éxito en su tierra, y es que un gobernador que también fue migrante, tiene a flor de piel las dificultades por las que atraviesan todos aquellos que van en pos del american way of life.
El reto de ambos países, México y Estados Unidos, es doble: por un lado contribuir a una migración ordenada y que garantice los derechos de todos los trabajadores, pero de igual forma crear las oportunidades para que se vaya erradicando la dependencia económica de México hacia las remesas. Tal pareciera que el verdadero Machete no es un motociclista que vuela desde una explosión y corta las cabezas de los émulos de Joe Arpaio, sino una reforma integral migratoria de aquel lado de la frontera, y la creación y aumento de más programas como Becas 3X1 y Proyectos Productivos Migrantes, en nuestro país.
