La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Este año será, sin lugar a dudas, un indicador del escenario que viviremos para las elecciones locales del próximo año. Las circunstancias han cambiado completamente, las manifestaciones sociales tanto en el país como en el estado en temas que han sido coyunturales para nuestra Nación han obligado a todos los actores políticos a incorporar nuevos temas en la agenda de Gobierno; más partidos políticos se integraron en la competencia electoral, que evidentemente, algunos ya están capitalizando los momentos de inestabilidad para posicionarse en el electorado, práctica, que por cierto, no es nada nueva; los candidatos independientes pondrán a prueba su legitimidad, cabe mencionar que en nuestro Estado sólo se registró uno ante el nuevo INE, y a pesar de los obstáculos legales que les fueron impuestos buscarán a toda costa aquellos votos que podrían ser nulos o bien las posibles abstenciones con campañas de concientización.
Actualmente, está presente el fenómeno de desencanto político en gran parte de la población, porque aún no hemos podido demostrar a todos los ciudadanos que es a través de la política, y por ende de la participación, que podemos transformar el Statu quo, los poderes fácticos que han estado presentes durante los últimos años han jugado un rol primordial para que se desarrolle este escenario de indiferencia, escenario, que por supuesto, les favorece sobremanera. Los jóvenes que deberían ser el principal motor de transformación, se han visto alcanzados por la desconfianza para con sus representantes populares y están en su derecho, por la falta de responsabilidad y malas decisiones de éstos; pero también, deben estar conscientes que está en ellos el que los lobos disfrazados de ovejas no vuelvan, jamás, a ocupar cargos públicos, porque desde ahí nos han arrastrado al oscurantismo y a la incertidumbre. Dejemos claro en nuestra juventud que fomentando la anarquía y el desorden social no es la manera de cambiar el rumbo de este país.
En el mismo tenor, nos enfrentamos también ante las prácticas políticas más bajas y repudiadas por el pueblo, el oportunismo y el clientelismo. Ya sea por desvío de recursos o a través de programas sociales para posicionar a un candidato o partido político, los gobiernos tanto federal, estatales y municipales deben abstenerse de presentar estos comportamientos, están obligados, por Ley, a mantener las manos fuera del proceso electoral asumiendo las responsabilidades legales que cada uno tiene. Pero no son solamente estos niveles de Gobierno los que tienen que mantenerse al margen del proceso electoral, también el Poder Legislativo y Judicial tienen que comportarse responsable y objetivamente haciendo su trabajo sin perseguir fines políticos como desgraciadamente lo hacen algunos personajes quienes, desde sus trincheras, posicionan su imagen para futuras candidaturas a puestos de elección popular.
Lo que es de suma importancia en estas elecciones no es sólo una renovación a nivel federal de la Cámara Baja del Congreso de la Unión, es el futuro del país y el nuevo rumbo que tendrá que tomar nuestro Estado para mejorar en todos los sentidos, así pues, lo que está sobre la mesa es el futuro de nuestras familias y eso no es algo que se debe tomar a la ligera o como un juego, es una situación en donde todos los actores involucrados debemos asumir un alto grado de compromiso y responsabilidad, obedeciendo a quienes nos debemos como funcionarios electos popularmente: a los ciudadanos de nuestro país.
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