Cuando hablamos del manejo de la información en los medios de comunicación, consideramos varias formas para hacerlo; de entre esas formas, podemos señalar de manera mínima tres: la primera es la mera transmisión de la información; la segunda, la explicación de la información; y, finalmente, la interpretación de la información, que está ligada a la llamada editorialización.
Encontramos medios electrónicos e impresos que distinguen estos tres manejos de información. Es decir, transmiten con claridad y precisión la información de un determinado asunto; asimismo, cuando, para su mejor comprensión, el medio de comunicación explica el asunto informado utilizando diversas formas o perspectivas de acercamiento o de contraste; y, también finalmente, cuando el medio de comunicación asume una determinada posición acerca del asunto informado, ya sea en un sentido u otro, a favor o en contra, y presenta la información realizando su propia interpretación del asunto expuesto, que coincide con lo que también llaman línea editorial del medio.
De ahí que cuando el movimiento de estudiantes universitarios #YoSoy132 habla de la manipulación de la información y de la imposición de un presidente de la República por los medios, señalando de manera particular la televisión y a Televisa, es necesario e importante abrir con amplitud el espacio del estudio político.
El movimiento tuvo su origen en un evento de campaña del candidato Enrique Peña Nieto, y en un ambiente perceptivo que los estudiantes de la Universidad Iberoamericana tenían del candidato. Para su consideración es necesario invertir el tratamiento de estos dos puntos. Cuando Peña llega a la Ibero, en los estudiantes ya existe una posición respecto a su campaña: Ronit Guttman, estudiante de comunicación, afirmó que quienes protestaron contra el candidato “somos parte de un movimiento estudiantil que está en contra, no de un candidato, sino de una propuesta de país que no es la que queremos” (La Jornada, 13 mayo). Además, durante el evento, achacaron a Peña ser un candidato “que se vende como un objeto de mercadotecnia y no como un verdadero político” (La Jornada, mayo 12).
La manifestación contra el candidato se dio, por lo tanto, desde que llegó a la universidad, durante su presentación, y hasta que se retiró del plantel; aquí podemos decir que la presentación del candidato y la manifestación de los estudiantes, transcurrieron conforme a un desarrollo previamente esperado. ¿Qué fue, entonces, lo que originó que los estudiantes de la Ibero contribuyeran al inicio de un movimiento estudiantil llamado #YoSoy132, que se sigue expresando hoy en día, principalmente, contra los medios de comunicación –la empresa Televisa- y contra la presunta imposición del próximo presidente de la República?
La respuesta la encontramos en el video que elaboraron 131 estudiantes de la universidad; en el documental respondieron a dirigentes del PRI y del PVEM, quienes los acusaron de no ser estudiantes de la Ibero, de ser porros y acarreados, y de haber sido organizados por un partido político, señalando posteriormente al PRD. En el video afirmaron que sí son estudiantes de la universidad, por lo que –muchos de ellos- mostraron y mencionaron su número de cuenta de inscripción, agregando, además, que no son porros ni acarreados, y que ellos sí leen.
Aquí encontramos un ingrediente: son algunos medios de comunicación, particularmente algunos conductores de noticias de Televisa, Grupo Fórmula, Milenio, y Foro TV (en razón de los que puedo señalar, por escucharlos o verlos en cierta medida), aparte de medios impresos que tuvieron una cobertura de la protesta estudiantil casi ausente, como, por ejemplo, el periódico El Universal de los días posteriores. El detonante del video de los 131 fue, precisamente, que los medios de comunicación no informaron con claridad lo que fue la visita de Peña a su universidad. El colmo fue el titular de ocho columnas de los periódicos El Sol, como sucedió aquí en Aguascalientes, que describieron el “éxito” de la visita del candidato Peña a la Ibero.
La importancia del evento en la Ibero fue que abrió la alerta de la imposición del próximo presidente de la República, con la ayuda del fuerte impacto de los medios de comunicación; aquí entramos al terreno, que hoy es litigio en el Tribunal Electoral y debate en el Consejo General del IFE, que apunta a la manipulación de la información de los medios, para favorecer a Peña, y para desfavorecer a los otros candidatos.
Es un asunto que tiene una frontera casi invisible, que nos lleva a la pregunta de ¿cómo distinguir la transmisión de la información, su explicación y la interpretación editorial –normal y justificada de cada medio-, de la manipulación y el favorecimiento indebido? Considero difícil poder llegar a una conclusión, ya que, en el marco de la libertad de expresión, cada medio asume su propia manera de informar y de atender a sus clientes.
Una luz la tuve al escuchar el viernes pasado a Javier Solórzano en su noticiero vespertino Ultra Noticias, transmitido por Alternativa FM 92.7, en el que, a propósito de la acusación del PAN y del PRD al PRI por el uso de recursos paralelos en tarjetas Monex, entre otros comentarios dijo “si existen las tarjetas Monex, no por esto ya es un delito”.
Encontré un ejemplo pertinente de lo que durante muchas escuchas de estos medios estuve percibiendo: el manejo intencional -¿o manipulación?- a favor de Peña de cualquier información para que la audiencia lo aprecie como el idóneo para que sea el próximo presidente de la República; combinado con la constante de desvirtuar o poner en tela de duda todo lo que lo pueda afectar, presentándolo como “una simple prueba que tiene que ser comprobada y sancionada por el Tribunal, y que no cambia los resultados”.
El efecto a favor del consenso ambiental de esos medios nacionales a favor de Peña está siendo bueno, como también lo ha sido –durante años, como efecto Televisa- para muchos artistas cantantes y actores.
