Después lo ocurrido el pasado 7 de junio, prácticamente la mirada de toda la clase política se ha instalado en la estación 2016. Los que aspiran, los que suspiran y los que todavía respiran.
Aunque pública y mediáticamente algunos salgan a decir que el proceso que recién concluyó no es vinculatorio para el venidero; haya quienes se cuelguen los triunfos y aseguren que es por su reconocido liderazgo o aun cuando haya quienes aprovecharon el 2015 para hacer campaña por y para sí mismos; hay realidades indiscutibles.
Los invencibles resultaron vencidos, los que habían mantenido bajo perfil fueron amplios vencedores, quienes veían lejos la posibilidad de obtener candidaturas en el 2016 resultaron hoy prestos para entrar de lleno a la contienda.
Por ahora me enfocaré a lo ocurrido en el Distrito II electoral federal. Al respecto he escuchado comentarios de todos, rojos, amarillos, verdes, turquesas, morenos y los no tanto precisamente sobre el resultado de esta elección.
Arlette Muñoz ganó el proceso, obtuvo la confianza de la gente, logró convencer a los electores de ser, entre todas, la mejor opción. Una ama de casa, profesionista, madre soltera, trabajadora incansable, logró conectar con la gente, dejó atrás el discurso de la conocedora, no tenía por qué presumir, algo que sí era visible. Supo entender el problema de la gente por la simple y sencilla razón de que es algo que ha vivido, que ha experimentado, en pocas palabras, no nació en cuna de oro y eso valió y se notó.
Ahora bien, ¿cómo es posible que una “simple desconocida” haya logrado acabar con el mito en un distrito que se decía totalmente priista? ¿Fue problema de estructuras? ¿Fue problema de eficiencia? ¿Fue problema de la marca? ¿Fue problema de extrema soberbia? La respuesta es clara, el PAN ganó.
Y es menester mencionarlo y así decirlo, sobre todo por quienes estuvieron detrás de cada campaña, hoy por hoy, existe un ganador que huele a coordinador y existe también, con nombre y apellido, que la nueva política que resultó la perdedora.
Queda la lección para quienes hasta hace poco no creían que ir #EnRuta es el camino correcto. Nos vemos en el 2016.




