La verdad debo decirlo, yo sí tenía mis dudas, sobre todo en lo referente al director para esta Gala de Ópera, el maestro Enrico López Yáñez, y con esa duda, entre otras, me dirigí al Teatro Aguascalientes a disfrutar del tercer concierto de la segunda temporada del año 2015 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.
El programa para esta Gala de Ópera inició con la Obertura El Murciélago de Johann Strauss II y toda la primera parte del concierto versó sobre algunas de las más célebres arias, duetos y cuartetos de diferentes óperas. Escuchamos después La Habanera de Carmen de Bizet, de la misma ópera, Votre Toast. De la Rondine de Puccini escuchamos Chi il bel sogno di Doretta, del mismo compositor, pero de la ópera Tosca E lucevan le Stelle. Uno de los coros más célebres en el repertorio operístico es indudablemente Va Pensiero de Nabucco de Giuseppe Verdi. De la ópera Lakmé de Léo Delibes escuchamos el dueto para continuar con el dueto de la ópera Los Cazadores de Perlas de Bizet. Una de las arias más célebres para soprano de todo el repertorio operístico es Si mi chiamano Mimi de La Boheme de Giacomo Puccini, de esa misma ópera escuchamos después O soave Fanciulla. La primera parte terminó con el O Fortuna de la cantata escénica Carmina Burana de Carl Orff.
La segunda parte de esta gala operística inició con la obertura de la ópera Le Nozze di Fígaro de Mozart, después vino el Largo al Factótum de El Barbero de Sevilla de Rossini para continuar con Vesti la Giubba de la ópera Pagliacci de Ruggero Leoncavallo, después regresamos a El Barbero de Sevilla con Una voce un poco fa. A continuación escuchamos dos partes de Rigoletto de Verdi, primero el Caro nome tuo y después el celebérrimo cuarteto Bella figlia dell’amore con la participación de los cuatro protagonistas de esta gala de ópera. A partir de este momento el concierto tomó el rumbo de la música popular mexicana abriendo esta sección con el Huapango de José Pablo Moncayo lo que verdaderamente me parece un exceso si consideramos que esta misma obra será ejecutada con mayor justificación en el concierto del 11 de septiembre dedicado, por las fechas patrias, a la música mexicana. La verdad no encuentro una razón justificable para tocar esta inmortal página de Moncayo en una gala operística.
Siguiendo con el repertorio mexicano escuchamos Granada de Agustín Lara, Júrame de María Grever, Novillero y Solamente una vez también de Lara; Bésame mucho de Consuelo Velázquez, la que sigue no es mexicana, es de David Foster, The prayer y el concierto terminó con el Libiamo, mejor conocido como el Brindis de la Traviata de Verdi.
El elenco anunciado para este concierto estaba integrado por las soprano Mónica Abrego, la mezzosoprano Solanye Caignet, el barítono Marco Rodríguez Badillo y el tenor Jorge López Yáñez, el Coro Esperanza Azteca y, por supuesto, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, todos ellos dirigidos por el maestro Enrico López Yáñez. El tenor Jorge López Yáñez presentó fuera de programa a dos cantantes, en primera instancia, un joven tenor llamado Carlos Luna, la verdad impresionante; sabemos, por lo que el mismo Jorge López Yáñez mencionó al presentarlo, que es la primera vez que canta con una orquesta profesional ante un teatro que por fortuna estaba lleno, sería lógico pensar que los nervios lo pudieran traicionar, es normal, pero no, yo no sé si estaba o no nervioso, pero al escuchar su voz, por cierto, cantó Granada de Agustín Lara, la impresión fue gratísima, qué bien por él, pero también qué bien por Jorge López Yáñez que se preocupa por dar oportunidades y abrir foros para talentos que esperan pacientemente ser descubiertos y que seguramente, la mayoría de ellos, se quedarán en el anonimato. Este muchacho, Carlos Luna, tiene un torrente de voz, le fluye de manera natural, tiene un rango de voz muy amplio, estoy seguro que aun siendo tenor no tendría dificultades para alcanzar los registros de barítono, éxito a este joven talento.
Otra de las sorpresas fue una hija de Jorge López Yáñez, Emilia, que ejecutó, entre otras cosas, el Ave María de Schubert. Hermosa voz, sin duda, pero no creo que su repertorio sea el del canto operístico, música más ligera sería seguramente su repertorio ideal, aunque claro, con estudio y disciplina todo es posible, pero insisto, su timbre de voz no es, a mi juicio, el apropiado para la música culta, por otra parte, cantar muy cerca del micrófono nos impide apreciar la verdadera potencia de su voz. El Coro Esperanza Azteca bien, pero es evidente que faltó trabajo en los ensayos.
En cuanto al director, mencioné al inicio de estas líneas que tenía mis dudas, pero no, pronto quedaron despejadas. Enrico es muy joven y claro, le faltan muchas cosas que aprender, pero definitivamente hizo un trabajo muy decoroso, cumplió con las exigencias del programa sin mayor problema y sin duda habrá de ganarse un lugar en la escena nacional de la dirección orquestal.
Para el cuarto concierto, la Sinfónica nos ofrece un programa que inicia con Obertura Le Corsaire de Berlioz, continuamos con el Concertino, Op. 26 en mi bemol mayor de Weber. Después del intermedio escucharemos dos obras de Tchaikovski, la Polonesa de Eugene y Francesca da Rimini, Op. 32, el solista al clarinete es el maestro Miguel Ángel Navarrete Y la dirección de José María Ferreira, director invitado. La cita es el próximo viernes 4 de septiembre a las 21:00 horas en el Teatro Aguascalientes, la casa de nuestra Orquesta Sinfónica, por ahí nos veremos si Dios no dispone lo contrario.
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