Mr. Robot es un drama que fue la revelación de 2015 junto a Halt and Catch Fire, pero que no tantas personas ha visto debido a que no cuenta con el hype de Game Thrones, serie que mis filias y fobias nomás no me atrapa, ya que no me gusta ese tipo de fantasía. Aparte de que todos hablan de ella y esta columna no está pensada para ser parte de una conversación generalista. [Así mis delirios como comentador de cultura pop]. Míster va de Elliot, un chavo antisocial que hackea gente, teléfonos, sistemas, órdenes mundiales; siendo el primer show que retrata con dignidad y veracidad lo que sea que hagan los hackers. La primera temporada tuvo ecos de Anonymous y los Ocupas, mientras que en la segunda no fueron certeros los rumores acerca de una trama contra Washington (al menos no en siete capítulos) sino que da un giro completa y va acerca del control.
La segunda temporada tiene dividida a la crítica gringa. Dicen que es lenta y que no pasa nada, aspectos que eran perdonados en asuntos más contemplativos como Mad Men o True Detective. La última semana vi siete capítulos y me parece un avance excelente sobre la gran calidad de la primera entrega. Un reciente episodio, el cual tiene 20 minutos situados en un sitcom tipo Full House, es especialmente divisivo entre los fans. Yo opino que es una genialidad y un comentario en varios niveles acerca del control y la realidad. Lo más meta es la burla a la televisión noventera y sus bajísimos valores de guionismo, producción y actuaciones. Todo eso transcurre en una alucinación del protagonista. Incluso uno puede interpretar que los sitcoms malhechos (como Friends) son comedias oscuras con enfermos mentales que escuchan risas, hacen pausas y viven en un mundo poco veraz.
Elliot es uno de estos narradores poco confiables, así que la trama de estos siete capítulos (el jueves o miércoles de la siguiente semana sale el octavo) bien puede ser un señuelo de los creadores para ir a otro lado. Eso enoja tanto a críticos como a fans, pero pienso que mientras sea televisión de calidad [porque la cinematografía es hermosa] vale la pena. No todo en la vida tiene que tener un propósito o ser para algo, esas quejas son como los peores estudiantes de letras o filosofía. ¿No creen?
Bocadillo: ¿Nuestros líderes de opinión no están ya muy viejos? Lo digo por lo de los sobados no-cambios en Azteca, Televisa y la nueva cadena, a dónde va la no-propuesta de Ciro Gómez Leyva. Digo, por más que es padre que en el 7 el David Letterman mexicano ahora será (por el horario) Horacio Villalobos, no deja de llamarme la atención que es un señor de cincuenta años. Go figure.




