El martes 8 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de Norteamérica en las que se enfrentarán en las urnas la secretaria de Estado Hillary Clinton y el showman Donald J. Trump. Esta elección en particular tiene diversas particulares que la hacen histórica, como la posibilidad de que por primera vez una mujer despache en la oficina oval o el hecho de que el Partido Republicano haya postulado al candidato más ridículo de la historia.
Pero no hablaremos de la elección presidencial de los Estados Unidos. Se hace alusión al tema en razón de que no son pocas las voces que sostienen que la crisis cambiaria que vive el peso frente al dólar es única y exclusivamente a causa del crecimiento de la campaña de Donald Trump y la posibilidad real (muy real, léame) de que sea el próximo presidente de los Estados Unidos. Sin embargo, esta no es la única razón.
Existen varias razones por las cuales el peso se encuentra viviendo esta crisis: el incremento de la deuda del Gobierno, la incertidumbre por la elección presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica, la falta de recuperación de los precios del petróleo, entre muchas otras; sin embargo, la de mayor calado desde nuestro punto de vista es que estamos frente a un embate especulativo contra el peso mexicano y no tanto ante un mercado cambiario que reacciona frente a factores nacionales y externos que justificarían el encarecimiento del dólar.
Si se hace un análisis de los últimos meses del comportamiento que han tenido las monedas de las economías emergentes, como lo es la economía mexicana, nos encontramos con una serie de sorpresas que dejan callados a todos los defensores de la teoría Trump: la Rupia de India durante los meses de septiembre y octubre se ha devaluado aproximadamente en un 0.7% respecto al dólar americano, el dólar de Singapur se ha devaluado también sólo un 0.7% frente al dólar americano, el real brasileño le ha ganado un 0.3% al dólar, el yuan chino también ha ganado terreno en esos términos; en cambio en México el dólar en ventanilla solamente en el periodo que corre de los primeros 15 días de septiembre se ha devaluado en 9.7%.
Pero ¿por qué si el discurso de Trump contra China ha sido igual o más rudo que el que sostiene contra México su moneda se aprecia y la nuestra se devalúa en casi un 10%? La respuesta es poco sencilla pero de algo puede tener certeza el lector: Trump no es el problema.
El embate especulativo del que hablé en líneas arriba es una de las principales razones por las que, ante un escenario de incertidumbre en los mercados para todos los países, México está siendo particularmente afectado. Ha aumentado la apuesta contra el peso mexicano en los mercados de futuro de Chicago. En Estados Unidos existe un mercado de apuestas demasiado grande y consolidado, se apuesta desde el resultado de la Serie Mundial de Baseball hasta el futuro de las monedas. Durante principios del mes de septiembre, las apuestas contra el peso mexicano ascendían a 773 millones de dólares, para mediados del mismo mes las apuestas ascendían a 1,800 millones de dólares (más del doble).
¿Qué significa lo anterior? Que los apostadores norteamericanos, a los que nos encanta visitar e ir a comprar cada fin de año en sus malls, le están apostando (literal) a la caída del peso mexicano.
¿Cómo se advierte esto? Los inversionistas extranjeros, que previamente compraron Cetes (Certificados de la Tesorería) a 28 días, que previamente compraron acciones en el mercado bursátil mexicano de empresas nacionales y que previamente compraron bonos de deuda del gobierno mexicano (todo pagado en pesos), todo esto lo venden, van al mercado cambiario, lo convierten en dólares y lo sacan del país. Básicamente están comprando nuestra moneda en el mercado bursátil.
A esto hay que sumarle el grosero incremento de la deuda pública de esta administración, la cada vez más real posibilidad de que Donald Trump sea presidente de los Estados Unidos entre otros muchos factores en contra.
¿Qué hacer ante el escenario? Es poco lo que como ciudadanos comunes podemos hacer, pero si muchas personas lo hacemos podría adquirir relevancia.
- A) No compre dólares de pánico. Si usted piensa en comprar dólares para evitar que su dinero pierda valor y tener mayor seguridad se encuentra en un error. Mientras más dólares de pánico se compren menos valdrá el peso mexicano (y para pegarle a nuestra moneda ya están los apostadores americanos, no los ayude).
- B) Compre nacional: fortalecer al mercado interno significa comprar nacional, vender nacional, usar nacional. Esto va desde comprar vestidos artesanales o refrescos de marcas mexicanas se hasta invertir en la bolsa en empresas mexicanas que no especulen en contra de nuestra moneda. Todo va conforme a sus posibilidades.
- C) Dígales que voten: si el lector tiene familiares o amigos en Estados Unidos, con posibilidad de votar en las elecciones de Estados Unidos, dígales que voten por Hillary Clinton. La comunidad latina tendrá un papel decisivo el próximo martes y usted tiene que hacerle saber a sus allegados que no puede permitir que un racista llegue a la Casa Blanca. No podemos hacer más. Que Hillary gane no es la solución a todos nuestros problemas, pero al menos evitará uno.
Es posible resistir el embate, no podemos esperar a que la clase política lo resuelva, pero podemos poner nuestra mínima parte para resistirlo.
alvarezsanchezjl@gmail.com




