El día 21 de enero de 1790 la Asamblea Constituyente de Francia declaró que “Todos los hombres son iguales”. Previamente habían destituido al Rey Luis XVI y a toda su corte de nobles. Con este hecho en el que se daba fin al feudalismo y a la monarquía, sirvió de ejemplo para que muchos otros países buscaran liberarse de sus reyes y declararan además de la igualdad, el fin de la esclavitud. Influido por este movimiento, el cura Hidalgo habría de declarar abolida la esclavitud en México, veinte años después. Y si bien es cierto que este evento histórico fue de gran trascendencia, la verdad es que el mundo ha cambiado poco. En Europa existen varios países que siguen teniendo reyes y una abultada sociedad de príncipes, duques, condes y demás cabezas coronadas de la nobleza. Inglaterra y España son quizás los más conocidos regímenes monárquicos, aún cuando tengan primer ministro, congresos y democracias paralelas. El caso es para estudiarlo como un hecho humano que por su dilatada historia ya no tiene nada de sorprendente. ¿Por qué el hombre no ha logrado desprenderse de los reyes? ¿Por qué en las monarquías actuales, los nobles siguen disfrutando de una vida tan lujosa como inútil? ¿Es que los reinados se necesitan? Puesto que existen desde las primeras civilizaciones hasta el día de hoy, con una historia de más de 88 siglos todo nos permite suponer que sí, efectivamente el hombre necesita que alguien le mande, le diga lo que tiene que hacer y además está dispuesto a pagar un alto precio por ello. La democracia con todas sus ventajas no ha logrado instalarse en el mundo entero. En Asia, África, Medio Oriente y Europa hay reyes que siguen al mando. En Australia es una monarquía constitucional donde no hay reyes propios, pero la Reina Isabel es aceptada como su gobernante indiscutible. De manera que el único continente que puede considerarse libre de ser gobernado por la nobleza es América. Hace más de dos siglos nos liberamos de España e Inglaterra, países que aún siguen siendo súbditos la aristocracia. Pro volviendo a la pregunta original ¿Por qué el hombre necesita ser vasallo? Porque una buena parte de la población del mundo prefiere obedecer que decidir, acatar que responsabilizarse, seguir que conducir. Nos gustaría pensar que todos deseamos la libertad, la igualdad y la fraternidad como gritaban los revolucionarios franceses, pero no es así. Siempre han existido personas que prefieren la comodidad de ser gobernados a la incomodidad de hacerse cargo de sus propias vidas. Quienes desde que nacimos hemos vivido en la democracia y la asamblea, nos parece incomprensible que haya quienes prefieran vivir bajo los mandatos de un monarca, sin embargo nos sorprende la tranquilidad, calma y tranquilidad con la cual algunos habitantes europeos, aceptan sin discusión la presencia en sus vidas de su rey, príncipe o cualquier otro mandatario absoluto. Tal vez algún día terminen las monarquías. Tal vez algún día todos los hombres del planeta que “somos iguales” decidamos que podemos gobernarnos a nosotros mismos.
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