Siguiendo con este asunto de los cincuentenarios que celebraremos a lo largo de este año, nos encontramos de frente con uno muy importante, el del concierto en la azotea, se le conoce así a lo que muchos consideran el último concierto de The Beatles que se celebró el 30 de enero de 1969 en la azotea del edificio de Apple Corps, ubicado en el número 3 de Savile Row en la ciudad de Londres, Inglaterra. El clima era gélido, como corresponde a esta parte del año en la capital del Reino Unido, los cuatro Beatles con todo su equipo de producción y grabación, entre los que por cierto estaba un joven en ese tiempo desconocido llamado Alan Parsons, además de un músico invitado, el señor Billy Preston, todos ocuparon sus lugares para dar inicio a aquella breve audición que The Beatles ofrecieron en el corazón de Londres.
Generalmente se acepta la fecha del 29 de agosto de 1966 como el último concierto ofrecido por los Beatles en el desaparecido Candlestick Park, o el Parque del Candelero en la ciudad de San Francisco, California, sede del equipo de la NFL San Francisco 49’ers y del equipo de la Major League Baseball, San Francisco Giants.
Sin duda ese fue el último gran concierto de The Beatles masivo, pero definitivamente no su última presentación pública, en aquella ocasión su playlist estaba integrado por las siguientes canciones: Rock & Roll Music, original de Chuck Berry, She’s a woman, If I needed someone, Day tripper, Baby’s in black, I feel fine, Yesterday, I wanna be your man, Nowhere man, Paperback writer y Long tall Sally. Existen algunas grabaciones de este concierto, aunque la calidad de audio no es la mejor, no hay que menospreciar su inobjetable valor histórico.
Lo cierto es que en aquellos años, estamos en la segunda mitad de los 60, la tecnología no estaba tan desarrollada como ahora y los amplificadores no eran lo suficientemente potentes para hacer llegar el sonido dignamente a todas partes, menos en un estadio con capacidad para más de 55 mil personas, y menos aún si quienes se presentaban en ese estadio eran Los Beatles, el griterío era tal que resultaba imposible poder escuchar, ellos mismos no escuchaban sus monitores y eso dificultaba las cosas haciendo que cada uno de los conciertos fueran cualquier cosa, menos una digna audición musical, así que los Beatles, comprometidos con su música y conscientes de que en sus conciertos resultaba imposible disfrutar de la música, decidieron dejar de hacer giras y dedicarse exclusivamente a hacer grabaciones, fue justamente cuando empiezan a crear, sin duda, sus mejores discos. A partir de Revolver, justamente en ese año, 1966, empiezan a dar vida a verdaderas obras de arte, además de que la complejidad musical impedía que esa música pudiera ser interpretada en concierto.
No obstante su negativa de regresar a las giras, de las que huían despavoridamente, decidieron, quizás como aventura, como un desliz, como una cana al aire, ofrecer una audición pública en la azotea de su propio edificio, el de Apple Corps en una hora muy complicada por el tráfico, dicen las crónicas que era la hora del almuerzo, no tengo claro cuál es esa hora, pero me imagino que por ahí de las 12:00 del mediodía, imaginemos el tráfico en Londres a esa hora y además el asunto de frío, enero en Londres es evidentemente muy frío pero creo que fue parte del atractivo, la audición inició y los paseantes por esa concurrida zona de la capital del Reino Unido empezaron a curiosear y a darse por enterados de que algo estaba ocurriendo y no era cualquier cosa.
El documental fílmico llamado Let it be, indispensable para entender bien, no solo el disco, sino todo ese momento que vivían The Beatles y que podemos considerar como el canto del cisne del grupo más grande en la historia del rock, nos muestra a todo tipo de personas volteando hacia las altura, vemos, por ejemplo, como un flemático caballero británico, ya de cierta edad, con abrigo, bombín y paraguas sube sobriamente las escaleras de un edificio y así, sin perder la compostura, se dispone a disfrutar de la audición gratuita.
El caos citadino es de tal magnitud que aparece por ahí en escena los oficiales de Scotland Yard para solicitar al grupo que suspendan la audición, eso que hoy conocemos con el nombre de The rooftop concert, el concierto en la azotea, porque literalmente el tráfico estaba desquiciado, y es que bueno, se comprende, ¿no? Ver a los Beatles en un concierto en una de las calles más transitadas de Londres y de manera gratuita, no se da todos los días.
El playlist de esa improvisada audición es el siguiente: Dos tomas de Get back, Don’t let me down, I’ve got a feeling, One after 909, Dig pony, toma dos de I’ve got a feeling, toma dos de Don’t let me down, y una tercera toma de Get Back.
Después de ser interrumpido el concierto, John Lennon termina con las siguientes palabras: “I’d like to say thank you on behalf of the group and ourselves and I hope we’ve passed the audition.” esto traducido es: “Me gustaría dar las gracias a nombre del grupo y de nosotros mismos, y espero que hayamos aprobado la audición”.
De esta manera se cierra la última presentación pública de The Beatles quienes se separarían al año siguiente, el 10 de abril de 1970.




