- La lucha para que no desaparezcan los refugios presuntamente fue ganada
- Al menos por ahora desapareció la amenaza de la Puerta Violeta
Al final de un 2019 en el que los refugios para mujeres violentadas, coordinados por asociaciones civiles, tuvieron que emprender una lucha para no desaparecer, parece que vuelve la calma; al menos esa es la promesa.
En principio, hay recursos etiquetados en el Presupuesto de Egresos Federal para los refugios y la intención de posicionar el proyecto de Puerta Violeta que los sustituya y que gobierno o municipio lo adecuen a sus modelos, no avanzó, ya que no hay presupuesto etiquetado para tal fin. Ahora la expectativa es que en el último momento no se redireccione el presupuesto, a pesar de que ya está etiquetado desde el Congreso de la Unión, expresó Roxana D’Escobar López Arellano, directora de Mujer Contemporánea.
“Luego de tanta lucha, algo se logró, se logró que haya un presupuesto etiquetado, que se considerara la trayectoria de tantos años de los refugios y que no se nos impusiera la Puerta Violeta. De hecho, en las dos últimas reuniones en la Ciudad de México, vimos que ya no había intención de posicionarla; esto debido a que el etiquetamiento para los refugios permaneció y ese proyecto no implica trabajar ni crear refugios”, externó la activista, quien consideraba que el objetivo para el dinero de la Federación destinado a estos centros de protección para mujeres sería canalizado a la propuesta de la Secretaría de Gobernación.
Roxana D’Escobar reconoció que la reacción de la Red Nacional de Refugios se realizó con base en que la información que circuló al despegue de la nueva administración federal era poco clara, además de la intención de posicionar un modelo de atención que a pocas convenció.
Otro cambio fue que después de varios años en los que los refugios batallaban con la Secretaría de Salud (a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva), a tal grado de considerarla una relación crítica, ahora es mucho más positiva luego de la llegada de la doctora Karla Berdichevsky, con quien sostuvieron una reunión: “En efecto, recibimos un trato mucho más gentil y amable, no de cuestionar a cada momento nuestro trabajo, sino de tratar de coadyuvar”.
Para D’Escobar la lucha aún no termina, pues habrán de esperar que salga la nueva convocatoria para el 2020, para la cual las asociaciones civiles participaron en la creación de los lineamientos, y que lleguen los recursos federales sin problemas; hasta entonces será posible asegurar que las cosas realmente cambiaron positivamente.




