Las contraseñas son como la ropa interior.
No puedes dejar que nadie la vea, debes cambiarla
regularmente y no debes compartirla con extraños
Chris Pirillo
Estimados Amigos Invisibles, llegamos al primer lunes del mes de enero, es decir, cuando muchos de nosotros estamos todavía con las festividades del Día de Reyes, aún más, cuando todos estábamos en las festividades de Año Nuevo, el gobierno federal planteó la posibilidad de recopilar datos personales sensibles, en particular datos biométricos -huellas dactilares, rostro e iris- de las y los ciudadanos mexicanos. Su argumento es: disminuir el robo de identidad.
El robo de identidad es cuando una persona obtiene, transfiere, posee o utiliza de manera no autorizada datos personales -ya le he mencionado en varias columnas que son datos personales– de alguien más, con la intención de asumir de manera apócrifa su identidad, para con ello, realizar compras, obtener créditos, tramitar documentos de identificación o cualquier otro beneficio financiero en detrimento de sus finanzas personales.
Cuando Usted piensa en un robo, por lo general nos imaginamos a una persona que le despoja sus pertenencias a otra persona. Para evitar robos en casa-habitación, es probable que se haya tomado la molestia de instalar un sistema de alarma, poner bajo llave sus objetos valiosos en una caja fuerte o de seguridad en el banco. En la actualidad, nuestras pertenencias no son las únicas cosas que necesita proteger, los ladrones modernos utilizan tecnología de punta, en donde, pueden robarle dinero, utilizar su capacidad de crédito y arruinar su reputación a través del robo de su identidad. A cualquier persona le pueden robar la identidad, ya que toda nuestra información personal se encuentra diseminada por muchos lugares, desde sitios web de compras online y bases de datos corporativas, hasta la cartera o un trozo de papel que pueda arrojar a la basura.
Los datos personales es toda información relativa a su persona que le identifican y le hacen identificable. Es la información que nos describe, que nos da identidad, nos caracteriza y diferencia de otros individuos. Además, son necesarios para que una persona pueda convivir en sociedad. A menudo facilitamos nuestros datos personales, por ejemplo: para abrir una cuenta bancaria, para solicitar una tarjeta de crédito, inscribirnos en un curso, solicitar una cita médica, cumplir una obligación fiscal, etcétera.
Sin embargo, hay que hacer la división de los datos personales comunes y los datos personales sensibles. Los segundos son datos que afectan la esfera más íntima del ser humano, y su divulgación indebida puede ocasionar daño al honor y la intimidad de las personas. Estos datos requieren mayor protección y la Ley establece un tratamiento especial.
Los datos sensibles son datos personales que revelan origen racial y étnico, opiniones políticas, convicciones religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o a la vida sexual.
Ante ello, el gobierno federal analiza adquirir licencias de un software especializado en recabar estos tres datos biométricos, además de equipamiento para cumplir con el nivel de procesamiento y almacenamiento de información. El dato biométrico es toda aquella propiedad física, fisiológica, de comportamiento o rasgo de la personalidad, atribuible a una sola persona y que es medible, de lo que se sigue el daño por el robo o mal uso es potencialmente irreversible, pues los datos biométricos de un individuo no pueden cambiarse y una vez comprometidos no se podría volver a tener seguridad en su uso.
A manera de ejemplo: en 2017, la empresa Avanti Markets, que distribuye máquinas expendedoras de dulces, fue objeto de un ataque a manos de ciberdelincuentes, que robaron los números de las tarjetas de crédito y los registros de las huellas dactilares de los clientes. Fueron 1.6 millones de personas las afectadas por el ataque realizado a través de un malware que recopiló estos datos personales de los clientes de la empresa estadounidense. Las huellas dactilares que sustrajeron los delincuentes informáticos fueron recopiladas por los sensores biométricos con los que cuentan algunas de las máquinas expendedoras de la empresa.
En este sentido, el INE a través del Consejero Marco Baños ya se manifestó, argumentando que la Segob solicitó al órgano electoral le transfieran los datos personales biométricos de 90.1 millones de ciudadanos del padrón electoral, en este sentido el Consejero señalo que no se entregará dicha base de datos, ya que uno de los pilares de la institución electoral es salvaguardar y defender sus atribuciones de proteger los datos personales de los electores y de este modo, evitar el manejo político.
Es importante que sepa que los datos personales son irrenunciables, intransferibles e indelegables, es decir, que no se pueden vender, ni regalar, únicamente se pueden transmitir o ceder para que sean utilizados en la realización de algún trámite o servicio.
Algunas recomendaciones para que no suplanten nuestra identidad:
*No ingreses nombres de usuario y contraseñas en sitios desconocidos.
*Evita compartir información financiera.
*Utiliza solo páginas electrónicas que cuenten con certificados de seguridad.
*En caso de que extravíes documentos personales presenta una denuncia ante la autoridad correspondiente.
*Evita proporcionar datos personales a encuestadores vía telefónica.
Le invito a que siga de cerca este tema. Le recuerdo que no hace muchos años el PAN y el PRI propusieron una cédula de identidad y la respuesta del IFE-INE fue la misma. Ahora el gobierno federal regresa con una propuesta similar, la diferencia es que quieren tomar todo el control desde la Segob -el fantasma de Don Fernando Gutiérrez Barrios acecha esta institución-.
Ya sabe, alguien lo tiene que decir. Para no dejar que unos lo hagan y otros lo permitamos.
[email protected] | @chazito14




