- Pérdida de empleos, crecimiento de la pobreza serán una parte del impacto
- Decisión de reactivar la economía deberá ser muy bien analizada
Para el presidente del Colegio de Economistas de Aguascalientes, Jael Pérez Sánchez, será inevitable que la economía internacional vaya directo a una crisis después de la sanitaria, pues con la llegada de la pandemia por el nuevo coronavirus fue evidente que ningún país estaba preparado para enfrentarla; por supuesto México no será la excepción y el impacto se traducirá en pérdida de empleos y crecimiento de la pobreza.
El profesionista advirtió que muchas situaciones habrán de cambiar después de la crisis sanitaria, a tal grado que, como ya se adelanta, el petróleo dejará de ser la energía que mueva al mundo, al ser evidente la quiebra técnica de Pemex, el país no se verá muy beneficiado, pues será determinante también el contexto internacional.
Ahora en medio de la pandemia, existen varias interrogantes: ¿Cuánto más va a durar el confinamiento?, ¿Cuánto más podrá aguantar la economía sin ser reactivada?, ¿habrá suficiente atención hospitalaria para los próximos seis meses?, ¿Cuánto más decrecerá la economía y cuánto tiempo más tardará en recuperarse?, ¿Abrir o no abrir el desarrollo de las actividades económicas y cuándo?
Expuso que la respuesta a cualquiera de las interrogantes representa un gran compromiso y un gran dilema, tal es el caso de definir la reactivación de la industria automotriz en Aguascalientes y otros estados, lo cual traerá sin duda grandes críticas y también aplausos, ya que deben de considerarse las medidas de seguridad para evitar los contagios, al calcular que no será en breve cuando pase la pandemia.
El economista recordó que en el 2019 comenzó el decrecimiento económico y a generarse menos puestos de trabajo y menos inversión fija bruta, que provocó que los indicadores macroeconómicos comenzarán a mostrar signos de debilitamiento, por lo que ahora la emergencia sanitaria viene a mostrar las deficiencias del sistema de salud y del educativo, entre otros; además de que la economía del país difícilmente resistirá cuatro meses paralizada y cuando se reactive habrá consecuencias graves como el desempleo y con ella el aumento de la pobreza y las desigualdades, el hambre y el incremento de la inseguridad.
“No hay manera de escapar al decrecimiento. Estaríamos decreciendo al menos a un seis por ciento, pero podemos decrecer más, dependerá de las acciones que se implementen a nivel nacional, es costo de no hacer nada es más caro; es importante que el gobierno sea el motor de la economía a través del gasto público”, señaló.
El presidente de Colegio advirtió a los Gobiernos estatal y federal que este no es momento para la austeridad, sino de permitir que el gasto público incentive la actividad económica, ante los pronósticos más pesimistas que señalan un decrecimiento para México hasta de un 14 por ciento, “ese sería el peligro de la no acción, además de la pérdida de empleos al doble del existentes, así como el crecimiento de la pobreza alimentaria hasta de cuatro por ciento; aunado a la lenta recuperación que tomará al menos cuatro años lograr los indicadores del cuarto trimestre del 2010”.
Desde el punto de vista del colegiado, la economía deberá abrirse, pero en condiciones diferentes a las que existentes, las medidas de protección se deberán incrementar en fábricas, oficinas públicas y privadas, escuelas, mercados, tianguis, restaurantes, hoteles y comercios. “La gente lo debe entender y es aquí donde estará el problema”, recalcó.




