Hablando de música, estoy convencido que lo que se escucha en casa cuando somos pequeños es lo que nos marca para toda la vida; en mi caso estimado lector el rock de finales de los sesentas y setentas fueron mis bases musicales que me ayudaron a crecer y entender la vida como ahora la percibo. Estoy convencido que la música nos forma una visión, un sentir, un estilo de vida e influye en nuestra personalidad y tal vez, sólo tal vez de manera consciente la compartimos con los nuestros de generación en generación; aún está presente en mis recuerdos de la infancia los días escuchando en familia el álbum blanco de The Beatles, o Black Dog de Led Zeppelin, Carlos Santana que tanto le gustaba a mi abuela Margarita y otras tantas leyendas del género que se escuchaban en San Ángel. Con el tiempo y como le decía estimado lector, los gustos musicales los seguimos compartimos con las nuevas generaciones; mis dos hijos crecieron comiendo con el Dark side of the moon de Pink Floyd y ahora ambos me comparten su “playlist”. Este martes mi hijo el mayor me pasó el concierto de Roger Waters llamado Us+Them un performance audiovisual impresionante que deja patente la fuerza de la música, de la imagen, de la actuación, del espectáculo multimedia que sin duda transmite el sentir del artista con relación al entorno social. Desde mi percepción personal yo visualizo al señor Waters como un luchador social, por ahí leía que es un resentido y que aún no supera lo vivido en la infancia y juventud, no lo se, a mi no me toca juzgarlo, pero lo que sí percibo es la fuerza que tiene sobre sus espectadores, me refiero al poder de respuesta y convencimiento que se da durante sus conciertos, en una de esas logra conformar un ejército de seguidores para levantarse al grito de “Pigs”.
Es claro su desacuerdo con los sistemas opresores del mundo, las críticas a Trump, Merkel, Putin, Johnson, incluso recuerdo en uno de sus conciertos que presenciamos el mayor de mis hijos y un servidor, la tunda que le tocó a Enrique Peña.
Por pura curiosidad estimado lector, me gustaría conocer la opinión que tiene Roger Waters con relación al gobierno populista de don Andrés, el cual por cierto nos está arrastrando a la debacle nacional.
Querido señor Waters le comparto un resumen de lo más relevante de esta administración; a casi un año y cuatro meses de haber invadido Palacio Nacional seguimos escuchando que la culpa de todo es de los otros, de los adversarios, de los medios, de los que no coincidimos con su manera de gobernar. El aeropuerto de Texcoco, proyecto de la mafia del poder; la crisis del desabasto de gasolina de aquel enero, obra de los neoliberales, le explosión en el ducto lo recuerda, culpa de la administración pasada, los “huachicoleros” todos amigos y compadres de Peña, pero ojo, aun no vemos las pipas que el señor jefe mandó comprar con nuestros impuestos para mitigar ese problemón que le dejó la administración pasada. Qué me dice de la gobernadora de Puebla y su marido, se enteró de este caso señor Waters, Dios castiga según Barbosa, Dios todo lo ve, incluso los departamentos en Houston no declarados por Sánchez Cordero y Jiménez Espriú.
Don Andrés ordenó la cancelación de las estancias infantiles, no eran necesarias, para eso estaban y están los abuelitos, para cuidar a los nietos y amiguitos agregados, excelente idea, pero y a los adultos mayores quién los cuida, se imagina esto en los tiempos del Covid-19 dos grupos vulnerables sin supervisión.
Señor Waters deje le paso el chisme; en mi país, aunque está dentro del bloque de las naciones emergentes, contamos con un avión presidencial, un transporte al servicio de la figura presidencial en turno, usted le ve algo de malo a eso, supongo que no, a poco se imagina a un presidente utilizando aerolíneas comerciales para viajar dentro de territorio nacional, aclaro de una vez, porque don Andrés no ha salido del país, quizá no tiene pasaporte ni visas vigentes, en fin, se imagina la escena señor Waters, algunos pasajeros abandonan los vuelos por el miedo a que vaya a pasar algo, visualice los aeropuertos cuando este personaje viaja, la logística de seguridad que se tiene que implementar; a veces pienso señor Waters que don Andrés lo hace para sentirse aceptado por las personas con quien se topa en las terminales aéreas, pero qué tal que le sale al paso un demente que no coincida con sus ideales y atenta contra su vida, en el problema que nos mete, y digo que nos mete por lo que implica un atentado a la figura presidencial. Bueno pues para no hacerle el cuento largo, el jefe no quiere el avión, el jefe lo manda con los vecinos del norte porque al parecer existe un interesado en comprar la nave, el jefe no lo ha podido vender, el jefe lo quiere rifar entre todos nosotros, el jefe no lo va a entregar al ganador de la rifa, le dará una lana pero se quedará con el avión presidencial para venderlo o no se qué cosa, el jefe saca el tema en plena pandemia cuando estamos en los momentos más críticos de todo esto, creo que el jefe nos quiere ver la cara.
Vamos a gastar mil millones de pesos para la construcción y remodelación de estadios de béisbol, eso está súper bien no cree señor Waters, deje lo contextualizo, don Andrés piensa que todo México es territorio beisbolero y que con eso se va a ganar las palmas del respetable y le pediremos de todo corazón que nunca nos abandone, que siempre y hasta que se muera sea nuestro presidente, señor Waters usted tampoco está de acuerdo con los dictadores verdad; ya ve, le acabo de dar una idea para su nueva rola de protesta, le puede poner “Latinoamérica tiene un gran dictador”.
Dos bocas, el tren maya proyectos que no se han ido ni se irán de la agenda, de la agenda de don Andrés pues son las gemas de su guante para dominar la galaxia, aun y cuando se requiere dinero para atender las crisis de salud y económica que se avecinan.
Señor Waters déjeme organizar una “vaquita” entre amigos rockeros para que ahora que pase todo esto nos pueda visitar, le eche un ojo a la situación y pueda incorporar a su show un capítulo de cómo se gesta una dictadura y cómo se engaña a un pueblo.
@ericazocar
