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viernes, diciembre 5, 2025

Sobre el cubrebocas, tapabocas, mascarilla, hipoxia y algo más/ Alegorías Cotidianas 

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Reconozcamos que la prenda de moda es el “cubrebocas” hay de todo tipo de texturas, colores y tamaños, algunos los personalizan mientras que otros buscan diseños que representen, supongo, su personalidad o afinidad a ciertos personajes, claro, nos referimos a los reusables, no a los Nº95.

Algunos diseños de cubrebocas son muy creativos mientras que otros no lo son tanto, lo digo en particular ya que en una tienda el chico que estaba en la caja traía uno del Joker y la verdad me dio horror el verlo, bueno seguramente tendrá clientes que le preguntarán donde lo consiguió.

Además de ser el artículo de última moda también se ha convertido en uno controversial. En redes sociales se ha desdeñado la utilidad de éste mientras que el vocero de la presidencia sobre Covid, nuestro querido López-Gatell no termina de definir si es útil u obligatorio el uso del mismo.

Lo cierto es que no podemos estar consumiendo cubrebocas a diestra y siniestra mientras nos hacemos a la idea de que esto va para largo y es incierto el tiempo que tendremos que usarlo, si así lo decidimos, en beneficio de nuestros seres queridos y de nosotros mismos.

Los negocios piden de manera obligatoria el uso de cubrebocas y las personas lo entienden como tal, cubre la boca y no la nariz por lo que consumidores, dependientes o meseros lo portan bajo la nariz, si lo vemos desde una perspectiva práctica la cosa es usarlo, pero, pero no especifican que bien puesto.

Cubrebocas o tapabocas no lo encontramos en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) sin embargo la mascarilla “es la máscara que cubre la boca y nariz para proteger al que respira, o a quien está en su proximidad, de posibles agentes patógenos o tóxicos” por lo que cubrebocas y tapabocas con sinónimos familiares a ésta utilizados de este lado del charco, sin importar como se le denomine lo esencial es que cubra nariz y boca para, como bien lo dice su definición, proteger al que respira.

Así que no se usa el cubrebocas en el cuello ni en la barbilla ni solo en la boca sino en nariz y boca lo que nos lleva a pensar que si pasaremos largos tiempos portándolo es indispensable elegir bien el material del que está hecho para garantizar la comodidad y la protección.

Mucho se difundió en redes que el uso prolongado del cubrebocas producía hipoxia, una enfermedad que se deriva de la deficiencia de oxígeno sin embargo, eso está descartado pues las aberturas laterales y superiores permiten que en oxígeno circule y no se convierta en dióxido de carbono, tal como lo explicó Maria Elise Calle, Epidemióloga y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, mientras los tejidos que se usan dejen pasar el gas, es decir el oxígeno que es un gas mezclado con nitrógeno y el CO2 que produce nuestra exhalación, así pues mientras pueda haber este intercambio, no corremos riesgo alguno.

Lo siguiente es verificar qué tipo de cubrebocas y tela es la mejor para mantenernos sanos al evitar contagiar o contraer el virus. 

Los cubrebocas evitan que partículas de saliva entren en contacto con nuestra nariz y boca así como que las nuestras lleguen a un tercero por lo que la recomendación es adquirir uno con material respirable. No sé usted pero yo tengo claustrofobia, así como lo lee, y en ocasiones en viajes de varias horas en auto necesito imperantemente salir un poco para “tomar aire” pues siento que no puedo respirar debido a que el auto en circulación tiene las ventanillas cerradas por lo que el usar un tapabocas “impermeable” de neopreno me hacía sentir asfixia (antes de ponérmelo) y me llevó a investigar un poco sobre los materiales que serían más recomendables para sobrevivir a los tiempos del Covid.

En junio de 2010, después de la influenza, la Academia de Oxford (Simple Respiratory Protection—Evaluation of the Filtration Performance of Cloth Masks and Common Fabric Materials Against 20–1000 nm Size Particles). Las telas podrían elegirse por zonas debido al frío o al calor, pues debemos reconocer que con una temperatura mayor a los 25º es un poco sofocante el uso de los cubrebocas sin embargo, la Asociación Francesa Para La Normalización (AFNOR), creada por cierto después de la pandemia de la gripe española en el siglo pasado cerca del 1926, sintetiza todo lo que necesitamos saber sobre los cubrebocas, telas y modelos para la “nueva normalidad”.

La AFNOR recomienda el uso de mascarillas hechas de algodón de 120 hilos, pues el material es “respirable” de dos o tres capas sin filtros. Muchas personas han optado por hacer cubrebocas con filtros intercambiables, sin embargo, lo hacen con materiales sintéticos no respirables lo que dificulta la respiración y los vuelve incómodos. También recomienda evitar los que llevan una costura en medio que forma como una concha pues terminan con el paso del tiempo aflojándose y ocasionan una abertura superior por donde puede entrar el virus, en caso de permanecer cerca de una persona contagiada sin síntomas.

Es muy importante no manipularlo mientras lo traemos puesto, quitarlo y ponerlo solo con los cordones sobre las orejas y sobre todo que sea cómodo para que esté siempre bien colocado y evitemos estar tocándolo constantemente.

Hay que lavarlo, con agua caliente, cuando lo retiremos de nuestro rostro y lavar inmediatamente las manos. Una vez que esté seco es necesario planchar a una buena temperatura para matar cualquier residuo de contaminante que haya quedado.

Lo importante del uso del cubrebocas es, en realidad, minimizar el riesgo de contagio y si lo usaremos por varios meses o quizá más busquemos el estar cómodos al usarlo, respirar bien sin sentirnos mareados, sofocados o enfadados, pero sobre todo tomar las decisiones adecuadas para nuestra salud.

Así que ya sabe, más que por la moda busque un cubrebocas que le permita sentirse cómodo, de doble capa y preferentemente de algodón o popelina de 120 hilos, su salud está en sus manos.

 

Laus Deo

 

@paulanajber

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