Igual de peligroso que el Covid es la situación económica, las micro empresas desaparecen y vemos muchos locales con las cortinas abajo pues no sobrevivieron a la contingencia.
Muchas microempresas han cerrado sin que fuera el resultado de contar un plan emergente para llevar a cabo, sino que, al vivir del día a día se hace complicado el tener resuelta la liquidez de la empresa cuando se tienen que pagar salarios con cero entradas de dinero.
Lo interesante del fenómeno social que produce la pandemia es que todos nos movemos para obtener recursos, y gracias a eso el arte ha podido ser beneficiado de incentivos para crear proyectos que sean galardonados y con ello puedan llegar a término.
En realidad, los concursos siempre han estado ahí, pero sumados a los incentivos y a la difusión estos crecen y por tanto las oportunidades se multiplican.
En los tiempos del Covid la creación literaria ha sido impulsada para que, desde el encierro imaginario, los jóvenes puedan crear historias y darle rienda suelta a la imaginación con el fin de lograr obtener algunos de los lugares que ofrecen estas convocatorias.
La creación literaria es muy importante, en estos momentos escribir es trascender la situación, dejar las redes sociales y expandirse al mundo. La mejor manera de enseñar a un joven a ser creativo es, en estos tiempos de tanta distracción mediática y social, con un estímulo que lo lleve a reconocerse como creador.
Leer y escribir son importantes para la vida, como las matemáticas son la base para comprender, analizar y crear.
Las redes sociales nos distancian de la escritura, la lectura y la ciencia, si bien nos llevan a compartir información no siempre es la más adecuada, como fuente debido a su calidad o dudosa procedencia.
Estimular la creación literaria con el fin de obtener un estímulo económico quizá no sea lo ideal, pero por lo menos es el principio de una actividad que enriquecerá su vida para siempre.
Algo que enseñan en los concursos es a manejar la frustración. El espíritu tiene que cultivarse y los fuertes son los que se mantienen intentándolo una y otra vez. No es fácil, pero mostrar que siempre hay oportunidades y que se gana también cuando no los eligen puede ayudarnos a sortear otros aspectos que pueden ser importantes saber enfrentar en la vida como el empleo, la carrera que se elige, la toma de decisiones y quizá hasta hacer lo correcto.
Cuando estimulamos a un chico a participar en un concurso y no es elegido lo importante es volver a intentarlo. Para ello se necesita un gran soporte familiar que poco a poco lo haga encontrar su estilo y la perseverancia, al paso del tiempo la desilusión se convertirá en el escalón que lo llevará a conquistar metas pues, en la vida todo se correlaciona.
Como guía en casa es muy importante el saber que como joven creador las únicas expectativas que tiene que llenar son las propias y no forzarlos a que cumplan las nuestras. Quizá nosotros tengamos un estilo muy definido para crear y nuestra perspectiva sobre sus productos puede hacer que continúen o desistan. Respetar la individualidad creadora es esencial para que las letras no queden en el tintero.
El proceso creativo cada uno lo experimenta de diferente manera por lo que en casa podemos observar y dar pauta a que se desarrolle libremente para que, los jóvenes que tenemos en casa, puedan participar de la creación.
Esta apertura a los concursos de adolescentes y jóvenes creadores nos indica que del arte si se puede vivir siempre y cuando la creatividad no deje de producir o no duerma en nuestro inconsciente.
Al volcar la cotidianeidad en algo extraordinario les ayudamos a creer que no hay límites y que la libertad no está afuera sino adentro pues el libre pensamiento es lo único que el Covid o la recesión económica no podrá manipular, perturbar o parar.
Por otra parte, es mejor intentar ganar un concurso para ser beneficiado de un premio, pequeño, mediano o grande, que no intentarlo y frustrar esa voz que nos narra historias y nos vuelve creativos.
La sola escritura nos puede sanar muchos aspectos de nuestras vidas, por lo que, participar de los concursos durante la pandemia nos muestra una manera diferente de sobrevivir mientras el mundo vuelve a ser algo más habitable y no gracias al virus sino a lo que como sociedad provocamos.
Para participar lo único que hay que hacer es entrar a un buscador y hacer clic después de escribir la palabra concurso, verá usted que aparecerán muchas opciones para escritores consolidados y principiantes, pero sobre todo la gran oportunidad de que los jóvenes comiencen a formarse desde ahora para quizá después ganar el premio de novela Poniatowska el cual ofrece 500 mil pesos al único ganador.
Escribir es solo cuestión de decisión, la creatividad es el resultado de escuchar nuestra voz interior, la recompensa es animarnos a hacer lo que no sabíamos que podíamos conquistar.
Escriba, motive a los jóvenes a escribir, a crear y démosle vuelta a esta pandemia.
Laus Deo
@paulanajber
