- Ventas a la baja, un mercado de exportación debilitado, enormes pérdidas y deudas, el coletazo de Covid-19… En abril y mayo Pemex reportó un desplome de 71% en las ventas por la exportación de crudo
EMEEQUIS/Patricia Tapia
Cuando se trata de destacar las fortalezas de Petróleos Mexicanos (Pemex), el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre argumenta que se ha logrado aumentar la producción de crudo y las reservas petroleras, así como la construcción de una nueva refinería en su tierra natal, Tabasco.
Pero ¿qué hay de los otros números que, contrario a la fortaleza que transmite el presidente, tienen en vilo a la petrolera que dirige Octavio Romero Oropeza? Ventas a la baja, un mercado de exportación debilitado, enormes pérdidas y deudas, que se agudizan por un entorno económico golpeado por el Covid-19.
La pandemia y los conflictos en el mercado petrolero propiciaron meses de terror para la Empresa Productiva del Estado. En abril y mayo pasados reportó un desplome de 71% en las ventas por la exportación de crudo, ambos meses suman mil 206 millones de dólares, no es ni la mitad de lo que obtuvo en los mismos meses de 2019 (4 mil 151 millones).
El peor fue abril: el valor de las exportaciones se situó apenas en 486 millones de dólares, una caída de 74.4% en relación con igual mes del año pasado, pues el precio del barril promedió 13.74 dólares, lejos de los 54.53 dólares con los que cerró 2019.
Aunque el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación se recuperó un poco durante mayo, llegando a los 21.88 dólares por barril, el valor de los envíos de crudo al exterior se mantuvo bajo: las ventas fueron por 720 millones de dólares, 68% menor contra el quinto mes de 2019.
Aunque el volumen exportado se mantuvo en una tendencia similar a abril y mayo del 2019, los bajos precios del crudo dieron resultados negativos a la petrolera.
Además, con las tensiones del mercado petrolero, presionado por los árabes y los rusos, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros invitados, entre ellos México, en abril pasado pactaron el recorte de casi 10 millones de barriles diarios a partir de mayo para equilibrar los precios, un evento en el que la titular de la Secretaría de Energía (Sener), Rocío Nahle, fue muy señalada a escala nacional e internacional, al abandonar la reunión y dejar a todos los representantes en espera. Además, por ser renuente a bajar la producción. Finalmente sólo aceptó reducir 100 mil barriles diarios.
Desde entonces, analistas pronosticaban que no se tendría un buen recibimiento de la poca colaboración de México y que incluso lo llevaría a perder mercado asiático, algo que sí se observa durante mayo, pues los envíos de crudo al Lejano Oriente apenas fueron de 62 mil barriles diarios, una caída 81.5 % respecto a igual mes de 2019.
También les fue mal
Las ventas en el mercado interno, sostenidas por los petrolíferos (gasolinas, diésel, turbosina, combustóleo, asfaltos y otros), así como de gas natural, tampoco tuvieron un buen desempeño. En abril y mayo de este año suman casi 50 mil millones de pesos, mientras que en abril y mayo de 2019 se alcanzaron los 145 mil millones de pesos, esto significa un descenso de 65.6%.
Estas ventas se vieron afectadas principalmente por un descenso en la demanda de gasolinas y diésel, pues con el confinamiento hubo menos movilidad del parque vehicular y también los precios se redujeron por la caída en el precio del crudo.
La venta de turbosina también se desplomó por la nula actividad del transporte aéreo. Las aerolíneas tuvieron que cerrar varias de sus rutas y dejar en tierra buena parte de su flota por el Covid-19. En un reporte enviado a la Comisión de Valores de los Estados Unidos de América (SEC), la Empresa Productiva del Estado estima un derrumbe en sus ventas nacionales de 61% para el segundo trimestre del año. Será a finales de este mes cuando Pemex de a conocer sus resultados financieros entre abril y junio.
Los resultados de la petrolera se esperan sean muy negativos, pues en el primer trimestre del año, aun sin tener de lleno el golpe de la pandemia y la caída en los precios del crudo, tuvo la mayor pérdida en su historia por 562.2 mil millones de pesos. Además, su pasivo total, entre deuda financiera, beneficios a trabajadores y proveedores, asciende a 4.2 billones de pesos.
Un incipiente aumento
“Estamos reconstruyendo seis refinerías y construyendo una nueva en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, para que en 2023 alcancemos la autosuficiencia en gasolinas y diésel, y dejemos de importar estos combustibles. Se recuperó la producción petrolera; ya estamos extrayendo un millón 753 mil barriles diarios”, dijo el presidente López Obrador en su discurso el pasado 1 de julio, con motivo de su segundo año de haber ganado las elecciones.
Contra los malos resultados en sus indicadores financieros, lo que AMLO presume es la producción de crudo y la refinería de Dos Bocas en Tabasco. Pero en la extracción de crudo, Pemex por sí solo, es decir, sin socios, en los primeros cinco meses del año, promedia un millón 690 mil barriles diarios, esto es 2% mayor en comparación con el mismo lapso de 2019.
Mientras que, con socios, reporta una producción de un millón 956 mil barriles diarios, 2.3% más en el periodo que se compara.
En la elaboración de petrolíferos se registran un promedio de 711.6 mil barriles diarios, sólo un incremento de 1.6%.
Reforma energética, la culpable
En su programa sectorial de la Sener 2020-2024, publicado este miércoles 8 de junio, la dependencia encargada de la política energética del país señala que muchos de los males de Pemex se derivan de la reforma en el sector que se implementó con Enrique Peña Nieto.
El documento destaca que en la producción de hidrocarburos, Pemex se ubicaba entre los principales productores de petróleo crudo y líquidos en el mundo. Hasta antes de la implementación de la Reforma Energética administraba las reservas nacionales y era el único productor en el país. La deliberada disminución en las inversiones redujo la restitución de reservas para sostener niveles de producción competitivos.
“Con la Reforma Energética, Pemex quedó sujeto a una regulación y régimen fiscal asimétricos que tuvieron como consecuencia la pérdida de mercado, mayor endeudamiento y una menor inversión en las actividades de la industria; sin que a la fecha la inversión privada haya dado resultados que garanticen los requerimientos energéticos del país en términos de producción, restitución de reservas y aporte fiscal”, se asegura.
Es por eso que dice que para atender la “problemática” de Pemex es necesario recuperar la Rectoría del Estado a través de la Sener, con la participación de los Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética, alineados a la política del rescate del sector energético nacional. Esto, según Sener, para que la petrolera pueda competir en igualdad de circunstancias con los demás agentes económicos del mercado, así como incrementar las actividades de exploración y extracción en las zonas de mayor valor, con prioridad en garantizar la soberanía y seguridad energética.
En abril pasado, cuando la agencia Fitch rebajó la calificación crediticia de Pemex, una de las consideraciones que puso es que la Empresa Productiva del Estado tiene un gobierno corporativo débil, debido a la alta interferencia del gobierno en la estrategia de la compañía, financiamiento y modificaciones en la gestión que cambia la administración.
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