El 31 de agosto de 2003, se aprobó en Países Bajos el consumo de la marihuana con fines médicos. Aún cuando consideramos que es una nación del primer mundo con elevado nivel sociocultural, todo el mundo sabía que eso era una broma. De inmediato surgieron por todo el país los expendios de la hierba y además ahí se podía consumir de todas las maneras que se deseara, fumándola en cigarrillos, en pipas, en narguiles (pipas árabes de vapor) y hasta en tabletas, caramelos, paletas y repostería. Además de infusiones combinadas con café, té y licores. ¿Cuál era el objetivo medicinal de ello? Ninguno, todo el mundo acudía a esos sitios denominados eufemísticamente Coffeeshops. Por supuesto también crearon un reglamento estricto para su prescripción médica, mediante el cual los profesionales de la salud podían indicarla como fármaco. El resultado fue el que todos imaginamos. Los médicos pronto dejaron de recetarla porque simple y sencillamente después del boom de los primero meses, nadie la buscó porque no sirve. La marihuana no cura nada. Y esto además ya está demostrado en todo el mundo. O sea que su consumo sigue siendo con “fines recreativos” Y aquí viene lo más curioso del asunto, en Holanda, nación primermundista, está prohibido el consumo de la marihuana para uso recreativo y resulta que eso es precisamente lo que se hace. Además ha creado un fenómeno turístico impresionante, cuando los fines de semana, jóvenes de toda Europa visitan los Países Bajos solo para adquirir y consumir la cannabis. Está permitido venderla y consumirla, pero está prohibido cultivarla ¿Entonces dónde la compran? Obviamente en el mercado negro, que por lo mismo tiene que ser tolerado. Como se sabe los neerlandeses estuvieron metidos como colonia durante siglos en Indonesia, Sumatra, Madagascar y Java y después de su independencia, sigue teniendo un intenso comercio con esos países que son sus principales proveedores de marihuana. Aunque como buenos comerciantes se la compran al mejor vendedor incluyendo a México. Lo ocurrido en Países Bajos se repitió poco después en España, Portugal y otros lugares de Europa, con el mismo resultado. A 17 años de distancia, la noticia ya no interesa. Los coffeeshops siguen existiendo, pero la moda ya pasó. Ahora se consigue la marihuana por todos lados. La cannabis medicinal ya dejó de ser un tema a comentar, porque está plenamente comprobado que no sirve para nada. Sigue siendo considerada una droga blanda, porque sus efectos psicotrópicos no son intensos ni duraderos. El principal problema de la marihuana es la adicción, que es superada y con mucho por el vicio del tabaquismo. Entonces ¿Por qué sigue habiendo tanto tráfico y tanta delincuencia asociada a su cultivo, procesamiento, venta y consumo? Porque las autoridades mundiales incluyendo a la OMS (Organización Mundial de la Salud) no han tomado una medida definitiva en cuanto a su aceptación. Y no hablamos de legalización, porque el consumo de marihuana ya es legal en nuestro país y en todo el orbe, sólo condicionado a cierta dosis para uso personal. Pero es lo mismo que ocurrió en Holanda. ¿Cómo está permitido su consumo y prohibido el cultivo y el comercio? A esto no hay quien le entienda.




