- Aunque ha habido programas que promueven el empleo formal, no cumple con la demanda que hay para este sector vulnerable
- Pandemia ha provocado que bajen las ventas, algunos prefieren no salir pues tienen una comorbilidad
Un poco más del cincuenta por ciento de personas con discapacidad tienen un empleo informal, vendiendo en las calles. La pandemia les ha impedido seguir con su trabajo, ya que se han complicado las ventas y algunos prefieren no salir debido a que tienen comorbilidad.
Ante la ola de despidos que ha ocurrido en el país derivado de la crisis económica que ha dejado el Covid-19, las personas con discapacidad son quizá los más afectados, pues, como comentó el presidente del Consejo Estatal de Personas con Discapacidad, Jesús Iván Villaseñor Alvarado, son probablemente los primeros en ser despedidos.
La pandemia del Covid-19 ha impedido que muchas personas con discapacidad salgan a trabajar, ya que la mayoría de ellos son autoempleados y laboran en la informalidad. “Hay gente que se dedica a vender en semáforos y plazas sus dulces y le sufren porque la gente no trae dinero”, dijo Villaseñor.
El representante estimó que un poco más del cincuenta por ciento de las personas con discapacidad trabajan en la calle, hay quienes no pueden laborar pues tienen capacidad múltiple.
Otro tanto de personas que trabaja en la calle ha preferido mantenerse en casa debido a que no quiere exponerse a un contagio, pues “Unos, además de tener discapacidad, tienen diabetes o hipertensión”.
Aunque desde el Gobierno del Estado se han promovido bolsas de trabajo para personas con discapacidad, Villaseñor Alvarado destacó que la oferta de vacantes no cumple con la demanda que hay de trabajo
Destacó que es necesario que el gobierno dé a conocer que existen los incentivos parafiscales que promueven el contrato de personas con discapacidad y que ayudan a empresas a deducir en el pago de impuestos.




