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viernes, diciembre 5, 2025

Las bien muchas razones para ofrecer a los lectores un mejor suplemento cultural 

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or razones que desconozco, los miembros del consejo (aunque en alguna de las misivas que he recibido ellos lo escriban como “concejo”) editorial del Bien Mucho, han emprendido una intensa campaña (de la cual he sido sólo convidado de piedra) para denostar al periódico que creyó en su trabajo durante los pasados 5 meses.

Nunca he tenido un diferendo público con el licenciado Jesús Eduardo Martín Jáuregui, quien, además de todo, es el notario de cabecera de la empresa que da luz a La Jornada Aguascalientes, ni entiendo el por qué de su malestar. Además, desconozco por qué ese malestar ha sido expresado al representante legal de esta empresa antes que a quien toma las determinaciones editoriales en el periódico, que soy yo.

Pero entre las múltiples demandas que los amigos del “Bien Mucho” han exigido en su campaña cibernética (más intensa que la promoción que hicieron en 5 meses del periódico y de su suplemento), tienen razón en una: los lectores merecen una explicación sobre las razones que me llevaron a determinar la no publicación del suplemento el último sábado de junio.

En principio, pensé que no hacer públicas esas razones era lo más adecuado, pero ante los calificativos que he leído, entre los que increíblemente encuentro la palabra “censura” (luego de que en 5 meses no le modifiqué ni una coma a los textos que me enviaron), creo que vale la pena exponer mis argumentos.

El primero de ellos tiene que ver con la pobreza del trabajo expuesto. Para muestra, a continuación reproduzco la última propuesta de contraportada, tal cual se me hizo llegar por parte de Juan Pablo de Ávila.

A lo anteriormente expuesto, acompañaban a la edición del suplemento 3 textos: uno de ellos, previamente publicado en un suplemento denominado “trópico de cáncer”; otro, una selección de poemas también ya publicados; y otro, un poema cuya calidad no quisiera calificar, pero elaborado por un escritor que previamente había renunciado a escribir en el suplemento y “en el mismo diario que Felipe González” (lo que en la derecha se califica como intolerante, en la “izquierda” quieren hacerlo pasar por revolucionario).

Como comprenderán los lectores, La Jornada Aguascalientes no puede componerse, de forma reiterada, por textos previamente publicados, como sucedía en el “Bien Mucho”, violando las reglas que impone cualquier manual de estilo de una publicación que se respete.

En cuanto a la propuesta de contraportada, no es que no se comprenda el papel que juega el sentido del humor en la cultura; de hecho, el trato irreverente hacia la información ha sido un sello distintivo de La Jornada desde sus inicios. Pero lo que exhibía esta propuesta es el grado de conformismo en el que el suplemento había caído: chistes locales, que no eran de interés general ni motivo de gracia para los lectores; bromas burdas y predecibles, hechas sin el menor grado de sofisticación.

Si escritores de la talla de Julio Cortázar, Enrique Krauze y Fernando Savater fueron capaces de preparar textos inéditos para rendirle tributo a Mario Vargas Llosa en Letras Libres, ¿Por qué el suplemento cultural de La Jornada Aguascalientes le iba a ofrecer un refrito de un texto previamente publicado a Dolores Castro?

Creo que el consejo editorial abusó del respeto que tuvo por parte de la dirección del diario (construyendo, prácticamente, un feudo al interior de una empresa que les otorgó plena confianza y canalizó recursos económicos para la edición y publicación de su trabajo), y que el esfuerzo fue yendo a menos, cada vez, sin incluir en esta valoración a todos sus integrantes. Siempre noté un interés altísimo de Evangelina y Aurora Terán en el suplemento, al igual que de Jesús Reyna, así como una actitud de colaboración y respeto de Guillermo Saucedo.

¿Me acusan de censurar su obra? Cuando fue el propio consejo editorial del “Bien Mucho” el que me pidió, reunidos en el Café del Codo, no publicar las colaboraciones que “los denostaran”, como las de Enrique Rodríguez Varela. ¿Me acusan de censurar?, cuando el presidente del consejo editorial decidió publicar criticas contra el ICA bajo seudónimo, pese a ser una política del periódico negar esa prerrogativa indigna. ¿Me acusan de censurar?, cuando los integrantes del “Bien Mucho” han fustigado la actitud crítica de los jóvenes escritores que integran la propuesta de “México Kafkiano”. ¿Alguno de los colaboradores editoriales de este periódico puede demostrar que un artículo le haya sido mutilado?

La otra gran razón por la que el suplemento tuvo a bien ser suspendido es por el sectarismo con el que era conducido. En el suplemento cultural de La Jornada Aguascalientes pasó de noche la inauguración del Centro Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Aguascalientes; se omitió decir una palabra acerca de la publicación de la antología de Dolores Castro que hizo la UAA; y nunca se enteraron de la polémica sostenida entre Evodio Escalante y Javier Sicilia en relación al plagio y el Premio de Poesía Aguascalientes, entre muchos otros asuntos.

En algunas ocasiones, las omisiones fueron involuntarias, pero muchas veces se hizo con dolo y con una visión excluyente, como cuando se me reclamó por parte del consejo editorial que en una columna del periódico fueran incluidos en una lista de prospectos para dirigir al ICA en la próxima administración Gustavo Vázquez Lozano y Jorge García Navarro. ¿Sólo valía que el notario Martín Jauregui y el Doctor Salvador Camacho estuvieran en posibilidad de dirigir al ICA?

Pero el mensaje que con más énfasis quiero dar a los lectores, tiene que ver con el compromiso que tiene La Jornada Aguascalientes con la cultura, y que trasciende al entendimiento con un determinado grupo.

El periódico ha apostado, como ningún otro, a la cultura; así lo constatan los eventos que el periódico ha co-organizado (y que los miembros del “Bien Mucho” se atribuyen por completo), la cobertura a la vida cultural de Aguascalientes (fundamentalmente, producto del trabajo de mi compañera Susana Rodríguez), las múltiples “plumas” que colaboran generosamente con el periódico (José Luis Justes, Silvia Ríos, Gustavo Vázquez Lozano, Enrique Rodríguez Varela, Andrés Reyes, Sergio Rodríguez Prieto, Juan Castañeda, Julieta Orduña, Víctor González, Salvador Camacho, Ana Leticia Romo y Mónica Rodríguez de Luna, entre otros), los grabados de Andrés Vázquez Gloria, el suplemento mensual de filosofía “Péndulo 21” y la inversión que hemos realizado en los distintos suplementos culturales (pese a que estos nunca se han acompañado de un solo espacio de publicidad).

Por eso es oportuno decir que nuestros lectores no merecen el menor de nuestros esfuerzos, ni un producto de auto consumo; merecen contenidos que estimulen la formación de públicos y la creación artística. Quienes colaboraban con el único fin de engrandecer el mundo de la cultura en Aguascalientes y quienes encontraban en el suplemento una identidad, pueden estar seguros de que habrá apertura y admiración por su trabajo en los nuevos espacios que abramos, sin que tengamos que adjudicarnos el favor de “publicarlos”, y sin importar que hayan o no hayan formado parte del “Bien Mucho”.

Renunciar al “Bien Mucho” no es renunciar a la cultura, sino renunciar a que el periódico se vea representado por un determinado grupo, cuyas políticas editoriales no confluyen con las de La Jornada Aguascalientes. A finales de este mes, estaremos publicando un nuevo suplemento para nuestros lectores, dedicado exclusivamente a temas de cultura y con una mejor pensada oferta en sus contenidos.

La difusión de la cultura es una de las razones de nuestra existencia, y ha sido, sin lugar a dudas, una de las motivaciones fundamentales para que este periódico haya sido adoptado con tanto cariño por una extensa comunidad de lectores. A ellos, les ofreceremos un mejor suplemento cultural; más plural, más diverso, más cuidado, más incluyente, y con criterios de calidad más rígidos; un suplemento  que dialogue con otras publicaciones, que se cuestione, que esté al tanto de lo que sucede en el mundo de la cultura en los ámbitos local, nacional y global.

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