Cuando afirmo lo que en el título se lee, me refiero al hecho de que el triunfo del PAN en las elecciones para gobernador en 1998, significó una modernización de la vida política local en tanto abrió la puerta a la alternancia en el poder, sin duda una de los elementos principalísimos de cualquier democracia. Ya sabe usted: concurrencia de partidos políticos, elecciones libres, conteo de votos, unos ganan, otros pierden y viceversa, y se acabó: todos contentos. Es decir, se normalizó la política de Aguascalientes. La paradoja de este hecho –la verdad algo más bien simbólico- fue esa mirada al pasado; a la tradición, que significó el montaje de un nacimiento en el Palacio de Gobierno, supongo que para marcar distancia con el antiguo régimen. Y sin embargo quizá el pistoletazo de salida lo haya dado el gobernador Barberena hace 31 años, cuando asistió a la celebración central de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre de 1991, una vez que el Congreso de la Unión había revisado la legislación jacobina de la Constitución, le quitó filo, como a los toros de hoy en día, y reconoció una serie de cuestiones. Ya después vinieron la asistencia a la Romería de la Asunción, el nacimiento, los árboles navideños, las luces, las esferas, el Cristo Roto, e incluso cuando el PRI volvió a ganar la gubernatura, se siguió con esta práctica, y en la sede de los poderes estatales se presentó una pastorela, en diciembre de 2003.
La imagen muestra un nacimiento montado en el Palacio de Gobierno, si la memoria no me engaña, en diciembre de 2003. No es el primero, pero sí uno de ellos. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).




