LJA.- Los lenguajes de la amistad son mucho menos complejos y profundos que los del amor, pero son más duraderos.
MAC.- Yo lo que estoy buscando, ahí sí podría decirlo es saber un poco más todos los días, en eso está el conocimiento también de las personas, el conocimiento, un conocimiento que te haga crecer más, uno quisiera ser más joven, tener toda la fuerza, porque también tienes una mayor capacidad, no sólo para aguantar físicamente sino mentalmente, puedes leer más, viajar más, yo visitaba tres o cuatro museos en un día, ahora todo lo vas calculando, sopesando, vas sólo a ciertas salas, que también está bien, a veces ves eso y de pronto te das cuenta que no recuerdas nada, aunque siempre queda algo abajo.
Cuando escribí ese aforismo, pensaba en una frase de Sartre, los amigos hablan de una manera natural, es un solo lenguaje, es directo, en cambio cuando estás con una mujer, sobre todo con una mujer que te gusta, hay también un lenguaje del cuerpo, de sobre entendidos, en ese yo pensaba.
LJA.- Casi con desesperación, después de treinta y cinco años de trabajos literarios, tengo la impresión de que recuerdo poquísimo de lo que he leído, y peor, de lo que he releído, y que solo queda en mí, en proporción a las horas de lectura, una coma o un punto del gran discurso.
MAC.- No te lo puedo contestar mejor, creo que ahí está escrito, me sorprende que encontraras eso, porque muchas veces uno no se acuerda bien ni de lo que ha escrito, creo que es una buena respuesta, te darás cuenta con los años que si juntaras todo lo que has vivido, juntarás un día, si resumieras en la memoria, aún en las capas del subconsciente o del inconsciente, quizás sólo recordarías 24 horas de los 60 0 70 años.
LJA.- Sin embargo tienes lecturas decisivas, sustanciales, de las que es posible que no recuerdes la coma o de forma exacta, pero te dejan marcado.
MAC.- Pero la tienes pegada al cuerpo, siempre son las que marcan más son las de juventud, algunas de juventud siguen siendo las de toda la vida, y algunas las dejas de seguir pero son fundamentales, yo diría que en principio Neruda y Lorca, cuando me preguntan que literatura me gusta, bueno, pues de qué siglo y de dónde, pero fundamentalmente para mi escritura, yo leía mucho a Lorca, pero Neruda, Neruda era completamente de la familia y me influía muchísimo, como después me influiría Vallejo, más que Neruda, a pesar de que el mayor poeta de lengua española es Neruda o en otro orden T.S. Eliot, si estamos hablando de poesía, Rimbaud, definitivamente, pero Rimbaud no sólo en la escritura sino en la vida, a Rimbaud lo he traducido infinidad de veces, las cartas, las Iluminaciones, la Temporada en el infierno, yo creo que el libro que más he leído en mi vida es la Temporada en el infierno, lo debo haber leído 200 veces, sobre todo en el sentido del viaje, la caminata, es una gran influencia, sobre todo como modelo, por eso digo en algún prólogo que así como Borges se sentía más orgulloso de lo que había leído que de lo que había escrito, yo decía que me sentía más orgulloso de lo que había caminado de lo que había escrito, para mí, eso ha sido más la vida, creo que he podido vivir intensamente, que he podido juntar vida y literatura.
LJA.- El gusto por la añoranza sirve para escribir o hacer literatura, buena o mala, pero niega la vida. Se debe afirmar la vida, aun si te vas mañana.
MAC.- Claro, es decir, primero está la vida, yo estaba muy obsesionado por la muerte entre los 20 y los 30 años de lo que estoy ahora, después de los 30 se me quitó, aparece mínima la palabra muerte en mis poemas.
LJA.- Dios y el tiempo, la muerte y las escenografías del sueño, los sesgos ocultos del amor y las llagas invisibles del catolicismo, la vivencias del viaje y el lenguaje de la naturaleza, la acción y la contemplación, el conocimiento y la ignorancia, el fracaso y el éxito, ¿siempre antípodas?
MAC.- Tendríamos que ver prácticamente cada texto, aunque uno dibuja más los fracasos que los éxitos, uno escribe más en los momentos difíciles, que en los momentos de alegría, porque muchas veces más que poemas de alegría parecen libros de motivación personal, no es que la alegría no pueda ser descrita en la poesía, lo puede ser como buena literatura, los mejores ejemplos de una visión optimista está en poetas como Whitman, pero eso es vocación de felicidad más que felicidad misma o como es Neruda después de las Residencias, como es Odiseas Elytis, que además yo los leo con un enorme placer, me gusta mucho esa poesía de la alegría, me gustaría ver más a la gente alegre, me encantan las mujeres alegres que las mujeres tristes, como uno es melancólico huye de las mujeres tristes, cuando uno encuentra a una mujer inteligente y alegre es ni mandado a hacer.




