- Aborda el tema de la migración con un montaje sencillo de danza y luces
- Una actriz que danza acompañada con un juego de luces para hablar de la migración
También las mujeres se marchan de su tierra, dejan atrás a sus familias y buscan un rumbo para su propio destino aún cuando el origen este medianamente claro, el lugar a donde ellas llegan es totalmente incierto. Los riegos que corren los llevan en la piel pero sobre todo en el alma y el espíritu porque cuando las personas se van nunca dejan del todo atrás lo que vivieron antes. Esta es la historia que narra Mujeres migrantes, bajo la dirección de Eliana Donnola y con la asistencia de Brenda Aguayo que fue la alumna evaluada como parte de este ciclo de presentaciones de los estudiantes de octavo semestre de la Universidad La Concordia.
Esta fue la penúltima entrega de los exámenes de los estudiantes, la idea de esta puesta en escena fue pensada para un espacio exterior, toda la escenografía estuvo montada en la azotea de un edificio adecuada como el lugar de donde la mujer parte sin un rumbo fijo, como al principio existe un dejo de ilusión por aquello que al parecer va a encontrarse delante pero después la realidad cae de peso sobre ellas y dan cuenta que irse lejos no es la manera más certera de encontrar la felicidad.
¡Qué lejos estoy del cielo donde he nacido! ¡Qué inmensa nostalgia invade mi pensamiento!, ahí en esa azotea que se vuelve inmensidad, un desierto donde sólo a lo lejos se mira un vestido blanco que baila con el aire en medio de la soledad, un pequeño paraguas y una maleta llena más de nostalgias e historias pendientes por contar que por ropa y víveres para la sobrevivencia del cuerpo.
Hubieron de esperarse los asistentes hasta que el cielo estuviera lo suficientemente oscuro para hacer lucir la proyección que se tenía prevista como parte del montaje, en medio de la escena una mujer estaba sentada en el suelo, de frente lo único que podía verse era una maleta sostenida por un par de manos que apenas alcanzaban con los dedos a sostener esa valija, con el inicio de la música, la mujer comenzó a desenredar su cuerpo, se dejó ver, en sus ojos el desconcierto, la añoranza de la tierra y la familia.
Una de las peculiaridades de la obra fue la parte de la proyección que fue parte de la escenografía virtual, hubo un momento donde la actriz se acercó a un área donde se encontraba un espacio de lavaderos, con el agua clara y tibia que corría por la llave y se escuchaba al caer, se lavo las manos y los brazos con una expresión de angustia y volvió de nuevo al espacio inicial. Una de las partes que a opinión de algunos asistentes fue la que más lució es la parte final.
En esta última parte de la historia, después de que la mujer mira pasar a través de proyecciones imágenes de su tierra termina por marcharse y detrás de ese rumbo que ha elegido la espera una jaula, el encierro de la distancia, muchos cumplen su sueño de ganar más dinero o estar en el extranjero sin embargo de poco les sirve porque en realidad la vida se vuelve un encierro.




