La distancia que hay entre la Ciudad de Aguascalientes y la CDMX es de 512 kilómetros, con una duración del viaje entre 5 horas con 40 minutos a 6 horas. Los mismos kilómetros y horas recorrió el oriundo de la unidad habitacional de Tlatelolco en la CDMX; el Campeón Mundial de Peso Gallo de la Asociación Mundial de Boxeo desde el 14 de marzo de 1975 hasta el 19 de noviembre de 1997, ostenta el record profesional de 33 victorias de las cuales 32 fueron por la vía del cloroformo: nocaut, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972: Alfonso Zamora Quiroz.
El pasado martes 5 de marzo del 2024, teniendo como escenario el inmueble de la Calle Dr. Lavista 189. Colonia Doctores CDMX. La catedral del pancracio mexicano: La Arena México. Mauricio Sulaimán presidente del Consejo Mundial de Boxeo CMB y la presidenta del Comité Olímpico Mexicano COM: María José Alcalá. Rindieron un merecido homenaje a ex boxeadores olímpicos mexicanos, donde les entregaron un cinturón conmemorativo.
Alfonso Zamora fue uno de los homenajeados, junto a los ex boxeadores olímpicos: Francisco Cabañas, Joaquín Rocha, Juan Fabila, Antonio Roldan, Marylin Badillo y Tania García, entre otros pugilistas en retiro. Quienes pisaron la lona del ring de la Arena México.
Alfonso Zamora creció entre los pasillos de la unidad habitacional de Tlatelolco CDMX, infinidad de veces cruzó la famosísima e histórica Plaza de las Tres Centurias. A la edad de 12 años, Alfonso Zamora tuvo que desertar de sus estudios. Cambiando las aulas de su ex escuela por los pasillos de la unidad Tlatelolco y las colonias aledañas, sin un rumbo definido. Por ese andar incierto tuvo contacto con el mundo de las drogas y la delincuencia. Tocando fondo.
“Yo caí desde niño en las drogas y el pandillerismo, era ladrón. Me juntaba con narcotraficantes desde chico. El ambiente en el que llegué a crecer me jaló, me involucró y sin el boxeo no hubiera subsistido. Me hubiera pasado lo que a todos los que están en ese medio, o mueren o van a la cárcel”. Palabras textuales de Alfonso Zamora, en entrevista para ESPN.
Como dice la canción del poeta de la salsa Rubén Blades: Amor y Control: Aunque tú seas un ladrón, y aunque no tienes razón, yo tengo la obligación de socorrerte, y por más drogas que uses, y por más que nos abuses. La familia y yo tenemos que atenderte. Solo quien tiene hijos entiende que el deber de un padre no acaba jamás, que el amor de padre y madre no se cansa de entregar, que a pesar de los problemas: familia es familia y cariño es cariño.
El papá de Alfonso Zamora de oficio taxista, al ver a su hijo en esas condiciones, habló con el manager Ernesto Gallardo. De esta charla, Alfonso Zamora consiguió trabajo como ayudante general en el legendario gimnasio Jordán. El laborar en este templo boxístico descubrió su talento nato para practicar el deporte de los golpes. Encontró el camino de la disciplina, que lo catapultó al éxito, hasta llegar a ser un ídolo de la baraja boxística mexicana.
A la edad de 18 años, formó parte de la delegación de atletas mexicanos, quienes representaron al país en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. Donde Alfonso Zamora en la categoría de peso gallo venció al filipino Ricardo Fortaleza, al alemán Stefan Forster, al español Juan Francisco Rodríguez. Pasando a la semifinal, venciendo al estadounidense Ricardo Carreras, dando el salto a la gran final de la disciplina del boxeo en Múnich 1972. Enfrentándose al cubano Orlando Martínez; siendo superado ampliamente por el pugilista Martínez quien se adjudicó los 5 puntos en disputa en ese cotejo de boxeo olímpico. Alfonso Zamora conquistó la medalla de plata.
En hora buena campeón Alfonso Zamora, por este gran reconocimiento, gracias por escoger la ciudad de Aguascalientes para vivir, y compartir sus conocimientos y experiencia a la juventud y futuros pugilistas hidrocálidos.
Hasta aquí el MARCA TEXTOS de hoy.
