- Miles de camiones con mercancía valuada en más de 1.8 billones de dólares se encuentran actualmente detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos, debido a la incertidumbre generada por los recientes cambios y amenazas en las políticas arancelarias del país vecino, advirtió Cuitláhuac Pérez Cerros, presidente de Grupo MAEN.
El empresario explicó que la situación no solo afecta al sector automotriz, sino a múltiples industrias, principalmente las que manejan componentes metálicos. “Tengo tres semanas con varios camiones en la frontera. Hay miles de camiones parados porque ni siquiera la aduana de Estados Unidos sabe qué va a aplicar”, declaró.
Uno de los principales problemas es la confusión en torno a los aranceles al acero y al aluminio, ya que las autoridades aduaneras estadounidenses no han definido con claridad qué productos están exentos bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y cuáles podrían recibir sanciones.
Pérez Cerros consideró absurda la política de imponer un arancel del 200% a cualquier producto metálico cuyo origen no pueda comprobarse como procedente de Norteamérica. “La amenaza de la Casa Blanca en las aduanas estadounidenses es: lo que no se pueda comprobar con el certificado de origen, automáticamente se le va a aplicar una sanción del 200% porque se asume que viene de Rusia. Es un absurdo”, señaló.
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Mientras tanto, los costos de mantener las unidades detenidas los están absorbiendo las propias empresas. De continuar el bloqueo, muchas podrían perder a sus clientes en Estados Unidos, ya que las cadenas de suministro requieren movimientos inmediatos para mantener sus operaciones.
Además, la incertidumbre podría traducirse en aumentos de precios para los consumidores estadounidenses, ya que, de aplicarse los nuevos aranceles, las empresas exportadoras deberán trasladar esos costos al producto final.
Agregó que entre el 30 y 35% de las empresas aguascalentenses exportan. Por el momento, no se han considerado despidos masivos a causa de esta limitante, “Todo el mundo estamos a la expectativa de que, efectivamente, las reglas en cuanto la importación hacia Estados Unidos se aclaren lo más rápido posible. Pero no es viable, en este momento, ni siquiera pensar en un despido masivo”.
Pérez Cerros advirtió que el impacto ya es directo y severo, y que si no se libera pronto la mercancía en frontera, los compradores en Estados Unidos comenzarán a abastecerse con proveedores de otros países.




