En un pequeño rancho de Aguascalientes, entre el campo y la calidez de una familia trabajadora, nació la historia de María del Refugio Contreras Quezada, mejor conocida como la señora Mary, una mujer que ha consagrado su vida al arte del deshilado y bordado de vestidos típicos.
A los 9 años, con un retazo de tela y algunos hilos que su madre le compró tras mucho insistir, confeccionó su primer vestido a mano. Desde entonces, no ha dejado de bordar. Su pasión y dedicación a este arte ancestral no es casual: proviene de una herencia generacional. Su abuela elaboraba ropones para hacendados; su madre continuó la tradición y la enseñó a ella y a sus hermanas. Mientras ellas aprendieron a bordar con máquina, Mary optó por hacerlo todo a mano. “Yo he dedicado mi vida a esto”, aseguró con orgullo.
La señora Mary ha participado durante años en el concurso de Traje Regional, acumulando más de 75 premios. Su incursión comenzó casi por casualidad, al llevar a su hija vestida con uno de sus diseños a la escuela. Fue una madre de familia quien la alentó a concursar.
“En el primer año no pasó nada, pero observé los vestidos y vi uno deshilado. Dije: ‘yo puedo hacer uno mejor’. Y gané.”
El deshilado, técnica compleja y laboriosa, no solo ha requerido su talento, sino su paciencia. Ha vivido momentos difíciles, como cuando en 1989 le retiraron el primer lugar por intereses ajenos al mérito artístico, otorgándole solo un segundo lugar como “consolación”. Sin embargo, no se rindió. “Me desilusioné, pero no dejé de participar.”
Fue hasta 1995 que sus creaciones comenzaron a recibir el reconocimiento merecido. Con los premios ganados, incluso logró construir su casa.
Su trabajo ha ido mucho más allá de la estética. Uno de sus diseños más emblemáticos fue un vestido con temática libre en el que plasmó íconos de Aguascalientes: el Palacio de Gobierno, los murales históricos, los cuatro barrios, la Exedra y el entonces nuevo Estadio Victoria, junto con los jugadores del Club Necaxa.
Aunque no ganó ese concurso, el vestido fue solicitado por el gobernador para llevarlo a una gira por Europa. “Cuando me dijeron que lo pidió el gobernador, dije: ‘ah bueno, si es para esa hermosa sonrisa, entonces sí se lo presto’.”
También recuerda con cariño la edición del 2013 en la que el diseñador Benito Santos, como jurado, aplaudió su trabajo y la declaró ganadora rotunda. “Me dijo: no hay quien te gane, es como ver cuatro vestidos en uno.”
En 2016 detuvo sus participaciones en concursos, pero nunca dejó de bordar. Ha confeccionado más de 100 vestidos, algunos de los cuales le han tomado incluso años. Cada prenda es una obra de arte viva. “Yo no sé de qué estoy hecha, porque es mucho trabajo… pero me apasiona bordar, deshilar, verlos terminados.”
A pesar de su amor por esta técnica, lamenta que hoy pocas personas se interesen por aprenderla. Recuerda con tristeza un taller en Plaza Vestir que no logró inscripciones. “Fue muy triste, Aguascalientes se está quedando sin este arte, que es tan nuestro.”
Hizo un llamado a rescatar esta tradición y a valorar el trabajo artesanal: “Una máquina no ha podido igualar el deshilado. No puede ser que un trabajo de cuatro días lo quieran pagar a 20 pesos. Tenemos que respetar y apreciar al artesano.”
Además, ofreció enseñar a quien quiera aprender, con el deseo de que este arte no desaparezca. “Si tienen la ilusión de hacer deshilado, adelante. Que no se pierda esta tradición. Si es difícil, pero aquí estoy yo para enseñarles.”
El trabajo de la señora Mary no solo se ha convertido en sustento para su familia, también ha sido una forma de honrar su historia y la de su comunidad. Su página de Facebook Vestidos Típicos de Aguascalientes es una ventana para conocer su obra y acercarse a esta tradición que, con cada hilo que ella entrelaza, busca no desaparecer.
Con humildad, pasión y orgullo, María del Refugio Contreras nos recuerda que detrás de cada vestido hay una historia, una familia y una lucha por mantener vivo el arte popular mexicano.




