Imágenes de Aguascalientes
Para documentar la memoria
Cronista del municipio de Aguascalientes
El pasado 28 de mayo se llevó a cabo la ceremonia de cesión del archivo de la familia Muñoz Torres a la Universidad Autónoma de Aguascalientes, a través del archivo universitario, y de ahí a la Bóveda Jesús F. Contreras.
El secretario general de la institución, el joven doctor José Manuel López Libreros, recordó que, en casa de Alfonso Muñoz Torres, artífice de este acervo, se encontraron entre sus pertenencias diversos documentos, reunidos durante toda la vida, procedentes de sus familiares, algunos de ellos del siglo XVIII, los escritos…
Casi puedo imaginarme la escena; casi. En la casa de familiares surgen papeles, y con ellos la pregunta: ¿qué hacemos con ellos?, y casi de inmediato viene la respuesta: “dénselos a Alfonso, que él colecciona estas cosas”… Y sí, Alfonso, asistente en el acto de fotografía presente, justo la que se observa en el lado derecho de esta imagen, reunió de aquí y allá un montón de escritos, hasta que le llegó su final, y entonces para sus familiares sobrevino, otra vez, la gran pregunta: ¿qué hacemos con todo esto?, que es, según informó el secretario de la universidad un conjunto “de textos manuscritos, folletos, notas e impresos diversos que nos hablan de la vida privada, de las relaciones sociales, de la cotidianidad en la sociedad en cierto momento, de la identidad de grupos sociales y familias. Representan tesoros que permiten conocer la vida cotidiana del siglo XIX y el siglo XX en la provincia mexicana, específicamente en la región de Aguascalientes.”
Por fortuna esta vez la respuesta fue: donarlos a la universidad, hecho que significa, en principio, preservar los papeles, salvaguardarlos del reciclaje, y con ello abrir la posibilidad de su estudio por parte de los investigadores y público interesado, justo en la línea señalada por el doctor López…
La fotografía capta un instante de la intervención del señor Jaime Adolfo Muñoz Torres, quien decidió la donación e hizo la entrega en nombre de su familia. Fíjese usted en las expresiones de quienes atienden al orador. Lo que tienen en común es la gozosa escucha de lo que cuenta Muñoz Torres, un conversador nato, interesante, que compartió recuerdos, reflexiones, historias a propósito de cómo sucedió que se fue formando el archivo.
En la conversación fueron surgiendo personas, lugares, situaciones, tiempos, sentimientos, y por momentos voces que parecían a punto de quebrarse… La memoria es tremenda, arrolladora, un eco que se abre paso desde el pasado a través de documentos, fotografías… Es como el trueno de una tormenta lejana, que poco a poco se nos acerca hasta que irrumpe sobre nuestras cabezas con su parafernalia de luces y sonidos…
Invariablemente mejor esto que el olvido, porque escrito está: sólo el olvido es muerte.
(Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com).





