- En un mercado global donde el consumo responsable y la conciencia ambiental cobran cada vez mayor relevancia, la historia de Hermes Honey destaca como un modelo de emprendimiento apícola basado en la cooperación, el conocimiento técnico y el respeto por las abejas. Fundada en 2008 en Aguascalientes, esta empresa nació con la finalidad de crear un canal de comercialización justo para los productores de miel, buscando siempre priorizar los intereses de los apicultores frente a la intermediación tradicional que suele marginarlos.
“Desde el principio, la meta fue clara: dignificar el trabajo del productor y garantizar la calidad del producto”, relató Fabiana Aduna del Real, integrante clave del proyecto. A través de un esquema de desarrollo de proveedores, Hermes Honey ha impulsado la formación técnica y el crecimiento económico de cientos de apicultores, manteniendo un enfoque preventivo, tanto en el análisis de la miel como en el cumplimiento de normativas internacionales.
Actualmente, la empresa compra miel en prácticamente todos los estados del país, con especialidad en mieles monoflorales como la de aguacate en Michoacán, mezquite del altiplano o la miel de cítricos de Veracruz, que se exporta principalmente a Japón. Todas las mieles llegan a su planta en Aguascalientes, donde se realiza un estricto control de calidad.
En ese sentido, Arnulfo Ordoñez, director general de Hermes Honey, explicó que la labor de la empresa va más allá del negocio: “Las abejas existen gracias a los apicultores. Mantenerlas vivas y activas es garantizar la producción de más del 17% de los alimentos más nutritivos del mundo”. Entre estos productos se encuentran frutas como almendras, aguacates, zarzamoras, manzanas y melones, cuya polinización depende en gran medida de las abejas.
Hermes Honey no solo capacita cada año a los productores en temas técnicos y de mercado, sino que también actúa como fondeador, permitiendo que muchos puedan seguir trabajando en medio de crisis climáticas y económicas.
Además, un desafío crítico ha sido la centralización de los trámites federales en Ciudad de México, lo que ha ralentizado significativamente el proceso de exportación. Anteriormente, las gestiones podían realizarse desde las representaciones estatales, pero ahora todos los documentos deben enviarse por paquetería y gestionarse electrónicamente, lo que implica largos tiempos de espera y menor eficiencia operativa para empresas exportadoras como Hermes Honey.
“Nuestra industria es silenciosa pero vital”, afirmó Fabiana. “Cada compra de miel mexicana de calidad es un voto por la sustentabilidad y la biodiversidad”. A pesar de que el consumo de miel en México sigue siendo bajo y está plagado de productos apócrifos o adulterados, Hermes Honey apuesta por educar al consumidor. Invita a revisar etiquetas, buscar mieles certificadas y apoyar a los productores locales que hacen las cosas bien.
Hermes Honey cuenta con su propia línea de productos llamada “Miel Superia”, elaborada con miel de distintas floraciones, así como una versión con nuez. “Es un deleite; de esas cosas que dices ‘me voy a comer cinco’… y terminas comiéndotelas todas”, comentó Fabiana entre risas.
Estos productos pueden encontrarse en supermercados como HEB y Soriana. La propuesta de la marca busca responder a las necesidades del mercado y transformar la cultura de consumo. “Mientras otras marcas estandarizan el producto para que tenga una tonalidad ámbar, nosotros apostamos por la variedad floral y por generar un cambio de conciencia. Queremos educar a la gente respecto a lo que implica realmente la producción de miel”, explicó.
La conciencia también empieza en casa. “Pequeñas acciones como evitar pesticidas en jardín, plantar flores melíferas o simplemente no matar a las abejas cuando las vemos pueden marcar la diferencia”, agregó.
Con más de 15 años de trayectoria, Hermes Honey no solo exporta uno de los endulzantes naturales más valorados en el mundo, sino que también construye puentes entre el campo y la ciudad, entre el conocimiento técnico y el amor por la naturaleza. Porque como bien dicen: sin abejas, no hay futuro.




