- Cuidar de una mascota es una responsabilidad que debe asumirse con compromiso y sensibilidad. Su bienestar depende directamente de la atención que reciba durante toda su vida, la cual puede extenderse entre 10 y 20 años. Brindarle un espacio seguro, limpio y adecuado a su tamaño permite que se refugie del sol, la lluvia y el frío, asegurando un entorno digno para su desarrollo.
La salud inicia en casa: mantener limpia y cepillada a la mascota previene problemas en la piel y fortalece la relación con su cuidador. Asimismo, las visitas regulares al veterinario para vacunación, desparasitación y esterilización son indispensables para garantizar una vida saludable y prevenir enfermedades que pueden afectar a otros animales y a la comunidad.
Comprender su comportamiento y naturaleza contribuye a una convivencia más armónica. El afecto, el tiempo de calidad y las actividades compartidas mejoran su bienestar emocional y también el de la familia que la acompaña. De igual manera, la actividad física es esencial; los paseos seguros y con correa al menos tres veces por semana fortalecen su salud física y mental.
La alimentación debe ser adecuada a su edad, tamaño y condiciones particulares, siempre con acceso a agua fresca. Evitar alimentos caseros protege su digestión y favorece un desarrollo saludable. Durante los paseos, recoger sus heces es un acto básico de responsabilidad que ayuda a mantener limpios los espacios públicos y reduce riesgos sanitarios.
Finalmente, es fundamental recordar que las mascotas deben tener libertad de movimiento. Mantener amarrado a un perro por largos periodos es una práctica que afecta su bienestar y genera estrés, ansiedad y comportamientos agresivos. La tenencia responsable es un compromiso diario que refleja respeto y empatía hacia todos los seres vivos.




