Cuando niño, creía todo lo que escuchaba, estaba ávido de información, no importaba que fuese cierta o falsa, no había por qué cuestionarla. Tomemos por ejemplo la religión en la cual fui formado, la cual acepté ciegamente, pero el tiempo pasó y al entrar a la adolescencia mi actitud hacia la religión tuvo un giro de 180 grados y mi postura fue de total rechazo. Es un hecho que en el paso de la niñez a la adolescencia el mundo psíquico del individuo se tambalea, el niño quiere dejar de serlo y buscará alejarse lo más posible de aquello que relacione con su infancia; incluyendo sus creencias, por lo tanto en la mayoría de los casos el nuevo adolescente decide adoptar una postura completamente opuesta a la inicial. Lo que de niño fue bueno de adolescente será malo, lo correcto se tornará incorrecto y lo aceptable en detestable.
Mi madre comentaba que en sus tiempos la gente no era tan “alocada” como ahora. Yo interpreto por la expresión en su rostro y por el contexto en que hace el comentario, que por “alocada” se refiere a sexualmente activa. En la actualidad la postura que impera es más bien de un liberalismo sexual y de la importancia de vivir una sexualidad sin restricciones, y en ocasiones sin precaución. No se requiere mucho análisis para identificar ambas posturas como opuestas.
¿Y al salir de la adolescencia? Después de haber tenido dos posturas excluyentes, si el desarrollo ocurre de manera deseable, entonces el nuevo adulto comenzará a cuestionarse sus dos previos procederes. Buscará elementos que le ayuden a formar una tercer postura no polarizada sino mediadora y por supuesto, justificada. Se espera también no hablar solamente de supuestos teóricos o repetir palabras de otros, sino ser consciente de lo relativo y particular de un escenario, y es aquí cuando la experiencia entra en juego. Después de ser un individuo por naturaleza opositor, se convertirá en un ser reflexivo, que buscará los porqués de las cosas.
Las sociedades viven procesos no muy diferentes a los que viven los individuos. También podemos hablar de sociedades infantes, adolescentes y adultas, sociedades que piensan que todo debe ser blanco, otras tantas que piensan que todo debe ser negro y sociedades dispuestas a encontrar matices intermedios.
¿En qué etapa evolutiva se encuentra nuestra sociedad? La psicología considera a la observación como el método de diagnóstico por excelencia. Observemos entonces cómo abordamos temas como: la orientación sexual, el aborto, la religión y el gobierno. ¿Somos una sociedad que cuestiona y reflexiona? o tomamos posturas radicales basadas en paradigmas y dogmas sin saber por qué.
El paso de la adolescencia a la adultez no está relacionado solamente con la edad cronológica, al igual que hay adolescentes de 40 años sin dar ese gran paso, también existen culturas con un gran camino recorrido que aún no han hecho lo propio.
El tiempo ha pasado y así mis etapas de receptor pasivo y rebelde sin causa; ahora busco las causas de mi rebeldía, sin embargo creo que mi madre sigue pensando que aún soy un adolescente desbocado.
Reflejo Ciudadano A.C.




