Hace casi un mes, el 13 del mes pasado, escribí:
Desde la chimenea de la Capilla Prixtina salió el humo blanco.
La Última Coca Cola en el Desierto tratará de arrebatarle el triunfo al Niño de la Mochila Roja, quien tiene amplias posibilidades de ganar la elección constitucional.
Los delegados a la Convención decidirán entre dos precandidatos: Paco Chávez Rangel y Óscar López Velarde.
Después vendrá la Operación Cirugía, que requerirá de voluntades políticas y manos profesionales, para cerrar heridas, borrar cicatrices, tamizar berrinches y controlar pataletas.
***
Sábado 6 de abril. La Convención para elegir Candidatos a Diputados Locales Propietarios por el Principio de Mayoría Relativa del PRI en Aguascalientes, da inició con dos horas de retraso. Las gradas de la cancha de básquetbol del Deportivo Ferrocarrilero se van ocupando poco a poco, sin prisas ni sobresaltos; los políticos se registran para después recibir la llave del gran portón que resguarda el templo de la democracia tricolor: el gafete de “delegado”.
Comienza la fiesta con el primer orador. La expectativa es menor porque todo está debidamente planchado con el siempre mágico almidón de la unidad. Las sorpresas se utilizan para festejar los emblemáticos aniversarios de bodas, divorcios tranquilizadores, nacimientos y defunciones, ilustran los sabios.
Como los priístas siempre van un paso adelante, centran su atención, sus cinco sentidos —principalmente el del desarrollado olfato para no equivocarse— en la definición de la candidatura a la Presidencia Municipal de Aguascalientes.
La tarea es ardua. Demanda esfuerzo. Intercambian información “seria”. Cruzan datos “importantes”. Confirman noticias “privilegiadas”. Escudriñan entre presencias y ausencias, saludos y sonoros abrazos, comentarios y confesiones al oído para blindarlos de los indiscretos.
Antes de ingresar a la cancha del Deportivo Ferrocarrilero, pasadas las 10 de la mañana, Paco Chávez Rangel va al encuentro de su buen amigo Luis Fernando Muñoz López; después del abrazo fraterno, el candidato a diputado por el XII distrito me presenta con él, que agradece mis comentarios periodísticos: supongo que incluye en el reconocimiento, mi crítica por el único desliz que tuvo en la etapa previa, al haber desairado la inauguración del nuevo edificio de La Jornada Aguascalientes y la presencia del gobernador Lozano de la Torre en ese acto.
Le digo al Niño de la Mochila Roja, lo que he venido sosteniendo (pública y privadamente) desde hace meses: que él será el candidato, que él debe ser el ungido por PRI, como lo escribí el pasado 27 de febrero, con motivo de su llegada a la sede del tricolor para registrarse:
Después se presentó la frescura en la bicicleta de la espontaneidad; el rostro distinto, la cara nueva; el chavo que enchufa con la raza, que retrata bien, que irradia sencillez, que forma parte de esa generación que ya se hizo del poder en México para gobernarlo con el clarión y el pizarrón de la esperanza, como el Presidente Peña Nieto; es la alternativa priísta que debe ofrecerse al electorado.
El tiempo pasa. El calor pesa. Los candidatos continúan haciendo uso de la tribuna. Es la una de la tarde. El apreciado don Javier Rodríguez Lozano, de dilatada trayectoria periodística en diarios nacionales, argumenta con su riguroso análisis que el precandidato ganador será La Última Coca Cola en el Desierto.
En amistoso lance le ofrezco la apuesta de una comida al compañero jornalero: mi parroquial radar indica que Chávez Rangel derrotará a López Velarde, reitero; estrechamos nuestras manos para sellar el compromiso.
Casi al final del acto, dos de la tarde, el rumor se esparce, se convierte en trascendido, toma figura de información maciza: “El Niño de la Mochila Roja es el bueno; en la tarde se enviará el boletín de prensa expedido por el CDE del PRI para dar a conocer la noticia”, obsequian los enterados.
A las 6:52 pasado meridiano, efectivamente, llegan a mi correo electrónico las palabras mayores redactadas en el boletín 425: “Paco Chávez será el candidato del PRI a la alcaldía de Aguascalientes. Se retira la precandidatura de Óscar López Velarde”.
Será un honor compartir con don Javier Rodríguez Lozano unos tacos al pastor, al pastor alemán, por supuesto.
***
2013 es el año del Habemus Paco’s: Su santidad el papa Francisco, Francisco Aguirre Arias, director en el nuevo edificio de esta casa editorial y Francisco Chávez Rangel, candidato priísta a la alcaldía capitalina, ¿alguna duda?
Porque alguien tiene que escribirlo: Ocurrió tal y como lo escribí hace una semana: “Toño Martín del Campo será el abanderado del PAN” a la alcaldía de la capital.
El ex diputado local le ganó al ex subsecretario de Gobernación Felipe González González, quien arrastra penosamente su condición de ex gobernador de Aguascalientes. Perder la elección interna pueblerina es un lamentable agravio para los títulos nobiliarios adquiridos en el servicio público, ahora abollados por la estrepitosa derrota.
La humillación sufrida en la Convención municipal, su condición de ex senador de la República, el desaire a su hijo Felipe de Jesús, la modesta ascendencia en la militancia su partido, el enfrentamiento con los principales grupos panistas y la disminuida capacidad para operar exitosamente la política, debieran obligar a FGG a reflexionar: sabia virtud de retirarse a tiempo, porque no puede ir de derrota en derrota, hasta la derrota final.
