En mayo de 2013, Rafael Correa Delgado, inició un nuevo periodo presidencial de cuatro años para continuar consolidando Revolución Ciudadana en Ecuador. Con un amplio respaldo popular el mandatario ecuatoriano se comprometió a solidificar el proyecto político de equidad y justicia social con el que, en sus primeros siete años de gobierno, transformó sustancialmente a su país. La popularidad de su gobierno, con sustento en indicadores económicos y sociales nacionales e internacionales, reside en la implementación de una política económica basada en el distanciamiento con la ortodoxia neoliberal.
Como todas las economías de los países latinoamericanos durante las décadas de 1980 y 1990, la del Ecuador estuvo condicionada por los lineamientos del Consenso de Washington. Las recetas neoliberales, eufemísticamente denominadas de estabilización macroeconómica, tenían como objetivo central la reducción de la inflación pero terminaban asfixiando a las economías. Con crisis económica irresuelta, en el 2000 el país renunció a su soberanía monetaria decretando que el dólar americano fuese la moneda única de curso legal. La estrategia de política económica centrada en la estabilización de precios, agregados monetarios y productos financieros dejó a un lado la atención a la economía real, la de las cosas, los servicios, los recursos y la gente.
El presidente ecuatoriano -y también economista- ha sido acérrimo crítico de la dolarización. No obstante ha estimado que soltar el amarre monetario que significa la dolarización para su país sería más dañino que benéfico si antes no se fortalece el aparato productivo.
Desde antes de asumir el cargo de Ministro de Economía y Finanzas en 2005 -puesto que mantuvo durante apenas 100 días antes de romper con el régimen de su antecesor-, Correa manifestó su antagonismo conceptual e ideológico frente al gran capital financiero representado en los que ha llamado “banqueros corruptos” y su rechazo al inmoral drenaje de fondos públicos que engordan sus bolsillos con el servicio de la deuda externa ecuatoriana. Como presidente ha mantenido su radical postura frente al neoliberalismo criollo de la clase política que hacía de las suyas.
Proyectándose rápidamente como político-economista a partir de su dimisión como ministro, Rafael Correa llegó a la presidencia en 2007. Una vez en el cargo, apretó el acelerador político y corrió más rápido de lo que imaginaron propios y extraños. Conforme a su óptica, no había tiempo que perder. Al ver que la economía sufría de forma trágica los costos sociales por las ataduras neoliberales, y la política se hallaba secuestrada por partidismos vacíos de contenido ideológico, viciadas y corruptas estructuras, promovió la Revolución Ciudadana.
Al ser un proceso político en marcha, resulta prematuro aventurar definiciones categóricas sobre el correísmo, y menos prudente aún, proyectar resultados concluyentes.
Pero es muy perceptible que el mapa sociopolítico del Ecuador se ha transformado. Las principales fuerzas actuantes de la economía -empresas, sindicatos, etc.- se han reacomodado adaptándose a la rigidez de la dolarización y a un estatismo económico muy pronunciado. Se puede decir también que los poderes fácticos, principales actores del poder real que no emerge de las urnas sino del statu quo, han visto mermada su incidencia socioeconómica y ofendida su añeja autoridad. Entre éstos destacan las corporaciones, los medios de prensa y la banca privada. En fin, todo esto implica tres cosas: a) que el centro de gravedad del poder político se desplazó hacia nuevas coordenadas, b) que el mercado nacional -atrofiado y monopolista- cedió una parte de su vieja hegemonía, c) que el Estado pasó a ser un ente determinante, alrededor del cual giran todos los actores, pobladores llanos de la periferia política y económica del Ecuador.
Concentrándonos en sólo la parte económica de su gestión, cabe resaltar las siguientes acciones que distinguen al gobierno correísta.
Vivienda: Impulso e incremento paulatino del bono gubernamental que se otorga para la adquisición o ampliación de vivienda popular. La inversión gubernamental fortalece a la industria de la construcción y beneficia directamente a una parte importante de la población.
Empleo: Creación de un fondo de 300 millones de dólares para microcréditos masivos de 5 mil dólares a cinco años de plazo y al 5 por ciento de interés. El programa se ha instaurado de forma indefinida como parte de la oferta de créditos del Banco Nacional de Fomento.
Deuda externa: Se renegoció la deuda con organismos multilaterales a fin de limitar lo que se paga por deuda externa a no más del 3 por ciento del PIB. Además, se han buscado mecanismos de condonación a través de canjes impulsando, por ejemplo, fondos de protección ecológica (bosques, manglares, las islas Galápagos, los páramos y otros).
Comercio Exterior: Negativa a firmar el TLC con Estados Unidos. A cambio, se extendieron las preferencias arancelarias para ciertos productos, como compensación de la lucha antidrogas. Se ha fortalecido la integración con los países de América Latina.
Petróleo: Se fortaleció la empresa estatal de petróleo para competir en inversiones con las empresas petroleras privadas, para desarrollar grandes proyectos de exploración y explotación y construir nuevas refinerías. Se han renegociado los contratos con empresas extranjeras para que se sujeten a la política nacional.
Impuestos: Se devuelve el IVA a determinados consumos y personas y se ha eliminado el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) para las telecomunicaciones. Se ha reducido la evasión fiscal, con lo que se ha duplicado la recaudación tributaria respecto al gobierno anterior.
Renta básica: Con lo ahorrado por la reducción del pago de la deuda, la mejor recaudación y los excedentes petroleros, se otorga un “bono de desarrollo humano”, subsidio monetario directo del gobierno a las personas. El bono asciende a 50 dólares mensuales por persona.
Sería de interés didáctico para nuestros políticos estudiar lo que hizo Correa en sus 76 meses en la presidencia ecuatoriana, que le valió el amplio triunfo electoral en mayo pasado.




