Se siente a gusto apareciendo en la televisión. Disfruta su presencia en las fotografías publicadas en los diarios locales. Se le ve cortando listones. Sentado en la mesa de honor. Parado en la emblemática tarima para ver a los súbditos chiquitos y orejones. Conversado con los inversionistas japoneses. Platicando con los funcionarios federales y estatales. Prestando atención a los discursos de ocasión.
Forma parte de la caravana oficial. Su presencia escenográfica llama la atención en los actos del Gobernador Carlos Lozano de la Torre.
La decisión de usar el tiempo propio para asuntos ajenos, ya se refleja en la calidad de su trabajo, al olvidar las sabias palabras de los comerciantes de antaño: “El que tenga tienda que la atienda y si no que la venda”.
El jueves 1 de este mes, el Poder Judicial del Estado de Aguascalientes, que preside el itinerante magistrado Fernando González de Luna, informó que “El ex Secretario de Planeación y Desarrollo del Estado de Aguascalientes (Ricardo de Alba Obregón) y el ex Director del Instituto de Vivienda del Estado de Aguascalientes Alberto Serna Dávila, fueron detenidos por elementos de la Procuraduría de Justicia de la entidad en cumplimiento de una orden de aprehensión girada por la juez primero de lo penal de Aguascalientes…”.
La noticia del día fue el escándalo del momento en la aldea. Los periódicos digitales y noticieros de medios electrónicos le dieron vuelo a la hilacha con la oportunidad debida. La televisión nacional destacó la noticia en tiempos estelares. El anuncio permitió eso y un poquito más: un pez de buen tonelaje había caído en las redes de la justicia. Las sandalias del pescador chapaleaban alegremente en las aguas de la eficacia, porque hasta el día de hoy algunos charalitos han sido capturados.
Pero 24 horas después, dijo mi mamá que siempre no. El Poder Judicial se desmintió, dejó al descubierto que había falseado en declaración periodística, al precisar que “con respecto a la información emitida el día de ayer, en torno a dos detenciones relacionadas con este proceso, que sólo una de ellas fue efectivamente realizada, la del ex director del Instituto de Vivienda Alberto Serna Dávila, quien se encuentra recluido en el Cereso de la salida a Calvillo, no así la del Sr. Ricardo de Alba Obregón ex Secretario de Planeación y Desarrollo del Estado, ex integrantes ambos de la Junta de Gobierno del ex Instituto de Vivienda del Estado”.
La credibilidad del administrador de la justicia en Aguascalientes sufrió un severo descalabro. Quedó en entredicho. Fue vulnerada por la ignorancia supina. El desliz se sumó al deterioro que carga a cuestas con la impartición de la justicia que no es pronta ni es expedita.
El agandalle hace suponer que de ahora en adelante, el Poder Judicial enterará de las detenciones políticamente correctas, cuando antes, la Procuraduría General de Justicia de Aguascalientes informaba del cumplimiento de las órdenes de aprehensión, de acuerdo a la separación de procurar e impartir justicia.
El malestar de la parroquial prensa se hizo evidente, al irse de bruces con dicho del Poder Judicial: el señor Ramiro Luévano López, presidente y director general del Página 24, escribió en la columna Plaza de Armas, el viernes 2: Jugando… Al gato y al ratón: al Supremo Gobierno ya le gustó el jueguito de “El Gato y el Ratón”, por lo que se solaza enviando boletines de prensa a diestra y siniestra difamando a su villano favorito y a todo lo que a él huela, de manera incisiva y perversa.
Por lo que en vez de informar desinforma, como ayer sucedió, una vez más.
Hoy resulta que no es cierto lo que el Supremo Gobierno festinó con bombo y platillo y se retractó: “Ricardo de Alba Obregón, ex secretario de Planeación y Desarrollo del estado, no fue detenido”, dijo en boletín de prensa que hoy se publica.
Régimen desmemoriado que no recuerda el cuento aquel del pastorcito de “Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo” y, cuando en verdad llegó el lobo… ¡nadie le creyó y se le revirtió de fea manera!
La raza ya se hartó de tantas amenazas “disfrazadas” y el Supremo Gobierno pierde credibilidad día con día, todo por aferrarse al jueguito de “El Gato y el Ratón”. Pero bueno… ai la lleva (RLL).
Es momento que González de Luna se ponga las pilas y reflexione la conveniencia de asumir el papel de monaguillo, en deterioro de las funciones asignadas por la ley, donde no se contempla la irrelevante comparsa, pero además, debe considerar el buen ejemplo del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan N. Silva Meza, quien se abstiene de acudir a los actos oficiales y giras por el país del Presidente de la República, salvo cuando el viejo protocolo demanda su presencia y la de los otros dos titulares de los poderes de la Unión.
El Poder Judicial debiera hacer suya, a fin de no difundir información falsa, una pequeña parte la receta publicada por el bicentenario londinense The Times, para hacer buen periodismo: “Sólo hay que informar… testificar, avisar, explicar, desmitificar, clarificar, examinar, ilustrar, advertir, aseverar, asombrar, entrevistar, confirmar, corregir y publicar’’.
Porque alguien tiene que escribirlo: La incomunicación política del gobierno es lo suyo. Queda demostrado una vez más con el dislate del Poder Judicial y el impuesto a la plusvalía.
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