- Imparte cátedra Ruy Pérez Tamayo en la Autónoma de Aguascalientes
- Las empresas que se benefician de la obesidad son las que generan programas y suplementos para adelgazar
El auditorio Dr. Pedro de Alba de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) se convirtió en la sede donde se impartió la VIII Cátedra del Consorcio de Universidades Mexicanas (Cumex), misma que estuvo a cargo del investigador y maestro emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ruy Pérez Tamayo, quien presentó la ponencia ¿Es la obesidad una enfermedad?, a propósito de la temática encaminada a la discusión científica acerca del llamado Síndrome Metabólico.
Ante un auditorio casi lleno de estudiantes de medicina, Pérez Tamayo bromeo acerca de su visita al estado para presenciar el desfile de las calaveras, para luego introducirse en la temática acerca la obesidad. Explicó que éste es un grave problema de salud pública, que a permeado a la sociedad al grado de distinguir entre “gorditos simpáticos” y “cerdos asquerosos”, agregando que hasta Hipócrates ya había manifestado que los obesos tienden a morir más pronto que los delgados.
Se conformó un diálogo entre autores, destacando el aporte realizado por J. Eric Oliver, quien estudio la obesidad desde la perspectiva epidemiológica y observó una evolución de 1991 a 1994 en el aumento de la población obesa de los Estados Unidos.
El profesor emérito de la UNAM advirtió a quienes más les conviene que la obesidad sea catalogada como una enfermedad son a los médicos especialistas en adelgazamiento, las asociaciones civiles, agencias médicas y empresas de suplementos dietéticos o productos para bajar de peso. Al respecto refirió que anualmente los estadounidenses gastan 45 mil millones de dólares en productos dietéticos.
“La identificación de la obesidad como enfermedad es una visión simple y oculta una realidad más compleja y variable, constituida por problemas de diversa índole, no sólo fisiológicos y patológicos, sino también semánticos, sociales, filosóficos”.
Señaló que se requiere una mayor precisión para definirla como enfermedad ya que existen diversos grados, entre los que destacan la obesidad disfuncional y la funcional, la cual se obtiene tras la identificación del índice de masa corporal, a lo que se suma los múltiples factores hereditarios que pueden acarrear problemas derivados de la obesidad.
Pérez Tamayo indicó que la obesidad considerada como enfermedad “a veces puede serlo y a veces no”. Argumentó que de cualquier manera representa un importante factor de riesgo que se puede traducir en otras enfermedades, convirtiéndose así en verdadero problema de salud.
