- Era la ruta comercial utilizada por los indígenas y luego por los españoles, tiene una longitud de más de 2 mil kilómetros
- Pasaba por el Barrio del Encino, la actual avenida López Mateos, la calle 5 de Mayo y la avenida Independencia, continuando por la carretera 45 Norte hasta Zacatecas
El Camino Real de Tierra Adentro era la ruta comercial utilizada por los indígenas para realizar viajes e intercambios de alimentos y productos del centro al norte del país, mismo que fue usado por los españoles como vía de conquista y evangelización.
El también denominado Camino de la Plata, con más de dos mil kilómetros de longitud, constituyó una de las más importantes rutas de América colonial, conectando las actuales ciudades de México, Querétaro, San Miguel de Allende, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Cerro Gordo, Chihuahua, Paso del Norte, Las Cruces, Alburquerque, llegando hasta Santa Fe.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia delegación Aguascalientes reunió a más de diez investigadores de las áreas de historia, antropología, biología, arqueología y arquitectura, con el fin de revelar los aspectos más sobresalientes y de herencia en el patrimonio inmaterial y material del Camino Real en el estado.
Mabel Haro, doctora en estudios de género y sociología de la cultura, y una de las antropólogas dedicadas al estudio del patrimonio inmaterial del “Camino de la Plata”, comentó que el estudio de esta ruta es el hilo que une las tradiciones y costumbres que ahora identifican a Aguascalientes.
“Tradiciones, festividades, gastronomía, formas de vestir y de hablar de la gente, que poco a poco con el paso del tiempo, y combinándose con las tradiciones españolas que llegaban con los monjes y frailes que evangelizaban, se fueron combinando y dando la identidad hidrocálida” aclaró.
Puntualizó que la ruta dentro de Aguascalientes pasaba por el Barrio del Encino, cruzaba por la avenida López Mateos para llegar a la calle 5 de Mayo, continuaba hasta la actual avenida Independencia y seguía por carretera 45 Norte, luego de ello se conectaba hasta a Tepezalá y Asientos.
“A lo mejor van pasando en la carretera cuando van para un municipio o que van a Zacatecas o a San Luis, al lado de las carreteras todavía siguen los caminos reales”, mencionó que si bien ya se han perdido muchas pruebas físicas de los caminos, aún queda la herencia antropológica.
“Aguascalientes fue un lugar de encuentro, de intercambio, tanto de conocimiento como de protección, porque también aquí estaban los chichimecas que eran bien aguerridos y no dejaban a los arrieros que hicieran el transporte”, explicó que eran los arrieros quienes transportaban los alimentos a los mineros y trabajadores en Asientos y en las zonas colindantes a Zacatecas, asimismo eran los comerciantes de la región.
Mabel Haro puntualizó que el mayor intercambio era de carne, chile, semillas y especias con zonas de Jalisco como Teocaltiche y San Juan de los Lagos.
Los mesones, ubicados en el actual Barrio de San Marcos, El Encino y junto al actual Jardín Carpio, era las zonas donde los arrieros hacían escala para descansar, alimentarse y llevar a cabo los movimientos de carga y descarga de productos, por lo cual estas zonas podrían ser las primeras construcciones de la cultura popular y donde iniciaron las festividades locales.
Comunicó que se cuentan con registros que indican que desde el siglo XVII se realizaban fiestas mismas que podrían ser el antecesor de la actual Feria de San Marcos.
Asimismo mencionó que fueron las mujeres parte importante de la consolidación de Aguascalientes como punto comercial, incluso grandes empresarias, “eran mujeres casi todas, parecería que la historia no nos cuenta mucho de las mujeres, porque no estuvieron o estuvieron de amas de casa, pero eran dueñas de expendios de pulque y de aguamiel”.
A pocos meses de haber comenzado el proyecto interdisciplinario en Aguascalientes, la investigación es reconocida como un reto, “hay poco material, hay escaza información pero por investigaciones que se han hecho en otros estados, nosotros más o menos tenemos pistas de dónde podemos investigar”, finalmente Mabel Haro declaró que los conocimientos sobre El Camino Real podrían enriquecer la identidad del estado y ayudar a revalorar la historia local.
