Una vez terminado este periodo de fiestas, abrazos, buena vibra y dicha que trae consigo la época decembrina y los primeros días de un nuevo año, siempre cae de golpe la dura realidad. Un nuevo año comienza y con ello todos los gastos por delante, impuestos, alzas, cobros, pagos y claro recordar que tenemos un nuevo Presidente en México.
Y es que parece que una vez tomada posesión el 1 de diciembre, las personas sí, habían construido nuevas esperanzas o al menos parecía haber motivo para creer en un “no sé qué, que podría ser diferente”, y sí, la época de posadas, fiestas, cenas, reuniones y regalos de pronto nos hizo olvidar que seguimos viviendo desafortunadamente en el mismo México de hace ya varios años. Un país lleno de dolor, bañado en sangre y controlado por el crimen organizado.
Apenas esta semana, por primera ocasión apareció en cadena nacional el mandatario Peña Nieto con un mensaje donde enumera y describe sus “5 vamos”…
“1.- Vamos a trabajar para construir un México en Paz…
2.- Vamos a impulsar los cambios necesarios para lograr un México Incluyente, un México con menos pobreza y desigualdad…
3.- Vamos a mejorar nuestras leyes, instituciones y escuelas, para lograr una educación de calidad para todos…
4.- Vamos a mejorar nuestra economía para lograr un México próspero…
5.-Vamos a proyectar a nuestro país en el exterior, para fortalecer el liderazgo de México con mayor Responsabilidad Global…”
Como siempre un mensaje bien elaborado, técnicamente impecable y con calidad visual, sin embargo hueco y lleno de demagogia a la cual sinceramente los mexicanos tal parece ya nos acostumbramos.
Curioso que el mensaje positivo lo dio apenas después de recibir el primer gasolinazo del año, con un incremento de 11 centavos por litro, algo que según el Secretario de Hacienda no afecta porque al final de cuentas es algo que ya se venía haciendo, ¿qué más da?
Seguro estoy que de inmediato habrá personas que salgan a decir: “pero si apenas lleva poco más de un mes y ya estamos fastidiando al nuevo Presidente”. Sólo basta recordar que Calderón, Fox y todo mal gobierno del que tengamos memoria comenzó con los primeros días.
En los primeros 40 días han ocurrido poco más de mil homicidios, seguro pensarán en que son herencia del sexenio pasado, sin embargo ya se contabilizan en éste; y bien, voy de acuerdo, es pronto para hacer un juicio severo sobre el mandato peñanietista, pero ¿dónde quedaron los resultados inmediatos que se obtendrían tras desaparecer a la Secretaría de Seguridad Pública e incorporarla a la Segob para crear una “Súper Secretaría” llena de atribuciones y poder?
Lo que digo es que México sigue siendo el mismo país en guerra intestina con las mismas características del pasado. En los primeros días de gobierno de Enrique Peña Nieto, las cifras de crímenes no han variado y es que el sexenio ha iniciado su gestión sin una estrategia definida de seguridad, al parecer se ha optado por continuar la tan criticada política de fracaso que impuso Calderón.
En este momento, hay un reacomodo de fuerzas para controlar las distintas plazas, a raíz del cambio de gobierno, los grupos criminales, iniciaron una guerra por la repartición del territorio mexicano. Queda claro que a los grupos delincuenciales no les importa el nuevo inquilino de Los Pinos, es más parece que para ellos (los criminales) el cambio de gobierno significa: continuidad.
Amigas, amigos lectores, no quisiera pensar que más pronto de lo que esperábamos, los millones de mexicanos que votaron por Enrique Peña Nieto creyendo que con su simple llegada se obtendría la paz y la tranquilidad ansiada, tal y como lo repitió en sus muchas promesas de campaña firmadas; muy pronto se darán cuenta de que ese nuevo México está muy distante de llegar y máxime cuando no se planeó una estrategia adecuada. ¿La gendarmería Nacional? Es tan sólo otra forma de llamarle al Ejército y la Marina en las calles, es sólo una nueva manera de seguir con lo mismo.
Temo que Peña Nieto y su ahora gobierno no han definido una estrategia. Quizá creyeron que, como en el Estado de México o en muchos gobiernos locales, lo más sencillo era ocultar las cifras y el dolor a través de la compra de medios y el pago de conciencias. Creyeron que los muertos, los crímenes y el sufrimiento se borraban desapareciendo números en las hojas de cálculo.
Por el bien de México espero que esos “5 vamos” de Peña Nieto sean asequibles, de lo contrario habrá un nuevo reclamo de fraude y esta vez no será electoral; habrá un reclamo porque se ofreció traer la paz, pero el gobierno probablemente no pueda responder a eso.
Espero que antes de llegar a la Presidencia no hayan pensado que gobernar México era tan insignificante como decir que han escrito un texto que ni siquiera han leído u olvidarse los títulos de libros que “sí leyeron”. Espero que sepan que tomar las riendas de nuestro País es mucho más complejo que un día de compras en un centro comercial del extranjero o posar en familia dentro de un set falso de Televisa.
