En esta semana, el gobierno federal ha hecho, de nueva cuenta, el relanzamiento de la estrategia en Michoacán; hace un año, cuando hizo el primer lanzamiento de la nueva estrategia para Michoacán, sólo estuvo presente el comisionado para la seguridad pública, Manuel Mondragón. En los relanzamientos posteriores se fueron agregando funcionarios federales de alto nivel, hasta contar, el pasado martes 4 del presente mes, con la presencia del presidente de la república, Enrique Peña.
A pesar de los agregados programáticos presentados por el gobierno federal en cada relanzamiento, el problema de fondo sigue siendo el mismo, que ha permanecido sin cambio: la inseguridad ciudadana ante la presencia del grupo criminal de los caballeros templarios. La pregunta, entonces, es ¿por qué la necesidad de los múltiples relanzamientos de la estrategia en Michoacán?
En cada ocasión -como en el inicial lanzamiento-, los anuncios de las acciones a realizar, fueron expuestos ante las sociedades michoacana y nacional, como la nueva estrategia -con programas integrales y coordinación de gobiernos-, y diferente a la de la administración anterior -que estuvo equivocada y no dio resultados útiles-, llegando ahora a la solución del grave problema que vive esa entidad de la república.
Los acontecimientos que se han venido sucediendo en Michoacán desde hace un año, con la multiplicación de los grupos de autodefensa, hacen patente que las acciones propuestas no han tenido el resultado planteado en los anuncios. El grado de preocupación del gobierno federal ha subido hasta urgir al presidente Peña a, personalmente, encabezar los esfuerzos de solución creando un gabinete federal para Michoacán y haciendo del nuevo relanzamiento un compromiso “Por Michoacán, juntos lo vamos a lograr”.
Encontramos varias respuestas a la pregunta planteada líneas arriba: el comunicado que hace el concejo de gobierno comunal de Cherán “advierte que no permitirá que elementos federales ni estatales de las procuradurías y del Poder Judicial ingresen al municipio, ya que ‘sólo han venido dejando un lastre de corrupción’ y han estado al servicio de la delincuencia”. Otro elemento de respuesta es el que da el grupo de autodefensas de Tepalcatec, que señala que los templarios deciden todo, y que el presidente municipal es señalado como miembro del cártel (ambas citas LJ, 4 febrero). También el sacerdote de la catedral de Apatzingán, Gregorio López, ha denunciado desde al gobernador del estado -a quien los templarios le financiaron su campaña-, hasta a presidentes municipales, por estar coludidos con los grupos delictivos. Un último elemento que podemos citar, son las recientes declaraciones del Dr. José Manuel Mireles, líder de autodefensas, quien denunció a actores gubernamentales de estar ligados con los caballeros templarios, como la senadora Iris Mendoza que los llevó al senado, o el gobernador del estado, que nombra como director del Conalep de Apatzingán al conocido “Juan Polvos” (Entrevista radiofónica con Carmen Aristegui) (No podemos dejar de lado que, después del relanzamiento de la estrategia dictada por Peña, los grupos de autodefensas siguen tomando poblaciones).
De ahí la importancia de la pregunta de por qué el gobierno federal está teniendo que hacer más y más relanzamientos; ante este panorama tenemos dos apuntes: el primero es que los anuncios de las acciones no constituyen ni crean por sí mismos los resultados por más esmerados que estén en sus presentaciones. El segundo apunte -que no es nuevo- es que mientras no toquen el tejido político, las cosas seguirán igual.
Cierto, el tejido social tiene muchos problemas; sin embargo, el tejido que se ha estado evadiendo en la actual administración federal es, precisamente, el tejido político. No es suficiente que el presidente Peña anuncie el gasto de 45 mil 500 millones de pesos en programas de desarrollo, y que ofrezca permanecer en Michoacán el tiempo que sea necesario, “hasta que las autoridades locales tengan la solidez institucional para orientar y asegurar el desarrollo integral”; es necesario reconstituir el tejido político, para que sea base para la reconstitución del tejido social.
Cuando el secretario de gobernación anuncia que no habrá otro “michoacanazo”, porque es un crimen utilizar el tema de la seguridad para obtener beneficio político, explica que “no va suceder lo que alguna vez ocurrió; prueba de ello es que no hemos dado para adelante hasta no tener los elementos, los instrumentos legales para poder señalar” (LJ, 4 febrero).
La reflexión es esta: si con las evidencias expuestas por los michoacanos, desde el inicio de la actual administración, no han “dado para adelante” en la remediación del tejido político, será difícil que lo hagan en el marco de todo el apoyo que están dando al gobierno de Michoacán, con la alta cantidad de dinero en juego.
En este contexto, la licencia por treinta días que le otorgó el senado a Iris Mendoza, para que sea investigada por la procuraduría general de la república, resulta inútil; ante el acompañamiento que le hacen en su presentación en la PGR el presidente del senado, su coordinador de bancada, el presidente nacional de su partido, junto con la disposición del secretario de gobernación, nos permite anticipar el desenlace, de que no encontrarán ningún indicio que ligue a la senadora con el grupo delincuente (Si la PGR de la anterior administración, que ahora nos dicen que tenía toda la intención de usar el poder político para afectar a partidos de oposición no logró en 2009 ningún enjuiciamiento, considero que ahora menos).
Si los anuncios de las acciones en Michoacán fueran resultados, el problema de la violencia de la delincuencia organizada en ese estado, al igual que en los otros afectados, evidentemente ya sería problema resuelto. Los resultados deben construirse con las acciones sostenidas en el tiempo, y con la correspondencia de éstas con el discurso político planteado.
Es importante la atención que están poniendo en Michoacán con los recursos públicos y los programas, no obstante, es necesario e imprescindible que se remedie el tejido político; deseamos que el Plan Michoacán sea efectivo.




