Los nuestros son mejores aunque pierdan
Frase en un automóvil en Mecánica Nacional
Ese momento incómodo en que la hoja en blanco te recuerda que no se te ocurre de qué escribir, a pesar que hay mucho de qué hablar, como el fenómeno de los derechos de los animales en relación con el circo, la reforma político-electoral local, pero sobresale el ahora también mencionado por el presidente de la república, No era penal. Una frase que resuena en nuestra conciencia, en nuestras redes sociales, nuestros memes y claro que también en la vida diaria, como una recriminación derivada de las esperanzas que nos hizo sentir como nación una escuadra que de un inseguro triunfo con Camerún pasó a un portentoso empate con Brasil (con los también divertidísimos memes de Ochoa) y un contundente triunfo a Croacia, que incluso nos hizo creer que la piojomanía era una de esas cosas que los mexicanos legaríamos al mundo junto con el ya insustituible (aunque a muchos no les guste) grito de batalla eeeeeeeeeeeh puto.
¿Es este No era penal y toda la parafernalia a su alrededor un cómo somos los mexicanos? Uno de los experimentos más famosos que trata de abordar el estereotipo del mexicano en el cine es la excelente Mecánica Nacional (1971) del maravilloso director y guionista Luis Alcoriza, si algo supo destacar en el libreto que es de su autoría, son las conductas de los mexicanos llevándolos un tanto a lo ridículo. Un mecánico personificado brillantemente por Manolo Fábregas, va en conjunto con su familia y amigos a un paraje campestre a presenciar una carrera de automóviles, estar ahí desde una noche anterior implicará una enorme cantidad de situaciones cómicas, que van desde la tradicional preparación de la botana y la comida, hasta las vicisitudes de una noche de juerga con todo lo que implica: borracheras, peleas, infidelidades, coqueteos, comida en exceso hasta la muerte incluso de la mamá del protagonista. La cinta tiene innumerable cantidad de detalles que la hacen una joya, pienso en la excelente actuación de Héctor Suárez o la aparición de dos personajes vestidos de blanco que sólo se dedican a comer en toda la cinta, un claro guiño al surrealismo que Alcoriza vivió en el cine de Buñuel. Las claves de la película son: machismo, paganismo, honor y desmadre.
Machismo: ciertamente podemos gritar el eeeeeeeeh puto al portero rival para tratar de intimidarlo, y no mintamos, la idea es denostarlo, decirle que es menos hombre, que va a fallar en su despeje o que no tiene la fuerza suficiente para hacerlo. Paganismo: ya sea a un deporte, en este caso el futbol y en la película las carreras de autos, la comida, la bebida o las mujeres, el mexicano muestra un claro paganismo que se manifiesta en todo su esplendor de la diversa forma que rendimos culto a las más insensatas de las pasiones, por ejemplo a la mamá, qué divertido es el funeral de Sara García que, rompiendo con sus personajes de la madre sacrosanta, se transforma en una glotona e incluso borracha progenitora, que muere del exceso de comida, y entonces el funeral de la madre se vuelve una religión en sí misma, casi casi como la selección nacional y los más de 10000 mexicanos que acudieron a recibirla al aeropuerto. El honor: por sobre todas las cosas, el honor, el macho mexicano (Manolo Fábregas) bien puede tratar de conquistar a la rubia, pero exige que su honor sea lavado cuando descubre que lo mismo le han hecho con su hija y esposa; en el fondo, el no era penal me parece que tiene que ver más con esta violación del honor mexicano que cualquier otra cosa. El desmadre: y ya enganchados, los memes del No era penal son divertidos reflejos del ser festivo del mexicano, todos los personajes de Mecánica… son un festivo ejemplo de las formas en que podemos relajarnos, ya sea el alcoholismo de los adultos, el sexo desenfrenado de los jóvenes, incluso el coqueteo y traición de la esposa (Lucha Villa). Por ello los memes son brillantemente entretenidos, la democratización de la red permite que prácticamente cualquiera pueda hacer uno, de ahí que los ejemplos sean infinitos y que signifiquen uno a uno el humor nacional.
Y al final: ¿Sigue siendo Mecánica nacional referente del estereotipo mexicano? Quisiera decir que no. Sin embargo, después de todo, ese no era penal que sale de millones de mexicanos pareciera decirnos que sí, en el fondo lejos de extirparlo o renegar de él, tendría que hacernos reflexionar sobre la forma en que tendríamos que enfrentar la realidad no sólo en el futbol sino como país. ¿Seguiremos llorando nuestra derrota o preparando nuestro triunfo? No lo sé, pero cientos de miles de mexicanos, en memes, en entrevistas o en la vida diaria siguen con lo mismo: no era penal.
