Por Luis Ernesto Marentes
¿Eres realmente feliz? Es una pregunta con la cual me gustaría iniciar esta columna. Al hablar de felicidad, me refiero a sentirse a gusto y quererse tal como eres; estar satisfecho con las actividades que realizas cotidianamente, a la manera en la que te desenvuelves en tus círculos familiares y de amistad; así como de la expectativa que tienes y que te gustaría alcanzar en un futuro.
La pregunta que te realice al comienzo, es la misma pregunta que le realicé a uno de los grupos al cual le imparto clases. El resultado me generó mucha incertidumbre y preocupación, puesto que un número muy reducido de alumnos respondió que es actualmente feliz. Mientras que la gran mayoría se siente insatisfecho y no es feliz. Lo anterior me hace formularte las siguientes preguntas: ¿Las nuevas generaciones están creciendo felices? ¿Cómo fue que dejamos de ser felices? ¿En qué momento se nos escapó de las manos?
Para comprender un poco más de este tema, me puse a investigar sobre la “psicología positiva” y me encontré con el libro Happier del Doctor Tal Ben – Shahar. Considerado el gurú de Harvard en temas de la felicidad; mismo que tiene la clase más concurrida y demandada en dicha universidad. Entre más me fui empapando del tema, en lugar de dejarme más tranquilo, me sentí más preocupado. Cada vez las nuevas generaciones empiezan a experimentar a más temprana edad el estrés y preocupación, mismos que son atenuantes de la felicidad.
Estos temas afectan por igual a todas las clases sociales, y géneros. El Doctor Tal Ben – Shahar, recomienda que tenemos que buscar un equilibrio en nuestra vida. Permitirnos ser más humanos, que esto significa no tener miedo a experimentar, sentir, y demostrar nuestros sentimientos; simplificar la vida, hacer menos y tener más tiempo; recordando que la felicidad no la da el dinero, realizar un viaje, o tener un buen trabajo: sino que te la otorga el tiempo disponible para realmente estar con las personas que queremos, o el realizar una actividad deportiva o de esparcimiento, ya que muchas veces llevamos estilos de vidas monótonos, comportamiento que equivale a depresivos para el cuerpo.
Estamos expuestos a una sociedad consumista, en donde las apariencias predominan y rigen el comportamiento. De qué sirve tener el mejor empleo, la mejor educación, las mejores cosas las cuales podemos comprar, si no somos realmente felices. Nuestro paso en esta vida es muy corto, y parte de los objetivos que tenemos nosotros como humanos es el ser felices con lo mucho o lo poco que tenemos. Lo anterior no significa que tenemos que tener una mentalidad conformista o no tener sueños y metas, lo que busco decirte es que con lo que tenemos hay que ser felices. Si empezamos a hacer las cosas de manera distinta, sin duda lograremos resultados diferentes. Te reto a que seas realmente feliz.
“Era una persona tan pobre, que lo único que tenía era dinero”
