No puede haber combate a la corrupción sin las lupas abiertas y agigantadas de cada uno de los 33 Institutos que forman parte del Sistema Nacional de Transparencia
Francisco Acuña Llama
Estimados Amigos invisibles, la semana pasada se llevaron casi en simultáneo, lo planteo así, porque ambos fueron organizados del 3 al 5 de octubre (justo un día después de celebrar los 50 años del 2 de octubre); los dos eventos fueron fundamentales y muy importantes para nuestro país en materia de transparencia, rendición de cuentas, anticorrupción, legalidad, protección de datos personales y archivos. Por un lado, en la Ciudad de México se realizó la Semana Nacional de Transparencia evento que organiza año con año el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Por otro lado, en Saltillo, Coah., la Universidad Autónoma de Coahuila organizó el Observatorio: Participación Ciudadana y Cultura de la Transparencia y la Legalidad; E-lecciones en tiempos de Internet.
Ambos eventos coincidieron en que las reformas en materia de transparencia, acceso a la información, anticorrupción, sistema electoral, protección de datos personales y anticorrupción en los últimos cinco años en nuestro país, aunadas a los Sistemas de Transparencia y Anticorrupción, además de las promulgaciones de las Leyes Generales de Transparencia, Datos Personales, Anticorrupción y Archivos (la Ley General más reciente) tienen la intención de modernizar el sistema político, económico y, por ende, el social, y con ello, permitir a los ciudadanos que participen en un Estado democrático sólido, transparente, legítimo y justo. Los cambios en todas las materias han sido recibidos con buenos ojos por la ciudadanía, ya que los frutos o resultados hasta ahora de dichas reformas han dado muestra de que la sociedad civil es escuchada y garantiza sus derechos.
Coincidieron además que los Sistemas Nacionales tanto de Transparencia como Anticorrupción deben concretarse con políticas públicas que materialicen el marco normativo, y se conviertan en un elemento intrínseco del ejercicio público. El poner en práctica ambos sistemas, permitirá una evolución en las instituciones y en la ciudadanía, mediante el acceso a la información pública, la rendición de cuentas, la protección de datos personales, la gestión documental y archivística, ya que, con ello, pueden converger en una cadena de protección de derechos para consolidar un sistema participativo de la ciudadanía.
Más allá de las participaciones de expertos de renombre en estos eventos, y con las propuestas planteadas, estoy convencido de que la corresponsabilidad para que realmente funcionen los sistemas mencionados, es a través de: la participación ciudadana.
Coincido plenamente con la Magistrada Presidenta Janine Otálora Malassis, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (por favor, ya no le llame Trife, ese acrónimo ya no existe) cuando señala: “Existe una enorme brecha entre la posibilidad que tiene todo ciudadano de conocer lo que hace su gobierno, a través de mecanismos de acceso a la información y la posibilidad de activar un mecanismo que le permita incidir en la toma de las decisiones”.
Debemos tomar las buenas prácticas en todas las materias que se trataron en estos eventos para llevarlas a cabo en Aguascalientes, recuerde que: el camino ya comenzó, sin embargo, siguen existiendo retos por afrontar, políticas por diseñar, evaluar y mejorar, así como decisiones que tomar en materia de transparencia y anticorrupción por lo pronto. Además, debemos de organizar este tipo de eventos en nuestro Estado con el objetivo de generar espacios de análisis y reflexión sobre estas materias y con ello coadyuvar a definir las políticas públicas que Aguascalientes necesita.
Lo que debemos preguntarnos es: ¿en que lugar queremos posicionar al Estado en materias de transparencia y anticorrupción? ¿Realmente queremos abonar tanto autoridades como ciudadanos en materias de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción? o bien, ¿queremos seguir en lugares de media tabla hacia abajo, abonando a la opacidad y a la corrupción?
Son preguntas que deben responder las autoridades correspondientes, y los ciudadanos de a pie debemos exigir de dos maneras: participando y exigiendo resultados.
Ya sabe, alguien tiene que decir las cosas.
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