- En México, se registraron 19 mil 843 denuncias por violencia familiar, es el segundo mes con más llamadas en el año
- El estrés de familias es debido a la falta de empleo y al inicio del ciclo escolar en una nueva modalidad
Aumento de violencia familiar en octubre fue derivado de cambios de dinámicas en las familias, la incertidumbre que ocasiona la contingencia por el Covid-19 ha provocado mucho estrés y angustia en la familia, razón por la cual ha aumentado la violencia psicológica.
Desde el inicio de la contingencia sanitaria por el Covid-19 se registró un aumento de violencia familiar debido a que era mucho el tiempo de convivencia con los agresores. Este fenómeno ha ido en aumento, tan solo en agosto se registraron 19 mil 843 denuncias por violencia familiar, la segunda cifra más alta que se ha registrado este año, en marzo, durante el inicio de la pandemia, se registraron 20 mil 504.
Posiblemente la causa de este aumento sea debido a que en las familias nuevamente se cambió la dinámica social, pues ese mes regresaron a clases a distancia alumnos de educación básica, provocando que los padres readaptaran su dinámica, según dijo Roxana del Carmín D’Escobar López Arellano.
“En este momento, el maltrato psicológico se recrudece con toda la situación de la pandemia debido a que no hay trabajo, no hay recursos, los niños entraron a periodo escolar, son muchos los aspectos. Ahorita los niveles de estrés, los niveles de angustia son altísimos y no nada más en las mujeres, si no en los niños y las niñas”, declaró la activista.
Resaltó que el rol de educar a los niños ha recaído principalmente en las mujeres, “son las terceras, cuartas y hasta quinta jornadas de la mujer”. Esto se ve más complicado si se tienen a varios niños en edad escolar y si la familia no tiene acceso a dispositivos con conexión a internet.
“Por ejemplo, de un caso que yo conozco, hay un solo teléfono celular en la casa, entonces la señora llega de sus jornadas de trabajo, con su celular a trabajar con los niños de primero, tercero y quinto, luego la casa, luego la comida, entonces dice ‘yo me estoy volviendo loca, me dan las nueve, diez de la noche atendiendo las tareas de los niños y luego a esas horas ponerme a hacer las tareas de la casa’”, comentó D’Escobar López.
