La Casa Blanca, Washington, D.C. 8 de julio de 2021. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tras ofrecer un mensaje sobre la reducción de las tropas de su país en Afganistán, realiza una sesión de preguntas y respuestas. En un momento del diálogo circular, un reportero le pregunta: “Sr. Presidente, algunos veteranos de la Guerra de Vietnam ven ecos de su experiencia en esta retirada en Afganistán, ¿ve usted algún paralelo entre este retiro y lo que sucedió en Vietnam?”.
Biden, al encontrarse fuera de la burbuja de protección, se muestra contrariado y responde: “Ninguno, para nada. Cero. El Talibán no es el Ejército de Vietnam del Norte. No lo son. Ni remotamente comparables en términos de capacidad. No va a haber ninguna circunstancia donde tú veas a la gente siendo aerotransportada del techo de la embajada de los Estados Unidos en Afganistán. No es comparable del todo”.
La escena arriba descrita sirve como introducción al presente artículo, el cual pretende explicar por qué Joe Biden y su equipo diplomático y de seguridad nacional han logrado replicar, en 15 días, tres de las principales debacles en materia de política exterior: la caída de Saigón, la crisis de los rehenes en Irán y la destrucción de las barracas de los Infantes de Marina en El Líbano.
1.- La caída de Saigón (1975). Tras los Acuerdos de Paz de París (1973) comenzó la retirada estadounidense de Vietnam del Sur y el levantamiento del bloqueo naval. Por su parte, Vietnam del Norte liberó a los prisioneros de guerra estadounidenses y renunció al sueño de reunificar a Vietnam bajo una ideología marxista-leninista.
Sin embargo, el 1 de abril de 1975, las tropas norvietnamitas comenzaron una ofensiva para capturar la capital de Vietnam del Sur, Saigón. El avance de los norteños fue irresistible, ya que los sureños, desmoralizados y podridos por la corrupción, prefirieron desertar y huir en masa. El 27 de abril, las fuerzas norvietnamitas comenzaron el bombardeo de Saigón. Ante la inminencia del desastre, el entonces mandatario estadounidense, Gerald Ford, ordenó implementar la Operación Frequent Wind, la evacuación masiva del personal diplomático y militar, así como la de 50 mil personas ligadas a los estadounidenses.
El 29 de abril ocurrió el hecho que más se recuerda de la caída de Saigón: un oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) que, desde el techo de la embajada de Estados Unidos en Saigón, ayuda a unos evacuados a abordar un helicóptero. Un reportero tomó una fotografía, la cual simbolizó el amargo final de la intervención estadounidense en Vietnam.
El día siguiente, a las 11:30 a.m., los tanques norvietnamitas entraron al Palacio Presidencial, ubicado a menos de un kilómetro de la embajada estadounidense, e izaron la bandera del Vietcong sobre el edificio. Así terminó la guerra en Vietnam.
La intervención estadounidense en Vietnam ha durado 11 años y dos meses, ha supuesto un desembolso de 140 billones de dólares y la pérdida de 58 mil 220 muertos y 300 mil heridos. Por su parte, 1.1 millones de combatientes norvietnamitas cayeron en la lucha contra los invasores norteamericanos. Además, dos millones de civiles perecieron, así como 200 mil soldados survietnamitas.
El preclaro historiador británico, Arnold Tonybee, resumió así la Guerra de Vietnam: “Para los estadounidenses se trata de una guerra en la que hay que salvar al mundo del comunismo y no tiene nada que ver con las razas, pero los estadounidenses piensan que los vietnamitas, como los árabes, son nativos, no seres humanos. Un nativo es un ser humano que es tratado como si no lo fuera”.
2.- La crisis de los rehenes en Irán (1979-1981). El sah de Irán, Mohammad Reza Pahlaví, era la espada y el escudo de los Estados Unidos en el Medio Oriente porque protegía al Golfo Pérsico, región rica en recursos energéticos, de una posible invasión soviética. Sin embargo, a nivel interno, el sah era un gobernante impopular porque era autoritario y corrupto.
En febrero de 1979, el descontento popular fue acaudillado por el ayatolá Ruhollah Musavi Jomeiní quien se asumió como el caudillo de la Revolución Islámica. El sah huyó y Jomeiní instauró un régimen teocrático. Las relaciones con los Estados Unidos fueron cautelosas, pero la situación se deterioró cuando, en octubre de ese año, el presidente Jimmy Carter permitió que el sah recibiera tratamiento médico en la Unión Americana.
Un grupo de estudiantes radicales interpretaron este gesto humanitario como parte de un movimiento contrarrevolucionario y el 4 de noviembre de 1979 asaltaron la embajada estadounidense en Teherán. Este acto violaba el derecho internacional, pero poco importó a los revolucionarios iraníes, quienes procedieron a vendar y mostrar ante las cámaras de televisión al personal de la representación diplomática.
Carter no se quedó cruzado de brazos y ordenó la Operación Eagle Claw: un intento de las Fuerzas Especiales estadounidenses por rescatar a los rehenes. El operativo fracasó porque uno de los aviones que llevaba a los comandos chocó con un helicóptero: ocho elementos fallecieron.
La crisis terminó hasta el 20 de enero de 1981, cuando 52 rehenes fueron liberados, minutos después de que Ronald Reagan asumiera como presidente de los Estados Unidos.
3.- Atentado contra las barracas de los Infantes de Marina en El Líbano (1983). En 1982, El Líbano se encontraba en guerra civil. Las facciones beligerantes eran cristianos, musulmanes y drusos. Asimismo, Israel, Irán y Siria apoyaban a los bandos en conflicto. Para intentar mantener la paz, Ronald Reagan envió un contingente de Infantes de Marina.
Sin embargo, los estadounidenses fueron percibidos como intrusos que apoyaban a los cristianos. Entonces, el 23 de octubre de 1983 un coche bomba estalló en las barracas de los Infantes de Marina, ubicadas en el Aeropuerto Internacional de Beirut: 241 efectivos estadounidenses murieron. Simultáneamente, otro atentado mató a 58 paracaidistas franceses.
El 26 de febrero de 1984, los Infantes de Marina se retiraron, bajo el fuego protector de los cañones del acorazado USS New Jersey. Sin embargo, un mal sabor de boca quedó porque este cuerpo de combate había sido humillado por Irán y sus acólitos.
La debacle en Afganistán, con sus imágenes de helicópteros evacuando a personas de la embajada estadounidense en Kabul, las centenas de estadounidenses y sus aliados afganos capturados o ejecutados por los talibanes, y el atentado que eliminó a 13 Infantes de Marina en las afueras del Aeropuerto Internacional de Kabul hacen recordar a los tres desastres antes mencionados.
El escribano concluye: Afganistán es un fiasco diplomático, militar y político para los Estados Unidos porque Joe Biden es percibido como un mandatario débil e inepto; la pérdida del aeropuerto de Bagram, la principal instalación logística estadounidense en Asia Central, privará a la Unión Americana de una plataforma para espiar a China, Irán y Rusia; y todo esto abona para el posible regreso de Donald Trump al escenario político.
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Bibliografía consultada
Bacevich, Andrew J. Americas’ War for the Greater Middle East: A Military History. New York, Random House, 2016
Time Magazine. Debacle in the Desert. May 5, 1980




