- Roxana López Carbajal ganó el Premio Dolores Castro en Dramaturgia por Coyotes sedientos, inspirada en su experiencia personal y su contacto con la juventud
- La obra aborda problemáticas complejas y busca dar voz a las personas que viven en comunidades rurales, resaltando la importancia de visibilizar situaciones difíciles
- La autora destacó la relevancia de apoyar a las mujeres creadoras, considerando el Premio Dolores Castro una plataforma esencial para su reconocimiento
Roxana López Carbajal, ganadora del Premio Dolores Castro en la categoría de dramaturgia, compartió la inspiración detrás de su obra, Coyotes sedientos. Con una trayectoria de veinte años como actriz y cuatro en el ámbito de la dramaturgia, Roxana comentó que su obra es el resultado de un exhaustivo período de preparación que comenzó durante la pandemia, cuando decidió mantenerse conectada con el teatro.
Coyotes sedientos nació en talleres guiados por dramaturgos a quienes admira, como Jaime Chabaud y Héctor Cortés Mandujano. Además, Roxana Carbajal realizó un diplomado convocado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA): “Fue un texto muy manoseado; se leyó y compartió extensamente, lo que lo convirtió en un proceso académico muy enriquecedor,” explicó la dramaturga.
Roxana compartió que su inspiración proviene de la idea de “escribir sobre lo que se conoce”. Como una obra que nació en el ámbito rural, Coyotes sedientos busca dar voz a las personas que habitan en pueblos, comunidades y rancherías, donde, aunque la vida parece tranquila, muchos problemas están normalizados y, además, suelen quedar invisibilizados.
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Los personajes principales, Lucila y Tito, son jóvenes cuya perspectiva está inspirada en el contacto que Roxana tiene con la infancia y la juventud a través de su labor docente: “Es un sector que tiene mucho que decir y muchos sueños,” comentó.
La obra aborda temas complejos; sin embargo, es importante hablar sobre ellos. Roxana recordó el caso reciente de una niña que vendía dulces en Chiapas, quien fue secuestrada y asesinada por un hombre: “Es triste que sea hasta que un tema se vuelve mediático cuando la sociedad lo nota”, y señaló la importancia de visibilizar estas situaciones.
Roxana reconoció que Coyotes sedientos puede resultar incómoda, debido a los temas que trata: “Una persona que leyó la obra me comentó que a Lucila sufre muchas violencias; sin embargo, esa es la realidad de muchas personas que no tienen a dónde acudir,” explicó. Con su obra, Roxana busca invitar a la reflexión sobre estas difíciles realidades.
Respecto a recibir el premio, confesó que fue complicado creérsela al principio, pues sentía incredulidad hacia su propio trabajo; no obstante, poco a poco lo fue asumiendo: “Fue una experiencia maravillosa desde el primer momento,” comentó. Para ella, el Premio Dolores Castro representa una plataforma fundamental, especialmente porque existen pocas que están dirigidas exclusivamente a mujeres.
Roxana también elogió la organización del premio y la labor impecable de Rocío Castro y el Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura (IMAC): “El IMAC está haciendo lo que corresponde y ojalá que otras instituciones sigan su ejemplo”, añadió.
Al concluir, Roxana expresó su gratitud hacia el premio y su deseo de que más espacios como este apoyen a las mujeres creadoras en el país: “Estos espacios engrandecen la labor de muchas mujeres, dándonos la oportunidad de ser escuchadas y reconocidas,” finalizó.
