Con una participación histórica de más de 50 millones de votantes, lo que representó un 63 por ciento de la Lista Nominal y 570 mil mexicanos que fungieron como observadores, vigilantes y representantes de casillas; he de decir que, más allá de la elección presidencial podemos decir que no todo está perdido.
El proyecto presentado por el Movimiento Progresista recibió un apoyo histórico por parte de la ciudadanía quien de manera libre se mostró a favor de un cambio verdadero para México, así lo constataron millones de personas que emitieron su voto, apostando por una mejor manera de administrar al país.
Echando un vistazo simple, la coalición de las fuerzas progresistas consiguió posiciones importantes, obteniendo 136 escaños en la Cámara Baja, de los cuales el PRD tendrá 101 diputados, el PT 19 y el Movimiento Ciudadano 16. Por lo que respecta al Senado de la República, la izquierda sumará 28 representantes entre los 22 de PRD, cuatro del PT y dos de Movimiento Ciudadano.
Sin duda lo anterior vendrá a ser un excelente contrapeso político que servirá de mucho para equilibrar la toma de decisiones que supone tendrá el Ejecutivo federal, con lo cual se evitará que el PRI vuelva en plenitud a ser el mismo de antes con arrebatos totalitarios casi imperialistas, tal y como se caracterizaron las administraciones tricolores de antaño.
La falta de mayoría absoluta por parte de un solo partido o coalición generará la necesidad de lograr acuerdos y estoy seguro en este caso, al menos por parte del bloque de izquierda, estos acuerdos serán con base en el bienestar social y el consenso de las mayorías. Ése es el espíritu del proyecto de nación que representan las fuerzas progresistas y ésa es la encomienda que llevan los representantes electos en ambas cámaras.
Por otro lado, hablábamos de la participación ciudadana, la cual desde la campaña mencionamos como primordial y trascendente, con varios movimientos, manifestaciones y representaciones sociales del despertar de conciencias. Hoy la gente pudo observar que las cosas no son como las quisieron pintar, dejaron de lado la manipulación y cortaron los hilos del titiritero en muchos y muy valiosos casos. Lástima de quienes a cambio de unos cuantos pesos o productos de mala calidad condicionaron y entregaron su voto.
Durante la primavera 2012, los mexicanos libres se apropiaron de la campaña, exigieron su derecho a ser escuchados y si bien los grandes emporios tenían todo maquilado para hacerse de la elección, al final tuvieron que sacar recursos por debajo de las piedras, incluso para conseguir su objetivo de imposición. Ahora déjenme decirles que ellos, que esas empresas, estarán constantemente bajo el escrutinio público y me atrevo a decir que en muchos de los casos, así como en la política, varios de estas negocios recibirán el bien llamado “voto de castigo” puesto que la gente no es tonta, como solían creerlo.
Basta observar la caída de las acciones del grupo Soriana, el cual ha sido vinculado con la compra de millones de votos a favor del PRI. Quienes esperaban que luego del 1 de julio hubiera días de sosiego y presentación con bombo y platillo en los canales estelares de la nueva telenovela sexenal, simplemente se equivocaron.
Miles de personas que recibieron estas tarjetas, denunciaron que estaban siendo entregadas con la condición de apoyar al candidato presidencial del PRI-Verde, tarjetas de descuento, cuyo valor en conjunto podría ascender a los 5 mil millones de pesos. Pero, salvo lo que la gente dice ¿cómo es que se puede vincular a las tarjetas Soriana con el candidato priísta? Usted obtenga las conclusiones. Los contratos se firmaron principalmente con el gobierno del Estado de México, el de Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Baja California, Durango y Guerrero. ¿Lo notó? Son gobiernos priístas.
Por citar un ejemplo, en el Estado de México, con Eruviel Ávila se firmó un contrato para la adjudicación de tarjetas por un valor total de 64 millones 993 mil 400 pesos. Lo peor empezó cuando en lugar de los mil pesos que les habían prometido a las personas, en Soriana con su tarjeta sólo les hicieron válidos cien pesotes, para todo el sexenio, o ¿a poco se los van a estar renovando periódicamente?
Quizá al final el fallo del Instituto y el Tribunal Electoral o cualquier instancia utilizada diga que Peña Nieto sea el presidente, quizá aunque se compruebe la compra de votos no pase nada, al final todos supimos del fraude en 2006 y aún así tuvimos por seis años a Calderón como presidente. Los dueños de México gastaron miles de millones para ubicar a Peña Nieto como el próximo mandatario, sin embargo éste tendrá que iniciar una nueva campaña, la de limpiar su imagen y demostrar ahora que no es lo que la gente piensa de él; tendrá que hacer uso de su capacidad política, si es que la tiene.
Tras la elección del 1 de julio, no todo está perdido, créanmelo, existe un equilibrio de poderes políticos que forzosamente hará que quienes quieran llevar a cabo modificaciones, tengan que sustentarlas, consensarlas y someterlas al apoyo general, lo cual le resta gran poder de imposición a un gobierno que al parecer llegará a base de “billetazos” y no de propuestas.
Sólo un comentario final a quienes tienen su flamante tarjeta de descuentos, consideren esto: si en un día les cambiaron mil pesos por cien, ¿qué es lo que esperarán los próximos años? Les pregunto ¿valió la pena?
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