Muchas veces lo hemos dicho ya, el moderno jinete del apocalipsis se llama desempleo. Se trata de esa inseguridad de no poder proveer a tu familia de lo más necesario, casa, vestido, sustento, diversión, en suma buscar la felicidad. Cuando en la Biblia se dice en el Génesis “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado” parece que se refiere a esa clase de derechos-obligaciones de todo ser humano, más que una maldición, se transforma en un derecho, una necesidad de subsistencia que se ha consagrado lo mismo en el texto constitucional mexicano (artículo 123) que en documentos de corte transnacional, México tiene por lo menos 30 tratados internacionales firmados y vigentes en la materia.
La angustia de un padre, de una madre, de cualquier persona, que no puede con su propio trabajo darle subsistencia a su hijo, a su familia, a sí mismo, es indescriptible, ya en otras ocasiones hemos platicado de cintas que de forma dramática o cómica, abordan la crisis de los que están desempleados o en el llamado paro, como Los lunes al sol (2002) o The full monty (1997), ahora toca el turno de otra excelente cinta basada en la vida real del multimillonario y filántropo norteamericano Chris Gardner: The Pursuit of happyness (2006)película que a mi juicio, es una de las mejores actuaciones que ha interpretado Will Smith. La historia de un hombre que sin trabajo, prácticamente quebrado, se enfrenta a la terrible realidad de pagar la renta, proveer la despensa, pagar la colegiatura, lo que se complica cuando la esposa, cansada de esta pobreza, decide dejarlo con la responsabilidad del hijo. Sin trabajo, sin dinero, llega incluso a tener que dormir en un baño público, comer en lugares de beneficencia, vivir angustiado de qué hacer para que su hijo viva mejor.
Todo esto provoca que una de las preocupaciones más grandes de los gobiernos sea que sus pueblos puedan acceder a fuentes laborales dignas, la creación de empleos es una de sus principales metas, no hay mejor forma de combatir la pobreza, de mejorar las condiciones de vida, que la creación de empleos. Por ello es importantísimo el anuncio del pasado viernes en que Daimler y Renault-Nissan señalan que invertirán en Aguascalientes 1.360 millones de dólares para fabricar vehículos compactos de las marcas Infiniti y Mercedes, lo que generará para nuestra tierra de la gente buena 5700 nuevos empleos a partir de su construcción en el 2015, más empleo igual a menos pobreza, mayores oportunidades.
Recuerdo de la campaña para ser gobernador del Ing. Lozano de la Torre algo muy divertido, estábamos en algún evento donde nuestro ahora jefe de gobierno, era acompañado por alguna de sus guapas hijas, la raza, que es brava, comenzó a gritarle ¡suegro, suegro! Y él les contestó muy inteligentemente, algo así como que antes de que sea su suegro, los que gritaban necesitaban empleo, y que él se comprometía a que el estado, que estaba en la calle de la amargura en ese tema, retomaría su vocación de puntero en la producción de empleos. Y vaya que lo ha logrado, a la millonaria inversión de Nissan II, se suma ahora esta nueva planta que nos consolidará como el mayor polo de desarrollo vehicular de América.
Regresando a la cinta de Smith, tenemos que aceptar que tiene varios claroscuros, después de todo se trata de un hombre que se hace millonario jugando a la bolsa, que es un filántropo que ayuda a los pobres pero que parte de ese dinero que ganó en la especulación, seguramente fue perdido por alguien, que tal vez cientos o miles de personas lo perdieron en una mala operación y por ende fueron despojadas de su patrimonio.
Durante la película, el protagonista cita a la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica: “que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. La búsqueda de la felicidad pasa inexorablemente por el conseguir un empleo digno, porque, como dice mi maestro Don Efrén González Cuéllar, si bien el dinero no es la felicidad ¡Cómo calma los nervios! Por todo esto, felicitemos a nuestro gobernador por contribuir a una excelente nueva inversión, reiterémosle la buena disposición a nuestros amigos japoneses y démosle la bienvenida a nuestros ahora también amigos alemanes.
