Ahora que nuestra selección nacional, por enésima vez, fue eliminada en octavos de final, y que ya está de regreso en México y que ya la atención ciudadana está de nueva cuenta en la cruda realidad, debemos aplicarnos a examinar qué va a pasar con los problemas que enfrentamos en nuestro país. Hoy nos dicen que los delitos y ataques de los criminales han bajado, sin embargo las organizaciones no gubernamentales especializadas en la materia nos dicen que los delitos de secuestro, extorsión y violencia, han aumentado y que ahora se les niega información que antes fluía y les permitía poder hacer sus estudios y presentar informes y propuestas.
Hoy los analistas financieros y económicos nos siguen diciendo que la situación del crecimiento del país se está complicando y que sus pronósticos los siguen ajustando a la baja. Se habla de una crisis en el comercio en la frontera norte a raíz de los nuevos impuestos. Las grandes cadenas de autoservicio dicen que el crecimiento no pasará del 2% anual, y sobre todo del debilitamiento del poder de compra del consumidor y su grado de confianza. Así también el desempleo no cede y sigue en crecimiento.
En el aspecto electoral, 18 estados tendrán elecciones el año que entra y la renovación de la cámara de diputados federal el siguiente año, a pesar de que salgan o no las reformas con sus leyes secundarias. Ahora nos queda la duda de lo que le alcanzará a el nuevo INE, para que antes del 30 de septiembre nombre 119 consejeros locales sin dejarse presionar por los gobernadores y por los grupos locales de poder.
¿Cómo podrán evitar que el año que entra cuando la -Secretaría de Comunicaciones y Transportes- deberá comprar 13.7 millones de televisores digitales, para que estén entregados antes del 31 de diciembre de 2015, en el que se aplicará el apagón analógico, esto no sea utilizado como promoción electoral y para la compra de votos? Y que eso no se convierta en una guerra entre partidos que enturbie el proceso y haga que se desconfíe de los resultados.
Cómo convencer de que las reformas en telecomunicaciones realmente van a beneficiar a los consumidores y no a los monopolios privados, y que realmente se van a venir una serie de inversiones en el sector que valdrá la pena el esfuerzo. Veremos.
Cómo creer que la reforma financiera sí va a bajar el costo de los intereses de los préstamos que están agobiando a la mayoría de la población y que los bancos y las financieras serán aliados del desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas y del equipamiento de los hogares con préstamos pagables y no usureros. Que la mayoría de los mexicanos podrán decirle al buró de crédito “bórrame, papá”, porque podrán pagar sus adeudos a tiempo y las empresas no verán mermada su liquidez.
Qué certeza tendremos de que la reforma energética sí vendrá a provocar que la gasolina y el gas bajen y permitan que el gasto familiar volverá a dar tranquilidad a las familias al ajustar a sus necesidades prioritarias.
O sea, después del mundial estamos más atentos y sensibles a lo que se apruebe en el Congreso de la Unión, estamos vigilantes a las intenciones de los legisladores para ver si verdaderamente van, o no, a beneficiar a un pueblo angustiado e incrédulo.




