El año pasado fue un año de espejismos, en el México de las reformas se reflejó el México de Ayotzinapa. Para 2015 algo tenemos que hacer todos, como medios, políticos, instituciones y ciudadanos. Por eso esta columna es un intento de generar algo, de producir algo. Política for dummies será un espacio donde los temas públicos y políticos se discutirán con un lenguaje ligero y ejemplos claros. Lo importante es que todos, o al menos todos los que lean este espacio, entendamos que la política o lo que pasa en ella es un asunto que nos debe de interesar y comprometer.
En este primer artículo quisiera hablar del 2014 y de los retos del 2015. La Reforma Política encontró a dos corrientes. Las centralistas y federalistas. Unas querían que el INE fuera la única institución electoral del país, otros que existiera tal cual como estaba con institutos locales que organizaban sus elecciones. Todo quedó a medias, surgió el INE con atribuciones federales: será el que cuente el dinero de todas las elecciones del país, dictará lineamientos para conducirse en el proceso electoral como los tiempos de televisión y radio a partidos, por ejemplo. Pero también quedan los institutos locales que entre sus atribuciones evaluarán las candidaturas independientes y vigilarán el cumplimiento de la ley en materia local. Un enramaje muy complicado pero que enfrentará las elecciones 2015 con mucha responsabilidad en sus manos.
El Pacto por México, eso que ningún presidente había logrado; en poner de acuerdo a los 3 partidos políticos para sacar al país adelante, lo que muchos ciudadanos querían: “Organícense” como el chiste. Se logró en 2012 pero para 2014 se difuminó. Las futuras elecciones pusieron todo complicado y mejor cada quien le dio por su lado. Unos se aferraron a defender el petróleo (PRD) otros a tener más facilidades para tener el poder y reducir diputados (PRI) y otros para reducir el salario mínimo (PAN) cada quien por su lado buscando ganarse la simpatía de la gente, todo esto para que se vea reflejado en las elecciones. Los partidos piensan que hay que marcar la sana distancia para que la gente no piense que todos son iguales, el contexto es lo contrario: la gente piensa que todos son iguales.
Ayotzinapa marcó la línea y las preocupaciones saltaron en todos lados. El crimen organizado está dentro de los gobiernos municipales, la infiltración de personajes no deseados hacen del estado una institución débil. También el caso Ayotzinapa reveló las deficiencias de nuestro sistema policial y, sobre todo, la brutalidad humana de los sucesos nos dejaron claro que la violencia nos hizo mucho daño, todo es normal. La violación de los derechos humanos y el sistema actual que no es capaz de defenderlos. Ahí en Ayotzinapa los partidos políticos se dividieron en PRI irresponsable e incapaz de actuar con rapidez para encontrar a los estudiantes, en PRD culpable por no vigilar a sus candidatos (lo cierto es que los candidatos malhabidos llegan por cualquier partido) y el PAN callado porque el desprestigio de los otros dos partidos le puede beneficiar, así que no dice nada.
Todo el escándalo de la casa de la Gaviota y la declaración de la primera dama justificando fue un reflejo de la parafernalia del poder en el gobierno y el conflicto de intereses. No sólo es la manera de gobernar del PRI, sino también del PAN, del PRD y de los políticos que piensan que hacer uso de sus relaciones personales para comprarse una mansión o hacerse de una casa enorme porque los políticos en México así viven, en casas enormes, es normal. El caso de la Gaviota es vergonzoso, no sólo porque el presidente en un acto cobarde, nada caballeroso y falto de tacto político mandó a su esposa a rendir cuentas, enojada, frustrada y siendo la víctima, México explotó más y demostró su cansancio con #YaMeCansé que va en su edición 19.
Los ciudadanos seremos protagonistas desde las calles y las redes sociales, los medios de comunicación tendrán uno de los años más importantes, si de por si están en la cuerda floja por la revolución tecnológica, la falta de credibilidad los sepultará, por último los políticos tienen que demostrar que tienen voluntad política de cambiar las cosas, de lo contrario estaremos presenciando una batalla de enfrentamientos y no una carroza que avanza hacia el mismo destino.
¿Cómo usarán los partidos la crisis? ¿Cómo reaccionarán las nuevas instituciones electorales? ¿Cómo verán los ciudadanos a los candidatos? ¿Cómo reaccionarán los ciudadanos? ¿Habrá manifestaciones? ¿Habrá abstencionismo? ¿Habrá voto nulo? Las elecciones son ese medio organizado e institucional-formal donde nosotros los ciudadanos vamos y tenemos la posibilidad de manifestarnos. Hagámoslo bien y pensemos. Esta columna quiere abonar a eso, a pensar.
@pochaquito
