Una vez se realizó un concurso de misses en la universidad y participó una amiga que aprecio en demasía. Ella es corpulenta, le decimos que parece alemana, tiene un rostro con rasgos muy finos pero no es femenina si pensamos en los proto, estereotipos de los concursos de belleza; eso mismo la impulsó a participar. La dinámica era vender la mayor cantidad de votos y convencer a personas de adquirir entradas para un antro, además de pasarelas. Ganó gracias a su simpatía, por la cantidad de gente que la quiere, por quienes la creen agradable y la consideramos hermosa. Al ser coronada emitió un discurso que de haberse pronunciado en Miss Universo sería suficiente para destronarla: la belleza está en los ojos de quien la mira, al final ningún concurso determina qué tan bello o bella eres, al final de cuentas todos podemos ser igual de feos o feas.
El tratar de buscar a la mujer que encarne las expectativas de belleza de una época es por sí una falacia, pues lo hermoso es subjetivo y particular en cada cultura; pero Miss Universo es una empresa que ha logrado manufacturar una visión particular sobre la feminidad, y en el libre mercado lo preocupante es que la población siga consumiendo un producto nocivo. Más de mil millones de espectadores, en su mayoría mujeres, observaron la más reciente emisión de este concurso que exhibe a las mujeres como objetos que pueden ser evaluados por su forma, color, textura y (no) funciones: las cosifica y… ¿se cosifican?
Durante la sesión de preguntas y respuestas en Miss Universo 2015 se le pidió a la representante de Estados Unidos un mensaje de 30 segundos para los terroristas, a lo cual respondió con el cliché de desearle esperanza, amor y paz a todos; la de Ucrania sólo respondió que se siente cómoda con cualquier cosa al preguntarle si eliminaría la competencia de traje de baño; la colombiana ganadora dijo que todavía existen hombres que creen en la igualdad y eso podrían aprender las mujeres de ellos; la holandesa expresó que esperaría dejarle a las futuras generaciones de mujeres jóvenes un lugar sin prostitución infantil; y la jamaiquina mencionó que todo el mundo debe de trabajar en conjunto para evitar y prevenir la violencia que sufren una de cada tres mujeres. Aun con los discursos de éstas últimas, se dejó clara la marca que ha gestionado durante años el gigante mediático de los concursos de belleza: el cuerpo delgado y sexy para las mujeres, así como un carácter cursi y pasivo. –La gente no tiene pan. –Qué coman pastelillos, jiji. Guiño, sonrisa y mover el cabello con cadencia.
Ya sea por vanidad o tener una oportunidad de “mejorar” sus circunstancias socio-económicas, entre otras miles de justificaciones, las concursantes saben y asumen los intereses y condiciones del conglomerado empresarial; lo cual no puede reprocharse pues en verdad son atractivos los premios: una residencia gratuita en New York por el año del reinado, viajes por el mundo haciendo caridad y constantes apariciones en medios de comunicación, claro: rosas. Miss Universo no se realizaría si fueran pocas personas quienes observaran el espectáculo, la ley de la oferta y la demanda. Aceptemos que estos juegos de reconocimiento social mueven a la gran mayoría, pero la diferencia radica en los ámbitos y formas como se busca.
A todas y todos nos gusta sentirnos atractivos, vestir nuestro cuerpo con indumentaria que ratifique nuestra identidad y gustos, pero el peligro radica en buscar la aprobación de un grupo de extraños, la masa; y a las mujeres se les ha enseñado a lo largo de los años a buscar ser objeto del deseo de los hombres e incluso de las mismas mujeres, ser la envidia de las demás; en lugar de ser sujeto libre y autónomo. Al suponer que las participantes de Miss Universo se desarrollen en lugares donde existen las posibilidades de desempeñarse en diferentes sectores económicos, sociales y culturales, y aún así decidan concursar, se debe aceptar el libre arbitrio consciente e informado; aunque la crítica seguiría apuntando a quienes consumen esa imagen sobre las mujeres, impulsan y hacen cautivador e importante para algunas el ser reinas de belleza. Pero ¿las niñas también pueden elegir el exhibirse para que les digan si son o no las más guapas?, la más bella… ¿para ser objeto de deseo?
Todo puede ser considerado bello o feo… en una niña tal vez se buscaría cuál es la que se observa más alegre, pueril o inocente, algo como lo que intenta argumentar la película Little Miss Sunshine; pero ¿qué se buscaría al poner a una niña de entre 5 y 10 años de edad moviendo las carnes en ropa interior?, ¿identificar cuál es la más voluptuosa a temprana edad?; esto sucede en el mismo país de la ganadora de Miss Universo 2015, Colombia, durante el concurso Miss Tanguita. Hasta 20 años después de que se ha realizado la competencia, medios de comunicación de diferentes países de América, Europa y Asia han expuesto el caso y la indignación por la respuesta de empresarios y políticos, quienes manifestaron pensar que este espectáculo es algo “normal”. La desnudez o la semidesnudez no son algo lascivo, cachondo, por sí mismas, pero el hacer desfilar a las niñas entre chiflidos sexualiza el acto convirtiéndolo en soft porn. Si se quisiera examinar el cuerpo más sano, no se les pediría mover las caderas ni ir sobre la tarima; si se deseara premiar a la más fuerte, habría competencias de resistencia y agilidad. En síntesis, Miss Tanguita convierte a niñas en objetos de deseo… y aunque se reconozca que son niñas, habrá más de uno que piense: “¡imagínate cuando crezca!”; y aquí la pregunta constante cuando las y los niños son afectados, ¿los padres lo impulsan? Volvemos a lo mismo: debemos reeducar para evitar buscar el reconocimiento social por las vías equivocadas, como el sometimiento, la ignorancia asumida y la cosificación, todo aquello que en realidad nos evita ser libres, auténticas o auténticos; no debemos esperar la aprobación de un grupo de personas con el interés de hacer dinero con la carne trémula de las mujeres y tampoco debemos permitirnos el consumir dichos cuerpos como los únicos con valor, como los únicos bellos.
Twitter: m_acevez




