Luego de la resolución del Tribunal Electoral, la validación de la elección y la entrega de la constancia que indica a Enrique Peña Nieto como Presidente de México, ¿qué sigue?, ¿podrá el nuevo mandatario lograr la hazaña de transformar al país y convertirlo en una nación exitosa tal y como lo prometió?
Me atrevo a pensar que, exitoso, lo que se dice exitoso, tal vez no y me gustaría especular que peor no podemos caer, así que, con dejar de lado la mediocridad en la que llevamos sumidos años, lustros, décadas, se puede decir que es ya, un avance. Y la razón por la cual se duda de las capacidades del Presidente que habrá de asumir funciones el próximo 1 de diciembre, simplemente se deben a la sencilla razón de que a otros mandatarios, tanto del PAN como del PRI los hemos escuchado decir lo mismo, prometer todo y cumplir apenas poco más que nada.
Supongo que nadie se atreverá a decir que no hemos escuchado hasta el cansancio, que tenemos todo para salir adelante y convertirnos en un país de “Primer Mundo” y vaya, lo más que hemos logrado es salir del subdesarrollo para convertirnos en “emergentes”, sin saber qué es eso o a quiénes beneficia, porque a los millones de mexicanos trabajadores y honestos, al parecer no.
En el libro México, la gran esperanza, el cual por cierto no escribió, pero que sí leyó, aceptado por Peña Nieto, hay propuestas “precisas y realistas para un país urgido de rumbo y ansioso de respuestas”. Sin embargo es ahí donde se pueden empezar a desarrollar las primeras y más serias dudas al respecto de la capacidad de Peña Nieto para gobernar al país, cuando, “sus reformas” importantes, no son concebidas por él, sino por Luis Videgaray, podemos esperar cualquier cosa.
Sin embargo, Peña Nieto está haciendo su tarea y para avanzar en la agenda legislativa, en las siguientes semanas entregará un par de iniciativas de reformas: una para crear la Comisión Nacional Anticorrupción, que tendrá como objetivo fortalecer la transparencia en estados y municipios; mientras que la otra para crear una instancia que supervise la contratación de publicidad gubernamental en medios de comunicación. Para lo anterior y así como para llevar a cabo la tediosa y kilométrica transición de gobierno Federal, EPN ha nombrado ya a su equipo con el que se habrá de realizar de manera “tersa y planchada” esta metamorfosis gubernamental y con ello, lo que puede ser el paso a la República Mafiosa.
Creer que por ser rostros nuevos y nombres distintos (aunque con parentelas y compromisos) no ocultan al viejo PRI, es querer tapar el sol con un dedo. Es imposible evitar exagerar el riesgo de que el PRI incurra una vez más en sus viejos, prehistóricos, abusos y costumbres. El dinosaurio difícilmente demostrará que ha obtenido la fórmula para contener sus peores pasiones. Digamos pues, que el Revolucionario Institucional pudo haber ganado la Presidencia, pero está muy lejos de haberse ganado la redención histórica.
Para el mencionado equipo de transición destacan nombres como Rosario Robles, ex perredista, ex Jefa de Gobierno Capitalino y creadora de las “Adelitas” abiertamente a favor de EPN; ahí está su pago, como también el de Roberto Campa, primer candidato de Nueva Alianza a la Presidencia de la República en 2006, ligado con la Maestra Elba Esther, usted opine. Mención aparte su fiel escudero Luis Videgaray, de quien se dice, es el cerebro detrás del figurín y Miguel Ángel Osorio Chong quien fungió como Secretario de Organización priísta y es el vínculo de EPN con la estructura formal del PRI.
Sin embargo dentro de toda esta estructura de transición, además de los “incondicionales” de Peña, encontramos uno que otro pago de favores o relaciones incómodas, como suele darse en estos niveles, por ejemplo: Claudia Ruiz Massieu Salinas, quien será la coordinadora de Derechos Humanos y Transparencia, sí la hija del fallecido José Francisco Ruiz Massieu y sobrina de Carlos Salinas de Gortari; así como Paloma Guillén Vicente, Coordinadora de Agenda Legislativa y que es hermana de Rafael Guillén, ¿no le suena? La hermana del “Subcomandante Marcos”.
Personajes los hay: priístas de cepa, los institucionales, los salinistas, los beltronistas, los de la vieja guardia, los que tienen “queveres” con el grupo Atlacomulco, los que pertenecen a la “nueva corriente peñista” o afines a Eruviel Ávila, los hay de todos; relacionados con Tomás Yarrington, aquel que dejó endeudado a Tamaulipas, incluso en este equipo “made in” PRI hay los ex colaboradores de Fox y Calderón para que no digan que hay discrepancias irreconciliables.
El presidente electo informó que en los próximos días, previo a su ascensión a la primer silla del país, se dedicará en cuerpo y alma a planear y definir la manera de concretar todo lo que prometió en campaña, puesto que firmó muchos compromisos, todavía me acuerdo del de “generar más empleos y mejor remunerados” que hizo en Aguascalientes.
“México tendrá una presidencia moderna, responsable, abierta a la crítica, dispuesta a escuchar y a tomar en cuenta a todos los mexicanos”, dijo EPN “¡Vamos a iniciar una nueva forma de gobernar, acorde a las exigencias del México plural, exigente y participativo del siglo XXI!”, es la promesa de Peña Nieto y sólo resta esperar el comienzo de la República Mafiosa.




