Carlos Reyes Sahagún | Cronista del municipio de Aguascalientes
Esta noche millones de personas renovarán -¿renovaremos?- el sueño más grande que puede albergar la mente y el corazón humano; el más alto y profundo; aquel que la naturaleza imprimió en nuestro equipamiento genético, y que comenzó a florecer el día en que comenzamos a tomar conciencia de nosotros mismos.
Se trata, desde luego, del sueño de la libertad.
En cada pueblo y tiempo, ha asumido diversas formas, generalmente pobres y defectuosas, distantes del ideal inscrito en nuestro ser, pero siempre palpitantes y vigentes, aunque invariablemente esquivas.
Entre nosotros se encarnó en un cura de pueblo de fines del siglo XVIII y principios del XIX.
En estos días el espíritu del padre Miguel Hidalgo y Costilla se personifica en niños como este, y en quienes lo acompañan, para recordarnos aquellos días violentos, pero también que la lucha no ha terminado; que nuestra libertad no será plena mientras la ignorancia, la violencia y la pobreza continúen cebándose en importantes sectores de la población; mientras subsistan los malos gobiernos.
Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a carlos.cronista.aguascalientes@gmail.com.




