He seguido en este último mes de 2018 el ríspido debate entre la nueva directora del Conacyt y quienes están en contra de algunas de las ideas que ha expresado en las redes sociales, tan sensibles hoy en día a lo que ocurre en el escenario público. La controversia, desde mi perspectiva, se origina por la tensión que emana de dos nociones que se oponen: la definición del propósito básico de la actividad científica, por una parte y el uso de sus resultados, por otra. Al parecer hay una distinción entre la orientación que debe guiar a la ciencia básica y la que debe seguirse en materia del uso de sus resultados. Volveré sobre este punto más adelante.
La discordia a la que he aludido me recordó una conversación con mi antiguo amigo Daniel Malkin sobre este mismo tema. Daniel ha sido responsable en la OCDE de la atención a los asuntos en materia científica y tecnológica de los países miembros de esa organización. Después se ha ocupado de una tarea similar desde un alto puesto en el BID. También ha participado como miembro del equipo de consultores que prepararon una evaluación del Foro Consultivo Científico y Tecnológico de México en el año de 2013. Es pues una persona con experiencia de primera mano en las materias que interesan aquí. En el curso de la plática que mantuve con él, habló de un libro titulado Pasteur’s Quadrant (El cuadrante de Pasteur) y me recomendó su lectura, recomendación que acepté.
El libro fue escrito por el profesor Donald E. Stokes, de la prestigiada Universidad de Princeton y publicado en 1997 por la Brookings Institution Press, de Washington EUA.
El profesor Stokes ofrece una amplia revisión bien documentada e ilustrada con ejemplos históricos que esclarecen la noción que él ha denominado el Cuadrante de Pasteur. Explica asimismo cuáles son sus implicaciones en la tarea de elaborar políticas públicas en materia de desarrollo científico y tecnológico. Por mi parte, me limitaré a ofrecer un resumen de las ideas expuestas en la obra citada, tal como las entendí y las conservo en mi memoria. A quienes les interese una exposición más completa y sistemática de esas ideas me permitiría recomendarles la lectura directa del libro del profesor Stokes.
Según mi apreciación de las consideraciones que presenta el autor que comento, el término de la Segunda Guerra Mundial plantea, en los Estados Unidos de Norteamérica, una pregunta sugerida por las condiciones de paz que comienzan a vivirse en ese país: ¿Qué hacer con el monto los fondos públicos dedicados a la ciencia y la tecnología durante la guerra, liberados por el final de las actividades bélicas? Para responder a ese cuestionamiento, Roosevelt encarga a Vannevar Bush, quien había dirigido la investigación científica militar, un documento que estableciera los lineamientos básicos de una política científica pública en tiempos de paz. Bush responde a la petición de Roosevelt con el famoso informe titulado Science, the Endless Frontier.
El documento de Bush tiene una muy amplia resonancia y aceptación en la comunidad científica de su país. La razón de admitir de modo casi unánime las ideas expuestas en ese documento se debe a una intención de Bush y de sus colegas: extender el soporte financiero del gobierno a la ciencia básica en tiempos de paz. Adicionalmente propone reducir el control del aparato gubernamental en la orientación de la ciencia básica. Hay dos preceptos que subyacen al planteamiento de Bush. El primero postula que la investigación básica debe desarrollarse sin atender a ningún fin práctico inmediato. Orientar la investigación en ciencia básica si se consideran prematuramente sus posibles usos puede restringirla en sus intereses y limitarla en su creatividad. El segundo precepto indica que la investigación aplicada puede relegar las prioridades de la investigación básica. Hay en este segundo postulado de Bush una suerte de similitud con la Ley de Gresham. Esa ley, como se sabe, postula que la moneda mala expulsa a la buena de la circulación monetaria.Bush agrega: la ciencia básica es el “marcapasos” del progreso tecnológico y a continuación, asienta: “[…] una nación que depende de otras para conseguir nuevos conocimientos en ciencia básica será lenta en su desarrollo industrial y débil en su posición competitiva en el ámbito del comercio internacional”.
Las ideas de Bush en materia de políticas públicas en ciencia y tecnología condujeron a una separación radical entre ciencia básica y ciencia aplicada. Esta situación hizo prevalecer la creencia de que los propósitos distintos de estos dos tipos de actividades las tornaba conceptualmente diferentes. Concebir la política científica y tecnológica bajo ese supuesto contribuyó a crear una visión lineal de esa función pública. El origen de la línea estaría en la investigación básica y el punto final en las aplicaciones tecnológicas. Dada esta manera de entender el desarrollo científico y tecnológico se sigue necesariamente que la ciencia básica es la que precede y determina las posibilidades de las aplicaciones de orientación tecnológica.
Los planteamientos de Bush fueron aceptados por los países científicamente avanzados y se instituyeron en una creencia cuasi universal acerca de la organización óptima de las políticas públicas en materia de ciencia y tecnología. De esta actitud surgen las características que se asocian a la ciencia básica: la originalidad, la libertad de investigación, la evaluación por pares de los resultados publicados. Es decir, la concepción esbozada excluye cualquier referencia a los usos que en la práctica pudieran derivarse de los resultados del quehacer científico básico. Y esta concepción se mantiene hasta nuestros días en amplios segmentos de la comunidad científica y de otros responsables en materia de políticas públicas en ciencia y tecnología en numerosos países.
Después de esta descripción de los lineamientos principales de la política científica y tecnológica propuesta por Bush y aceptada por una buena mayoría de países hasta hoy, el profesor Stokes explora otro tema. Revisa acontecimientos históricos referidos a logros significativos en materia de ciencia y tecnología que no se ajusten a la disposición lineal subyacente en el enfoque de Bush. Encuentra en la obra de Pasteur un contraejemplo.
Como se sabe, Pasteur comienza su carrera científica y logra contribuciones de primer orden a la química de su tiempo que le valen un notorio prestigio en Europa. Más adelante en su carrera acepta solicitudes de sus paisanos para ayudarlos a resolver problemas socio económicos de la vida cotidiana. Estudia y encuentra medios de curación contra la enfermedad de los gusanos de seda y de las ovejas; desarrolla la pasteurización que mejora notablemente la producción de leche de quesos y de cerveza. Desarrolla las vacunas contra el ántrax y contra la rabia que tantas vidas han salvado y siguen salvando. Pero lo verdaderamente relevante desde el punto de vista que aquí interesa es que su dedicación a resolver los problemas de sus conciudadanos se convierte en un incentivo para crear ciencia básica. Pasteur es padre de la microbiología, una nueva ciencia que es estimulada por el propósito de entender los fenómenos biológicos que subyacen a los problemas socioeconómicos que enfrentan sus conciudadanos. Pero lo que se quiere destacar de la obra de Pasteur no son sus logros personales, admirables sin duda, sino el hecho patente de que el interés de resolver necesidades sociales y económicas puede dar lugar a la creación de conocimientos en ciencia básica. Recordemos su demostración de la falsedad de la creencia sobre la generación espontánea de gérmenes, defendida hasta entonces por sus adversarios científicos.
Los logros de Pasteur muestran que el proceso lineal del desarrollo de la ciencia y la tecnología sostenido por Bush y seguidores actuales no se cumple en todos los casos de creación de ciencia básica. Del interés por resolver problemas o necesidades sociales pueden surgir orientaciones para la creación de conocimientos científicos básicos.
Hasta donde alcanzo a entender hay otros ejemplos que podrían considerarse. Stokes menciona la física de Lord Kelvin estimulada por necesidades del Imperio Británico. En América Irving Lagmuir (Premio Nobel en 1932) creó la fisicoquímicade materiales con su trabajo sobre las superficies de los elementos empleados en la entonces naciente industria electrónica.Yo agregaría el nacimiento de la termodinámica como ciencia básica desarrollada por Sadi Carnot a partir de la necesidad de mejorarlas máquinas de vapor y hacerlas más eficientes que las ya desarrolladas por medios, digamos, artesanales. Puede incluirse asimismo la teoría electromagnética de Maxwell que generaliza los trabajos meramente experimentales de Faraday (quien era, como se sabe, un genial autodidacta). Finalmente, acaso por su interés histórico, tómese en cuenta la creación de la hidrostática a partir de los trabajos de Arquímedes emprendidos a petición del rey de Siracusa (Sicilia) para determinar si la corona que le habían regalado un grupo de súbditos era o no de oro. El descubrimiento de que el volumen de su cuerpo era equivalente al volumen del agua que desplazaba de su tina de baño es el hecho que está en el origen de su inspiración científica.
Según Stokes, desde un punto de vista más contemporáneo, sería difícil de explicar la separación entre ciencia básica y ciencia aplicada en el ámbito de la biología molecular. La pregunta sobre el funcionamiento del interferón condujo a resultados fundamentales en la comprensión del DNA recombinante. Además, de estos trabajos se obtuvieron tratamientos médicos eficaces.
Según la idea central del cuadrante de Pasteur, ciencia básica y ciencia orientada por necesidades prácticas se retroalimentan mutuamente.
La concepción del profesor Stokes se organiza, para sustentar una política pública científica balanceada,en los siguientes componentes:
| Investigación básica pura (Bohr) | Investigación básica orientada por sus usos (Pasteur) |
| Investigación aplicada pura
(Edison) |
En la tabla precedente se muestra la disposición de los cuadrantes que incluyen los conceptos sobre investigación científica y tecnológica según la concibe el profesor Stokes. En el primer cuadrante se ubica la investigación básica pura, es decir, aquella que no toma en cuenta el uso que se le pueden dar a sus resultados y se orienta endógenamente.El físico danés, Niels Bohr es un representante de este dominio de la actividad científica. El segundo cuadrante corresponde a la investigación en ciencia básica que se orienta por necesidades de la sociedad. El representante de este tipo de actividad es, por supuesto, Pasteur. En el tercer cuadrante se encuentra la investigación aplicada pura, es decir aquella que no necesariamente requiere de la ciencia para sus resultados. Un representante de este tipo de actividad es Edison.
Por la discusión que se ha dado en las redes sociales en México se infiere que hay defensores de la libertad, autonomía e independencia de la investigación en ciencia básica respecto a sus posibles usos. Por la contraparte, la nueva directora del Conacyt declara su preferencia por actividades científicas orientadas a resolver problemas sociales y ambientales sin especificar la relación de ellos con la ciencia básica. En torno a este debate parece perfilarse la dicotomía entre ciencia básica y ciencia aplicada, resultante del paradigma lineal que hemos comentado en párrafos precedentes. Desde la perspectiva que aquí se defiende, en la discusión aludida faltaría el tipo de actividades que define el cuadrante de Pasteur. Es decir, la búsqueda de resultados en ciencia básica inspirados en el propósito de atender necesidades de la sociedad humana y del medio ambiente. En este campo de actividades la colaboración entre el conocimiento científico básico y la valoración de las situaciones sociales o ambientales es indispensable. Un ejemplo ilustrativo es el trabajo de Mario Molina y F. Sherwood Rowland que los hizo merecedores del Nobel de Química. En este caso, los dos investigadores aportaron tanto su formación científica como su capacidad para identificar una necesidad social y ambiental relevante. Los resultados de su trabajo científico contribuyeron con nuevos conocimientos a la química atmosférica, ciencia básica. Ofrecieron además orientaciones para evitar daños severos en animales y plantas y contener los notorios incrementos en el cáncer de piel, producto de la destrucción de la capa de ozono, por citar sólo algunos de los usos de su investigación.
Como escribí al principio, parece que hay una polarización, observada en las comunicaciones de las redes sociales, entre quienes defienden la ciencia básica y la postura oficial que se inclina por una ciencia al servicio de las necesidades de la sociedad. Sería deseable, al menos por lo que a mí respecta, que las ideas expuestas aquí muestren que entre esos dos extremos hay una tercera opción que debiera considerarse: la colaboración entre ciencia básica y ciencia aplicada que excluya la subordinación de una de ellas a la otra, posibilidad que demuestra el cuadrante de Pasteur.




